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Ley Emilia: en la búsqueda de una ciudadanía más responsable

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Según datos de CONASET entre los años 2005-2011 un promedio anual de 1.626 personas perdieron la vida por accidentes de tránsito. Si los comparamos con los muertos por homicidios -delitos socialmente más connotados y mediáticamente más llamativos – en el mismo período murieron 597 personas. Durante los años 2005 al 2011, la principal causa de muerte de niños entre 0 y 14 años fueron los accidentes de tránsito, siendo esta la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 30 años, incidencia estadística que se repite tanto en Latinoamérica como en Europa. Esto evidencia que el comportamiento en el espacio vial se levanta como una problemática relevante del Chile actual, temática que debe ser abordada de  forma integral como política pública.

Atendiendo las mismas fuentes, entre los años 2012 y 2013 el promedio anual de fallecidos por accidentes de tránsito fue de 1573 personas, representando un 4% menos que el promedio de los años anteriores, en cambio, los homicidios bajaron un 10%, con un promedio de 542 muertos en cada uno de dichos años, representando un 34% de los decesos por accidentes de tránsito. Entre los mismos años (2012-2013) se desarrollaron dos políticas públicas que con diversos matices y objetivos apuntaron a disminuir los fallecidos por accidentes de tránsito.

Durante los años 2010 y 2011, con fuerte oposición de algunos parlamentarios, se discutió y finalmente aprobó la Ley Tolerancia Cero contra la conducción con alcohol, política pública que elevó las sanciones a los conductores que manejaban en dicha condición, estableciendo la pérdida definitiva de la licencia de conducir, a quienes por culpa del manejo en estado de ebriedad provocaran la muerte o dejaran víctimas con lesiones graves o gravísimas. Entre los años 2002 al 2011 murieron, por culpa de conductores con alcohol, un promedio anual de 206 personas. A partir de la aplicación de Tolerancia Cero, el promedio bajó a 148 muertes por año.

Sin embargo, uno de los problemas que dejó la aplicación de esta Ley fue que, a pesar de las sanciones establecidas en ella,  todos los conductores-victimarios, no cumplían su condena en cárcel efectiva, causando dicha situación un evidente escenario de impunidad. Este escándalo social, movilizó a un conjunto de familiares de víctimas de este tipo de crímenes, a buscar que se aprobara una legislación más justa. Este movimiento social cobró especial connotación pública a partir del 21 de enero del 2013, cuando por responsabilidad de un conductor ebrio murió la linda niña de 9 meses y 17 días llamada Emilia Silva Figueroa. A partir de esta injusta partida -por la cual el culpable recibió solo dos años de firma mensual-  la sociedad civil, con apoyos políticos y ciudadanos transversales y con un intenso trabajo de las familias de las víctimas,  logró en 20 meses la llamada Ley Emilia. Este corpus legislativo, agilizado durante el año 2014 como parte del mensaje presidencial, buscó terminar con la escandalosa impunidad que reinaba en Chile, reconociendo así garantías de justicia a las familias víctimas, posicionando el valor de la vida en el peldaño social que este amerita.

La Ley Emilia postuló terminar con la vergonzosa gratuidad para matar, la cual implicaba que la muerte de personas por el temerario acto de manejar en estado de ebriedad o bajo la influencia de sustancias sicotrópicas, no cumplieran ningún día de condenas  de cárcel efectiva.

En primer lugar, se fijó un piso mínimo de sanción, por la cual, bajo ninguna circunstancia, un juez puede condenar por menos de tres años y un día y donde al menos un año de dicha pena debe ser cumplido con cárcel efectiva. Esto hace que una persona ebria que mate o deje con lesiones graves gravísimas a otro ciudadano, deba cumplir sí o sí al menos un año de cárcel efectiva, siendo la máxima  condena que arriesga de 10 años.

En segundo lugar, se tipificó el delito específico de no prestar auxilio a la víctima y no dar cuenta a la autoridad de lo sucedido (se ha entendido como fugarse del lugar del crimen). Legislación internacional conocida como Ley del  Buen Samaritano. En el anterior marco legal, la fuga evitaba la asistencia a la víctima, irresponsabilidad que limitaba la posibilidad de salvar algunas vidas no dando la debida ayuda, además de no permitir que se le tomara al imputado el examen que detecta la presencia de alcohol. Con este cambio, el irse del lugar y no presentarse a carabineros –independiente de si presenta alcohol o sustancias psicotrópicas- será sancionada con una pena que fluctúa entre tres años y un día y cinco años. Además se mantiene el principio anterior, es decir, que cualquiera sea la condena, el primer año se cumple sí o sí en cárcel, buscando así desincentivar la fuga, que sumaría entonces, como mínimo, un segundo año de condena de cárcel efectiva.

Por medio de campañas de sensibilización y educación buscamos, como Fundación Emilia, formar una nueva ciudadanía, marcada por una nueva conciencia vial y de vida en comunidad, la cual  evite de forma colectiva y fiscalizadora más víctimas por este tipo de crímenes.

Además parece relevante remarcar que la Ley Emilia no busca limitar las libertades individuales ni sancionar el consumo de alcohol, siempre y cuando después de beber no se conduzca. Lo potencialmente sancionable es la conducta irresponsable y criminal de manejar un vehículo en un espacio público arriesgando -por el consumo de alcohol o sicotrópicos- la vida propia y la de los demás.

Evidentemente no basta con cambiar la ley; la Ley Emilia busca iniciar, ser de alguna forma un primer paso, en un debate que busque generar una transformación cultural más profunda y definitiva.

Por medio de campañas de sensibilización y educación buscamos, como Fundación Emilia, formar una nueva ciudadanía, marcada por una nueva conciencia vial y de vida en comunidad, la cual  evite de forma colectiva y fiscalizadora más víctimas por este tipo de crímenes. Necesitamos que sean los mismos ciudadanos y ciudadanas quienes nos ayuden a controlar y evitar más muertes y lesiones de por vida. Hay que evitar ese alto riesgo que genera un dolor a las víctimas directas, inexplicable en palabras, pero también en las familias y en las vidas de los inculpados. No deseamos que las personas vayan a la cárcel, deseamos que entre todos evitemos el riesgo de este delito, que cuando se produce, genera lesiones y daños irreparables para todos quienes se ven involucrados. Buscamos formar una nueva sociedad más responsable de sus comportamientos en los espacios públicos.

A partir del pasado 18 de septiembre del 2014, aumentaron significativamente las detenciones ciudadanas de conductores con alcohol y las denuncias de testigos claves, lo cual fue vital para los arrestos y procesos encargados a carabineros. Este nuevo comportamiento de una ciudadanía fiscalizadora, y sobre todo empoderada, es una luz de esperanza real y concreta, que esta sociedad más auto responsable es posible. Estos cambios cuestan, puede ser más lentos de lo que deseamos, mal que mal hay vidas de personas en juego, pero manos a la obra, vamos en la dirección correcta.

Benjamín Silva Torrealba
Vicepresidente Ejecutivo
Fundación Emilia Silva Figueroa
Víctima de Accidentes.

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33 Comentarios

Margarita Fernández Esquivel

Excelente noticia y felicitaciones a todos los que de una u otra forma aportaron su granito de arena en concretar la promulgación de Ley Emilia, en sensibilizar y educar a la ciudadanía en este gran tema de seguridad vial, el cual nos permite tomar conciencia de la responsabilidad individual en el consumo de alcohol asociado al manejo, definitivamente MANEJAR BAJO LA INFLUENCIA DEL ALCOHOL y en ESTADO DE EBRIEDAD es un acto CRIMINAL, pero se necesita que todos como ciudadanos nos empoderemos con este tema y cumplamos un rol fiscalizador y así poder tener un país mas seguro.

Bárbara

Muy importante la iniciativa para crear conciencia!!!

Daniela

Tuve el gusto y placer de conocer de cerca el gran trabajo que hace Fundación Emilia Silva Figueroa y es maravilloso y muy educativo. Y realmente hay que tomar conciencia. Gracias por permitir compartir esta experiencia tan instructuva.

Rommy guerrero

Adelante amigos, la propuesta es de un bien para todos y la tarea de caer en la cuenta de este bien también es de todos

Constanza Montero

Dado que la cantidad de víctimas por accidentes en auto son tantas en Chile y han provocado tanto dolor a todo nuestro país estoy totalmente segura y cierta que una Ley que asegure la pena de cárcel a quien cometa un delito como manejar ebrio es algo más que razonable. Estoy cierta que convertirnos en ciudadanos responsables de nuestros actos es un más, una ganancia para todo el país. Ser responsables significa responder a algo, en este caso, conducir con responsabilidad significa conducir solo cuando soy consciente que no puedo hacer daño a nadie porque estoy en estado de hacerlo bien. Creo que desde que está en vigencia la Ley Emilia muchos han sido más serios que nunca en cuanto ha su conducta en el manejar y esto no es más que un bien para nuestra sociedad. Para mi personalmente ha sido muy significativa la razón por la que lo he hecho, el nombre «ley Emilia» me hace recordar que mi conducta afecta directamente la vida de los que están a mi lado, conocidos o desconocidos, adultos o niños, dentro de las cuales hay familias enteras que han sufrido quizás uno de los dolores más grandes como puede ser perder a un ser querido. Solo puedo decir que siento una gran admiración por la familia que ha trabajado para que salga esta ley y para que seamos unas sociedad más responsable, justa y un poco más felices.

Cony Montero

Dado que la cantidad de víctimas por accidentes en auto son tantas en Chile y han provocado tanto dolor a todo nuestro país estoy totalmente segura y cierta que una Ley que asegure la pena de cárcel a quien cometa un delito como manejar ebrio es algo más que razonable. Estoy cierta que convertirnos en ciudadanos responsables de nuestros actos es un más, una ganancia para todo el país. Ser responsables significa responder a algo, en este caso, conducir con responsabilidad significa conducir solo cuando soy consciente que no puedo hacer daño a nadie porque estoy en estado de hacerlo bien. Creo que desde que está en vigencia la Ley Emilia muchos han sido más serios que nunca en cuanto ha su conducta en el manejar y esto no es más que un bien para nuestra sociedad. Para mi personalmente ha sido muy significativa la razón por la que lo he hecho, el nombre «ley Emilia» me hace recordar que mi conducta afecta directamente la vida de los que están a mi lado, conocidos o desconocidos, adultos o niños, dentro de las cuales hay familias enteras que han sufrido quizás uno de los dolores más grandes como puede ser perder a un ser querido. Solo puedo decir que siento una gran admiración por la familia que ha trabajado para que salga esta ley y para que seamos unas sociedad más responsable, justa y un poco más felices.

Carol

Es un gran paso para generar verdadera conciencia sobre los efectos del alchool o sustancias psicotrópicas al momento de conducir, y que la persona sea responsable de sus actos.

Junto con la fundación, entregando apoyo y lograr responsabilidad social, dando a conocer la gravedad de la situación.

Matías

Encuentro que la ley Emilia es un tipo de sancion y forma de presion para que las personas tomen conciencia de sus actos que beber y luego manejar tiene consecuencias graves para la familia mi padre cuando vamos algún evento social dice que cuando maneja no bebe alcohol sobre todo si va con su familia y no falta el amigo que que le dice yo curado manejo mejor entonces mi papa defiende defienda ly Emilia

Matías

Encuentro que la ley Emilia es un tipo de sancion y forma de presion para que las personas tomen conciencia de sus actos que beber y luego manejar tiene consecuencias graves para la familia mi padre cuando vamos algún evento social dice que cuando maneja no bebe alcohol sobre todo si va con su familia y no falta el amigo que que le dice yo curado manejo mejor entonces mi papa defiende defiende la ley Emilia

CARMEN GLORIA CESPEDES DUARTE

La ley Emilia ha sido sin duda una gran contribución a la seguridad vial de nuestro país. El fin de la Ley Emilia y la Fundación Emilia es crear conciencia, influir en el cambio cultural para que la conduccion con alcohol desaparezca por completo de nuestra sociedad

Cecilia Suarez

Miro a mis hijos y mientras mi esposo se preocupa de tenerlos seguros al momnto d viajar en nuestro auto (cinturones, sillas, no beber) y trato de imaginar lo terrible qe debe ser perderlos o qedar marcados de alguna manera por irresponsables que aun no entienden que no se trara solo de ellos en una carretera. Creo que no solo es trabajo de la fundacion Emilia que creo ha hecho una labor invaluable… si no de alguna manera es tarea de todos hacer algo para quese entienda lo grave que es la situacion de tomar y conducir. Enseñar a nuestroa hijos desde peqeños a ser responsables no solo con ellos mismos si no con la sociedad… y tratar de cambiar la mentalidad cada uno de nosotros…

Luca Alessio

Aunque va a ser un camino largo, creo que educar la conciencia de los ciudadanos a prevenir accidentes por excesivo consumo de alchol es el único método para salvar vidas y además aumenta la calidad de la sociedad.
Un beso a Emilia que me cuida todos los días.

Jorge zuñiga c

Yo fui víctima de un choque de una camioneta que destruyo la reja y Porton de mi casa,antes había destruido un poste de cemento frente a un paradero de buses, al día siguiente el chofer andaba libre