Providencia tiene un corazón y es el que genera su principal avenida cuando se abre en dos. Paralela al río, en dirección Este-Oeste, la bifurcación deja un ventrículo al cruzarse con las calles Nueva de Lyon y Carlos Antúnez y el otro entre Antonio Varas y José Miguel Claro. Dos islas de actividad alimentadas por el flujo de vehículos y peatones que se mueven por esas arterias, que en el origen son una sola.
Hace 40 años, avenida Providencia aún traía los dos sentidos del tránsito y un automovilista que viajaba hacia el poniente tenía que llegar hasta el Parque Forestal a encontrar la esquina que le permitiera girar a la izquierda. Entonces, al tiempo que se construyó la línea 1 del Metro, se amplió la avenida.
El Premio Nacional de Urbanismo y asesor de la Municipalidad en esas materias hace 50 años, don Germán Bannen, le diseñó y construyó un segundo brazo hacia el sur, que tuvo el gran mérito de integrar los espacios públicos con los particulares, el comercio y las propias estaciones del tren subterráneo para ofrecer al vecino y al visitante un centro urbano a su medida y alcance. Por un brazo el transporte baja hacia la Alameda, por el otro sube hacia Vitacura; entre medio se cruzan calles de restaurantes, iglesias, negocios, oficinas, museos y plazas.
Don Germán Bannen, quien además bautizó la avenida como Nueva Providencia y aún le dice así, cree «que la palabra no es en vano, su sentido puede construir o destruir una imagen».
Hoy, caminamos por esa arteria entre vecinos, oficinistas, comerciantes y estudiantes y se siente a la ciudad viva. Su nombre, sin embargo, no corresponde. Un decreto lo cambió en 1980 por otro que divide y ofende a la gente y ensucia la imagen de la comuna. Los vecinos ya hemos solicitado el cambio de nombre: ¡queremos de vuelta la avenida Nueva Providencia!
Dado que estamos convencidos que Nueva Providencia es un nombre que une, este jueves 28 de junio a las 11:30 horas, los vecinos entregaremos un requerimiento de omisión para que las autoridades municipales respondan a nuestra solicitud de cambio de nombre ingresada el 5 de abril del 2012.
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Foto: Matías Rojas / Licencia CC
Comentarios
17 de julio
Silvy.Pois e9, somos o que os filtros nos deranifim isso e9 duro, pois mexe com nossa vise3o do que de fato e9 ser .Nepf4.Michele, a ordem este1 dada, ou melhor a nova ordem, quem tem algo para dizer relevante tende a ter mais audieancia, novos filtros, mais meritocre1ticos.Obviamente, ainda tem muita meddia aed, gente da meddia que e9 tambe9m popular na rede, mas isso se mistura e o tempo vai filtrando.Veja que no Twitter nem todo mundo tem mais do que mil seguidores, blogs mesma coisa, etc Sem filtro, nf3s piramos.abrae7os,Nepf4.
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30 de octubre
Me acuerdo cuando era niño y adolescente, se realizó el grandioso proyecto urbanístico «Nueva Providencia» de Germán Bannen. Como vecino de Providencia, dondé nací, viví y estudié, soñaba con el día en que este magnífico proyecto estuviese listo. Pero vino el nefando golpe y con él los años que en este país imperaban la brutalidad, el gansterismo, el odio, la intolerancia y la persecución (que Labbé tanto añora). A todo el horror anterior hubo que tolerar que las «autoridades» de la época, por sí y ante sí, le cambiasen el nombre. Para colmo, una vez recuperada la democracia, la avenida en cambio no recupreró su nombre original. Sueño con el día en que la avenida tenga por fin el único nombre que debió tener siempre, el que su creador quiso ponerle. Todos sabemos cuál es.
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31 de octubre
Si »Avenida Nueva Providencia» es el nombre original de dicha arteria, asi debe volver a llamarse. Hay que esperar que la nueva alcaldesa lo cambie. Mientras tanto cuando uno quiera referirse a esa calle, mencionela como »Nueva Providencia» y si no entienden cual es, se le explica que es la paralela a Av Providencia por el sur y que en 1980 la »rebautizaron» 11 de Septiembre, pero originalmente se llama Nueva Providencia.
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25 de junio
Los melancólicos pinochetistas recalcitrantes aún quieren defender el nombre de la avenida. No hay otros motivos válidos. Sin embargo, de cambiarlo, quiero proponer la oportunidad de honrar cualquiera de los nombres de nuestros premios nóbeles, Gabriela Mistral o Pablo Neruda que sí son honrados en los otros países. En Santiago tenemos una calle llamada Premio Nóbel. Pero el nombre de nuestros verdaderos premiados está enterrado bajo tierra en nuestro tan pobremente culto país.
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26 de junio
Volver a llamarla Nueva Providencia no sólo es quitarle un nombre nefasto para el país. Es también celebrar y destacar uno de los grandes cambios urbanos que se han generado en la ciudad, y que hace a Providencia un lugar único en Santiago, donde caminas siempre con una visibilidad amplia, con mucho verde, donde las construcciones son armónicas y los usos mixtos abundan. Es penoso que todos esos atributos se vean asociados a un nombre que nos divide.
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