Te quejas mucho en estos últimos días y suena muy aburrido. Gritó la retórica antes que cometas una estupidez. Odio bajar y subir solo por ti y será la última vez.
No creas que alguien te entregará una mano cuando las llamas cubran tu vida. La oscuridad envuelve la luz por algún tiempo. Debes estar preparado para usar tus cuatro brazos para luchar por tu vida.
Ellos quieren estafar tu existencia contaminándola con consejitos fracasados durante toda la historia de la potente raza humana. Esas personas que ves con sonrisas falsas y expresan carcajadas fingidas no son las respuestas. Déjalos pasar, diles que vuelen muy lejos a sus castillos de aire. Importa tu vida y después dale espacio a una sociedad patética con actores que creen que la democracia es tener una pareja de apellido de alcurnia y un auto a crédito.
Su vida no es más que un celular prepago y quieren unirte al círculo privilegiado de endeudados. Caminas por las calles de neón y esta gente ebria solo grita eslóganes de marcas de transnacionales. Conoces a una damita muy hermosa con ojos negros como la noches antes del amanecer y un cabello a la moda.
Te cuenta mil historias huecas y debes chuparte el dedo esperando sexo gratis. Ella abre la boca y saltan comentarios de un baño público y aliento a licor. Una gran “T” de timar resplandece en su frente. Solo busca casarte o sacarte la billetera con sus tetas falsas.
Terminará teniendo sexo con algún gordito simpático y borrachín que escuche quejas y necesite lucir una mujer para comprobar su media hombría en la clase media. Deja que pase de largo en este gran mundo, como ellas hay millones, sale mejor pagar por sexo un rato que vivir una vida pegado a un falso amor.
Tu dizque amigo te regala un libro de superación personal para greengos del primer mundo para generar buenas vibras, pero tú vives en el tercer mundo donde la salud, la vivienda, la naturaleza, el trabajo y cultura apesta.
Llegas a una entrevista con un calvo con tatuajes del papa Francisco y el Che en sus brazos y pone el polígrafo en tu rostro. Puedes ser un ladrón y robarles lo que les costó robar por siglos de evadir impuesto y sobornar el sistema estomacal en que sobrevives. Otra bacteria más en un un intestino con parásitos. Te mira con lástima ya que tienes más de 45 años y pregunta tu apellido para encasillarte. Solo eres uno más pidiendo limosnas en la crisis donde elegiste estar del lados de los medios buenos.
Te cuelas en fiestas envueltas de ese alegría estúpida efecto de videos de TikTok e Instagram. Quieres entrar a la pista a danzar como una mariposa, pero terminas con ese pánico colegial. Regresas sin amor y miras los árboles oscuros de tu pequeño patio alquilado. Las ideas vuelan y lloras profundamente por no pertenecer a ese grupo de chicos sensacionales con historias falsas y vidas prostituidas por las mentiras.
Veinte años estudiando en una sala con intelectuales del subdesarrollo. Preguntas por tu futuro y el profesor barbón te indica que todo estará bien después del esfuerzo solidario. Te venden un rojo amanecer de igualdad. Eso nunca llega
Veinte años estudiando en una sala con intelectuales del subdesarrollo. Preguntas por tu futuro y el profesor barbón te indica que todo estará bien después del esfuerzo solidario. Te venden un rojo amanecer de igualdad. Eso nunca llega.
Tú estás atrapado entre tus cuatro paredes, golpeando el muro con tus garras. Sabes que te envenenaron y eras solo una tuerca de una revuelta de mentira . La revolución no es para los burgueses. Debieron aclararte el concepto un poco mejor.
Tu esposa es vieja, fea, amargada y guanga y andas mirando chicas jóvenes en las redes sociales de una forma sucia. La pensión llegó. No te alcanza ni para gozar del placer urbano de las sobras del retrete urbano generacional. Te vistes de joven y estás seguro que podrás competir con los aprendices con pantalones apretados en la entrepierna y sus camisetas apretadas para enseñar los músculos grandes de tanto esteroides – te lo dije hace años que todo es una horrible sueño-. Solo buscas atención y no la tendrás.
Las imágenes llegan de tu niñez . Todo más simple – de seguro lo recuerdas-. El viento en la cara y el olor a la tierra mojada por la lluvia de invierno te inunda el momento . Cuando te gustaba ese niña de un curso inferior que jugaba en el pequeño patio de un colegio en Quinta Normal y que nunca supiste su nombre. El corazón brincaba al verla saltar la cuerda y su imagen comienza a perderse en tu memoria marchita.
Tu velorio se ve muy rococó. Pasaste la vida esperando ser el centro de atención. Esa será la última oportunidad. Mandaste instalar una bomba en el ataúd y harás justicia al final desde el mismo infierno. Un cierre genial para ambos y, aunque la vida sigue, al menos cobrarás lo que te robaron en cierta forma. La venganza es mala, no probarla es peor.
Despiertas otra vez de tus alucinaciones por fentanilo y ambos nos damos cuenta que simplemente fue un mal sueño y que la vida es maravillosa, no fácil.
Seremos los dos hijos siameses de nada particular. Hoy trata de ser un cosa normal, un poco normal, un monstruo sin nada que ofrecer.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad