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alfredo-rojas
Gabriela: Hasta donde yo sé, hubo Profesores de Estado torturados y desaparecidos; y no hubo torturadores. Pero al margen de lo personal y lo profesional, el artículo busca relevar que la institucionalidad que hizo grande a la educación chilena, que formó a una clase media ilustrada, laica, democrática, fue demolida y que desde esa discontinuidad arrancan los problemas de la calidad de la educación, incluyendo los de formación de profesores. Pero tienes razón: esa clase media no estaba satisfecha con la democracia, ni con esa República. Esperaba -esperábamos- que el socialismo en sus versiones cubana o soviética, nos llevaría al paraíso. Aprendimos dolorosamente que no hay paraísos.
gabmarin
Don Alfredo, yo no he dicho que hayan habido profesores de estado que hayan sido torturadores.
Mi comentario apuntaba a que pese a la excelencia en la formación de los docentes y a como estos contribuyeron a la formación republicana de una clase media ilustrada, fue esa misma clase media una activa participante en la violencia política de nuestro país que colapsó el 73 pero cuyas consecuencias se extendieron hasta 1990. No sé si logro hacerme entender, pero ese cuerpo docente que usted tanto ensalza no fue capaz de evitar (o mitigar) desde las aulas la polarización de nuestro país.
Reitero: sé que las causas más profundas de esa polarización no son adjudicables a la educación y tienen que ver con un modelo productivo y social muy atrasado en comparación al desarrollo político que tenía a Chile, que era tenido por modelo de democracia en el continente en aquella época.
valdiviano
Gabriela te contradice notoriamente, por una parte señalas «ese cuerpo docente que usted tanto ensalza no fue capaz de evitar (o mitigar) desde las aulas la polarización de nuestro país». Pero por otra parte acotas que la polarización no es adjudicadle a la educación.
Desde mi punto de vista el colapso que sufrió la democracia con el golpe artero que ejecutaron las fuerzas armadas, se gestó desde la derecha oligarca asociada con el gobierno de Estados Unidos, no hay que olvidar la gran cantidad de recursos que el monstruo del norte invirtió para derrocar el gobierno democrático de la Unidad Popular.
Finalmente, dices «no idealicemos el pasado, porque -aunque usted no lo crea- las soluciones a nuestros problemas presentes están -extrañamente- en el propio presente.». Cuando los índices demuestran cada vez más fehacientemente que la Educación municipalizada ha fallado rotundamente y que la privatización de la educación iniciada por pinochet y sus esbirros es una realidad aterradora, cómo no pensar en ese pasado donde la educación laica y estatal, era de tal calidad que supervisaba a los establecimientos privados de las elites chilenas, tal vez mirando ese pasado, podamos encontrar las soluciones a un problema que nos afecta a todos y cada uno de los chilenos .
Y es que esta formación para la masa, generadora de mano de obra barata y desinformada ha llevado a nuestro país a tener índices de desigualdad espantosos, a tener una democracia elitista y vigilante, hemos ido perdiendo más y más espacios para que las ideas más solidarias en lo social colapsen ante las libertades del mercado.
No me gusta este Chile que pertenece a unos pocos y donde la gran mayoría debe conformarse con lo que chorree desde las alturas, adormecidos y atontados con la televisión basura y discursos conservadores religiosos.
Espero que desde una educación de calidad podamos revertir esta situación, para eso el estado (que somos todos nosotros en definitiva), debemos hacernos cargo de la formación de nuestras niñas y niños y no dejarlo en manos de un mercado indolente y salvaje que poco le importa una sociedad pensante, mientras se profite y existan ganancias todo bien.
La Educación no es ni debe ser un negocio.
Pedro Leyton
Amigo, quisiera hacerle una salvedad: qué es eso de «Para las minorías, los sentidos los aportan el Opus Dei y los Legionarios». Yo también estudio Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Y, de verdad, no le creo todo su «rollo» estatista y democrático. Parto de la base que las cosas no van mejorar sustancialmente sino superficialmente, por tanto, trato de mantener las cosas como están: no por opresión a las personas sino para no perder lo que tenemos. Ya que, no nos vaya a pasar la fabula del perro que perdió su hueso ¿la conoce? y de verdad, en mi corazón como le digo no creo que las cosas vayan a cambiar como dicen ustedes o como piensan que deben ser. Por eso cuando lo leo veo aun hombre que todavía vive ilusionado con un mundo que cada vez mas nos damos cuenta de lo irrealizable que es.
Omar Villanueva Olmedo
Si no innovan por supuesto pero sabemos que lo harán…
«Reforma a la educación ¿Burocrática o del nuevo milenio?» https://elquintopoder.cl/?p=47848 #5poder vía @elquintopoder
Por Omar Villanueva Olmedo DIrector OLIBAR ASC
gabmarin
Una primera lectura de su columna, no puede generar más que adhesión.
Pero cuando entramos en una segunda lectura, o empezamos la lectura entre líneas, empiezan a surgir los claroscuros de un pasado que se ha idealizado.
Solo por poner un ejemplo, siguiendo uno de sus argumentos, podríamos concluir que en esa brillante pero efímera etapa de nuestra República que va de 1938 a 1973, se formaron esas generaciones que llevaron al colapso de nuestra democracia. De esa clase media ilustrada surgieron revolucionarios que llamaron al levantamiento armado (sin tener armas) y torturadores que después los reprimieron. No quiero me confunda, don Alfredo: sé que no se puede responsabilizar a los profesores de estado de algo que iba mucho más allá de ellos mismos. Mi invitación es a que no idealicemos el pasado, porque -aunque usted no lo crea- las soluciones a nuestros problemas presentes están -extrañamente- en el propio presente.