#Ciudadanía

La calle: Vigente mientras el dinero, las armas y el poder mediático se usen para torcer la democracia

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Cada cierto tiempo, desde distintos sectores se cuestiona —e intenta prohibir mediante reglamentos y normativas— el legítimo derecho a la movilización ciudadana. “El único camino válido para que la ciudadanía incida en las políticas públicas —quisieran decir— es el institucional.”

Marchas, pancartas, protestas, que intentan muchas veces mostrar adhesión ciudadana, capacidad de convocatoria y, si se quiere, fuerza, son demonizadas desde las más diversas trincheras porque “así no se construye democracia. Esta se ejerce a través de las urnas.”

Grandes empresarios, dirigentes políticos —mayormente de derecha— y representantes de la institucionalidad reclaman contra la marea ciudadana que, como se ha visto en Chile y Aysén, se rebela ante acuerdos amarrados por quienes ejercen el poder desde hace demasiado tiempo.

Estas quejas serían válidas, legítimas quizás, si al frente se actuara con la misma guía: que todos, afectados por las decisiones políticas, recurramos sólo a los sistemas electorales para incidir en los destinos del país, la región o el barrio.

Pero lo cierto es que eso es sólo un bonito cuento.

El reciente inserto en El Mercurio de un grupo de empresarios y un ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, llamando al orden a la derecha, demuestra que quienes tienen el dinero no están dispuestos a dejarlo todo en manos de las urnas.

«Chile enfrenta un riesgo enorme de extender y proyectar la impronta de este gobierno: la inseguridad y la violencia; el estancamiento y la falta de oportunidades; los malos servicios públicos y la corrupción; las listas de espera y la inmigración descontrolada, se han transformado en una realidad que ensombrece al país y amenaza nuestra convivencia y cohesión social», afirman.

Más allá de la discusión sobre si aquello es cierto, lo real es que los controladores de Ultranav, Ultramar, Aquachile, Socovesa, Oxiquim, Besalco, Entel, Falabella, Mall Plaza, GNL Mejillones, Consalud, San Jorge, La Preferida y Winter usan su patrimonio para cumplir sus objetivos. Ellos tienen el dinero.

Porque el ciudadano de a pie, a veces, sólo tiene la calle

Lo mismo ocurrió en otras épocas: durante el estallido de 2019, el entonces comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, envió cartas a El Mercurio defendiendo al general Baquedano y el sistema previsional de las FFAA. La Contraloría cuestionó la acción, por afectar el carácter “no deliberante” de las Fuerzas Armadas. Poco después, el presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes de la Defensa Nacional, Rodolfo Codina, envió una carta cuestionando el proceso constituyente y elogiando la Constitución del 80. Ellos tienen las armas.

Hoy, aunque algo morigerado por las redes sociales, sigue existiendo una concentración mediática en Chile, en una relación promiscua con el poder económico. Como recordó el economista Roberto Pizarro, “Luksic, Saieh, Edwards y Solari son propietarios de medios y, al mismo tiempo, poseen bancos, son exportadores, tienen acciones en AFP e Isapres, controlan escuelas y universidades, manejan actividades mineras o agrícolas.” Ellos tienen los medios.

No hace falta un postgrado en ciencias políticas —sólo sentido común— para sospechar cuál es el sector político predominante entre estos actores: la derecha (y ultraderecha). Cuestionan políticas de género, medio ambiente, derechos indígenas. Defienden el orden, la familia, la patria y el crecimiento a toda costa. Y quien no entre en ese esquema será blanco de omisión o acción.

Sí, la ciudadanía podría soltar la calle —léase como todas las formas de movilización ciudadana—. Aunque ese sea un derecho ganado bajo la misma democracia liberal que muchos dicen respaldar.

Pero solo si al frente dejan el dinero, las armas y el poder mediático. Porque el ciudadano de a pie, a veces, sólo tiene la calle. Mientras eso no cambie, difícil será que esa solicitud —que parece tan racional— se transforme en realidad.

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4 Comentarios

abechtold

abechtold

No, la calle no está sola: tiene a unos desinteresados dirigentes, que ademas son sagaces escritores y activistas, que tienen mucha capacidad de entender todos los problemas desde una perspectiva «ciudadana». Y, que seguramente en algún minuto sienten ese irrefrenable espíritu servicial de postularse a algún cargo de elección popular, lo que los lleva a tener que sufrir con un ingreso, pagado por «El pueblo», pero que la satisfacción de representarlos los hace llevar ese calvario sin quejarse.

Patricio Segura

Esperaría algún argumento, al menos, al tema de fondo. El sarcasmo aporta cuando se emite con inteligencia y creatividad. Cuando no tiene aquello, sino proviene de un viudo de la dictaduras neoliberales, avanza a ser un chiste. Y termina siendo un drama cuando quien lo impulsa es un groupie de Milei, el más tonto de los tontos de hace mucho tiempo por estos lados.

Que le vaya bien con la tontera y su resentimiento al revés, posteador de salón.

Saludos

; )

abechtold

abechtold

Siempre estos ejercicios retóricos buscan llevar la discusión a la arena del «pueblo», donde los representantes, obviamente también «del pueblo» tienen una visibilidad notable de ver el fondo de los asuntos. Pero, realmente, y comprobadamente, se trata de generar un chiringuito propio, tratando de guiar vientos que soplan en varias direcciones, encauzandolos en una ideología que ellos dominen.
El que empresarios den una opinión es totalmente razonable. Más aún teniendo al frente un ejemplar de ultraizquierda. Obviamente, si ven que con ello el pais se va al despeñadero, ¿Deben quedarse callados, y esperar que los «representantes políticos» guíen los destinos de todos? Pues no, todos estamos en esta sociedad, no solo quienes hacen carrera para , so pretexto de representar, lo que hacen es generar negocio para ellos.
Y, para terminar, la retórica que han metido, de que la ultraderecha,etc..siendo que son personas que hablan de estabilizar LO QUE LAS leyes ya dicen…versus los comunistas, que hablan de CAMBIAR la realidad y el sistema; pero resulta que no se refieren a estos como Ultras…¿Que más ULTRA que querer obligar al resto a vivir un mundo que ellos se imaginan?
Así que, al que le quepa el sayo, que se lo ponga
Saludos

PD: que diga que Milei es «tonto» solo habla de su fanatismo. Puede que no le guste, pero ¿Tonto?..El hombre está derrotando, tal y como prometió, la inflación de un país que vivía de eso..¿Tonto?…solo para quienes el Estado es una vaquita que hay que ordeñar pueden pensar algo así

viveroscollyer

viveroscollyer

Sr Segura (apellido asaz curioso en tiempos inciertos)
Creo, solo a modo de opinión (o doxa), que hace 100 años parecía más o menos «claro» que significaba decir «calle», «pueblo», «ciudadano».
Hoy, en medio del relativismo post (y post post) -y la disolución de los esquemas dualistas que falicilitaban todo pensar, cuando Ud escribe esas palabras, nadie entiende qué denota.
Pareciera que Ud apela a ciertos fantasmas ideologizados pre siglo XXI. Su «sentido común» me sabe a melancolía. Pero puedo estar requete equivocado, ¿cierto?