A raíz de las recientes lluvias, vale la pena recordar la emergencia eléctrica vivida en el fuerte episodio meteorológico anterior, donde estuvo en jaque diversos servicios públicos y privados de consumos básicos que no estuvieron a la altura de lo que las personas esperaban. Su forma de actuar provocó la opinión negativa de la población, en especial cuando se ha tenido un excesivo aumento de las tarifas eléctricas en el último tiempo.
En ese entonces, pasaron los días y los medios de comunicación siguieron informando de la falta de energía eléctrica en variados sectores del país y de la Región Metropolitana, los cuales se extendieron por varios días, especialmente en las zonas más alejadas.
En su momento, se dieron a conocer variadas causas de este prolongado apagón eléctrico, partiendo por el viento que superó en velocidad a todos los pronósticos meteorológicos, provocando la caída de gran cantidad de árboles sobre el tendido eléctrico, que, a su vez, provocaron la caída de postes que sostienen cables de diversas instalaciones como electricidad, alumbrado público, telecomunicaciones, Internet, etc.
Por otra parte, hay que considerar que el apagón eléctrico trajo como consecuencia una serie de problemas importantes como la distribución de agua potable en varios sectores de la ciudad, especialmente en edificios en que la red hídrica funciona con motores eléctricos y también en sectores rurales. Otros servicios que se vieron afectados fueron el Internet y los semáforos. Además, la lluvia de esos días complicó el desplazamiento por la ciudad, provocando la suspensión de muchas actividades, como la educación en diversos colegios y universidades, la locomoción colectiva, el Metro etc., se agravaron problemas endémicos de la ciudad como el anegamiento de los pasos a nivel, inundaciones en varios sectores. Un problema muy importante fue el que afectó a las personas electrodependientes y a aquellas que deben mantener un stock de medicamentos refrigerados, también personas y pequeños negocios que perdieron alimentos y mercadería.
Pero, sin entrar a defender a las empresas de servicios involucradas, hay que reconocer que todos fallaron; servicios públicos y privados no estuvieron a la altura de los que las personas esperaban, ya sea por negligencia, falta de previsión, o bien, por un pensamiento simplista de “dejémoslo para después”. Las municipalidades, responsables de la mantención de los árboles, limpieza de alcantarillas, despeje de las calles, tardaron demasiado en actuar hasta el punto que, tardíamente, hubo de recurrir a personal del Ejército para ayudar en la faena, después de eso, silencio, mea culpa ¿para qué? Las empresas de servicios eléctricos estuvieron y todavía están al debe, si bien es cierto, hay que reconocer que no es llegar y contratar más gente para integrar las cuadrillas que reponen la electricidad, se trata de personal especializado que no se prepara de un día para otro. Algo que no se ha mencionado, reponer un poste para colgar los cables eléctricos demora 24 horas y vaya la gran cantidad de postes caídos en aquel entonces.
Se ha hablado del problema del tendido eléctrico aéreo y las dificultades que se presentaría al soterrar los cables; pero hay que recordar que, a mediados de la década del 50, en parte de la entonces comuna de Santiago, los cables eléctricos fueron soterrados y desde esa fecha nunca más se realizó de manera decreciente, a pesar de que en el 2019 se dictó la Ley N° 21.172, que regula el tendido y retiro de líneas aéreas y subterráneas de telecomunicaciones; a la fecha, es letra muerta. Soterrar la cablería de diferentes instalaciones es un gran problema, ya que bajo el piso de la ciudad hay una anarquía; cuando se abre un hoyo en una esquina, por ejemplo, se puede apreciar un enjambre de cables y tuberías de diferentes instalaciones entrecruzadas unas con otras, pudiendo apreciar que hay instalaciones eléctricas con instalaciones de gas, lo cual es un peligro latente. ¿Estamos esperando que ocurra algún accidente para reaccionar? Cabe mencionar que los postes del tendido eléctrico sirven para el tendido de cables de otras compañías de servicios como teléfonos, Internet, telecomunicaciones, etc., por lo cual la empresa dueña de la postación recibe una renta.
También ha quedado en claro la falta de planificación en la ciudad, 52 municipalidades que tienen diferentes normativas para la instalación de los mismos servicios y que no actúan en forma coordinada. Se nota la falta de una autoridad central que gobierne la ciudad, como existe en otros países, que coordine, por ejemplo, el tránsito, la semaforización, la señalética del tránsito, la arborización, los letreros publicitarios y otros servicios de utilidad pública, de tal forma que no nos encontremos un semáforo tapado por un árbol o exceso y mala colocación de la señalética que causan confusión; al respecto un ejemplo, en la esquina de Av. Matucana con Av. Mapocho hay 31 postes de todo tipo, algunos en desuso que permanecen ahí, además produciendo una tremenda contaminación visual.
Lamentablemente, no se ha aprendido de los errores cometidos, basta recordar que la primera lluvia fuerte en la ciudad trajo problemas parecidos, en menor escala y hasta ahí quedamos, no hubo reacción, a pesar de las advertencias de la Oficina Meteorológica y del SENAPRED que, al parecer, no fueron tomadas en cuenta.
Se ha hablado del problema del tendido eléctrico aéreo y las dificultades que se presentaría al soterrar los cables (...) Soterrar la cablería de diferentes instalaciones es un gran problema, ya que bajo el piso de la ciudad hay una anarquía
Los habitantes del país esperan que, si existe algún próximo evento como este u otro similar, tan propios de nuestro país, las personas que ejercen cargos en servicios de utilidad pública y también las empresas privadas de servicios reaccionen rápidamente, poniendo en ejecución reales planes de acción, especialmente cuando los pronósticos o la emergencia así lo señalan. La gente lo merece.
Mg. Jaime Espinoza Oyarzún
Depto. Tecnologías Industriales
Facultad Tecnológica, USACH
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Eduardo Lucero
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