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solopol
Interesante columna, el fin de semana estuve en Valparaíso y me acorde del tema del Barón, me pareció que una ciudad que es patrimonio de la Humanidad no puede buscar hacer un mall a la orilla del mar, es quererse muy poco… falta que pongan baños gigantes, para toda la ciudad, con un confort en el techo para que todo el mundo sepa. Cobrar entrada por pasar a mear o cagar, realmente la idea de un mall para una ciudad que es patrimonio de la Humanidad es ordinaria, es propia de una ciudad que no cacha que es una ciudad de clase mundial. Muchos dirán que son necesarios puestos de trabajo, el mall no va a crear tantos puestos de trabajo. Es simplemente un comercio, hay mejores «malls» en las ferias artesanales, que son de por sí, centros comerciales. Un turista no va a venir al fin del mundo a comprar a un mall, Valparaíso se despotenciaría como destino, se despotenciaría urbanistica, y comercialmente. Pasaría a ser una ciudad de segunda (es de primera), además el mall es un beneficio para los dueños del mall, para los vendedores del mall, para los aseadores del mall, pero no me van a decir que todo Valparaíso va a trabajar en el mall. Un estadio, por ejemplo, es una alternativa mucho más sensata que un mall, menos ordinaria. Si hablamos de economía, poner una armaduría de automóviles en Valparaíso es mucho más potente que poner un mall, además va en sintonía con el espiritu de un puerto, que es industrial. Poner un mall para vender postales de Hello Kitty no es potente, no cambia el puerto, no le va a hacer ni cosquillas a la economía local.
solopol
Al final, en Chile, para defender la cultura, el arte o el patrimonio, hay que resaltar los beneficios económicos. Las personas no pueden entender ni les interesa, algo que no reditue. La gran paradoja, y cruel por cierto, es que la falta de cultura genera pobreza economica. Puede no notarse en un comienzo, pero con los años el deterioro patrimonial se traduce en un deterioro economico. Las torres en altura de Santiago han comenzado a dañar el tejido social, la calidad de vida, muy luego dañan la plusvalía, a continuación se convierten en «elefantes blancos», edificios que no se usan a toda su capacidad, porque cuesta mantenerlos, y se van vaciando y prestandose para otro tipo de actividades, generalmente ilegales. Todo ese discurso de la «realidad» en materia cultural termina siendo de una gran pobreza, también material. Por otra parte, los agentes de cultura tienen que acabar por darse cuenta del poder económico del arte y asumir un papel protagónico. No esperar todo del estado, ni asumir una visión «asistencialista», sino ver que la cultura es una fuente de empleo. El arte tiene poder y no es «marginal», el arte es siempre «central», debido a que es transformador.
loquillo7
Creo que debemos mantener el Valparaíso tradicional,con su arquitectura antigua,por lo menos sus
fachadas como se hace en todas partes del mundo.Seguir congestionando las pocas calles que
tenemos,sería un gran error ,ya que con los vehículos actualmente en circulación,ya estamos colapsados.Se debe pensar a 100 años al futuro,porque en solo 50 se saturó.Una buena campaña
para que sus habitantes realmente se sientan orgullosos de su ciudad,la mantengan límpia,y las
autoridades mejores sus calles y aceras para que sea un placer recorrerla y los turistas vengan a
visitarnos.