La única forma de entrar a Kidzania, si se es adulto, es acompañando a un niño. Comienzo diciendo esto para dejar en claro que, por supuesto, yo nunca llevaría a un niño a Kidzania y que, por tanto, nunca he entrado. Así que escribo esto informado por la página web y por los relatos de mi sobrino político. Este pequeño niño de cinco años sí fue a Kidzania, y lo pasó maravillosamente bien. De sus entusiasmadas crónicas hago el presente resumen.
Kidzania es un centro de juegos de rol para niños, presente en varios países del mundo, entre ellos Chile. Hay más de cien profesiones y oficios disponibles, tales como periodista, piloto, panadero, médico o mecánico.
Al ingresar, los niños cambian en el Banco su dinero por un cierto monto de billetes de Kidzania, llamados KidZos. Para ejercer cada profesión, los niños deben pagar más o menos KidZos, los cuales serán recuperados una vez que se desempeñen laboralmente y reciban su sueldo. Si el niño o la niña logran ahorrar un poco, pueden dejar su dinero en el Banco. De este modo, cuando regresen a Kidzania, tendrán intereses que les permitirán tener un mayor poder adquisitivo. Es lo que le pasó a mi sobrino. Tiene sus KidZos ahorrados y se soba las manos pensando en los próximos intereses. Además, podrá sacar el dinero directamente desde un cajero automático. Recuerdo, por última vez, que mi sobrino tiene cinco años.
Por otra parte, los niños-piloto, por ejemplo, no son pilotos de la Aerolínea Kidzania, sino de LAN. El Banco es el Banco de Chile. La pizzería es Pizza Hut. El supermercado es Jumbo, la escuela de Minería es AngloAmerican, el taller mecánico es Goodyear, la farmacia es SalcoBrand: Kidzania, la “República de los niños”, tiene más de cuarenta socios comerciales.
Insisto en que a este lugar no pueden entrar adultos solos. Es, efectivamente, un lugar para los niños. Diseñado para ellos.
¿Por qué Goodyear, por ejemplo, invierte dinero para estar en Kidzania? ¿Acaso el niño tomará la decisión de comprar los neumáticos del auto de su padre en esa empresa y no en otra? ¿Acaso el niño elegirá, en el mundo real, el banco donde su madre pedirá un crédito? No. Hoy no. Pero mañana sí. Y el recuerdo de ese día feliz volando en LAN pesará. Sin ninguna duda, pesará. Y las empresas lo saben.
Durante 2012 y 2013, realicé un ciclo de charlas para alumnos de Educación Media en diversos colegios. La charla se titulaba, El poder de la ficción: escribamos el mundo que queremos leer, y versaba sobre la importancia de la imaginación y la ficción en nuestros días, y también sobre mi trabajo en este ámbito como escritor y cuentacuentos de la Compañía La Matrioska. La charla comenzaba, justamente, con una discusión sobre Kidzania. Después de informar, objetivamente, sobre este lugar, se abría el debate…
Pero el debate no existía porque todos levantaban la mano para decir cosas como “es que nos quieren hacer creer en su sistema”, “no nos permiten imaginar”, “quieren replicar la injusticia y la segregación social”.
Les estamos negando la posibilidad a los niños de pensar en un mundo distinto. Deberían tener el derecho, al menos, a imaginar un mundo peor. Pero no igual. Mi sobrino ya no quiere hacer pan con barro: sólo lo quiere hacer en la panadería Castaño, de Kidzania, con harina de verdad. El barro se convirtió para siempre en barro y en nada más.
En Kidzania, si alguien quiere ser médico, por ejemplo, debe ir a la universidad. Y por supuesto, la universidad debe pagarse. Un alumno una vez me preguntó: “¿cómo entonces vamos a convencernos de que la educación debería ser gratuita, si desde niños nos hacen creer lo contrario?”. Impecable razonamiento, y lamentablemente, irrefutable.
En la charla mencionada, yo preguntaba a los alumnos si a alguien le gustaba el mundo tal y como estaba. Más de mil jóvenes han escuchado la charla y nunca nadie me ha podido responder que sí. ¿Por qué, entonces, insistimos en replicar lo que no nos gusta? En lo personal, entre todas las muchas atrocidades de Kidzania, lo que me resulta más doloroso es que les estamos negando la posibilidad a los niños de pensar en un mundo distinto. Deberían tener el derecho, al menos, a imaginar un mundo peor. Pero no igual. Mi sobrino ya no quiere hacer pan con barro: sólo lo quiere hacer en la panadería Castaño, de Kidzania, con harina de verdad. El barro se convirtió para siempre en barro y en nada más. La imaginación comenzó a perder la batalla.
Una alumna muy perspicaz me dijo, terminado el “debate” sobre Kidzania, que ya que todos sabían que el mundo era una mierda, pero quería saber si yo proponía algo o sólo criticaba. La pregunta me vino como anillo al dedo para continuar con la charla, que estaba enfocada justamente a eso: a demostrar cómo los cuentos, las historias, y la ficción en general, permiten pensar en otro mundo y “escribirlo como lo queremos leer”. Los cuentacuentos, por ejemplo, trabajan solamente con la imaginación de los niños y nada más. No hay dibujos, no hay disfraces, no hay títeres: solo la voz y las palabras que penetran en los niños y los obligan a imaginar dentro de sí mismos el cuento narrado. Es algo increíble fijar la atención en las caras de los niños (y también de los adultos) cuando escuchan cuentos: es una absorción total del mundo, casi una catarsis, como si durante esos quince o veinte minutos de narraciones pasaran a otra dimensión. En mi Compañía de Cuentacuentos la hemos llamado, a falta de mejores definiciones, la “cara de cuento”. Es una cara, una expresión facial, que no otorga ni la televisión, ni el juego, ni nada que yo haya visto. Sólo la imaginación.
No ahondaré aquí en detalles sobre la respuesta a la pregunta de la alumna, pero sí me referiré a la anécdota con la que he cerrado esta charla. Cuenta una narradora oral que, en cierta ocasión, antes de empezar una función en una sala de clases de un jardín infantil, decidió jugar con una pelota roja e imaginaria. La pelota invisible iba pasando de niño en niño, rebotaba, chocaba con un vidrio, regresaba a la cuentacuentos. Luego la narradora les dijo a los niños que iba a dejar la pelota imaginaria abajo del pizarrón, para poder empezar a contar los cuentos. Cuando terminó, se despidió de los niños y se dirigió a la puerta para ir a otro curso a repetir la función. Estaba por salir cuando sintió que una manito le tiraba de la falda. Era un niño de cuatro años, que le pasaba algo invisible diciéndole “Tía, se le quedó la pelota roja”.
La pelota existe porque en esa sala todos quisieron que existiera. Esa pelota será, el día de mañana, justicia social, igualdad, en fin, todas las utopías de nuestro siglo. Pero para eso, debemos evitar que la aguja de Kidzania la pinche. Si no lo logramos, la narradora se irá de la sala sin su pelota roja, porque ya no tendremos niños que quieran leer el mundo con los ojos de la imaginación.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Rodrigo
Y también la gracia está en poder opinar con libertad de lo que uno quiere o no para sus hijos… ¿No le gusta lo que lee? No lea.
Paulina Díaz
No se trata de ir o no ir, eso esta en al libertad individual. Lo importante es estar INFORMADOS, para poder elegir y saber el trasfondo de las cosas, y de que manera «entretenemos» hoy en día a los niños y como los perjudica o favorece. Saludos.
luis reyes cortes
Claramente don Joselo no entiende el trasfondo del mensaje, esto no es solo de ir o no, es de construir realidad, es el mundo que le mostramos a nuestros hijos, mi hija fue y a partir de este artículo obviamente lo pensaré antes de llevarla nuevamente, este sistema quiere adoctrinar desde pequeños a nuestros hijos, permitírselo depende de cada uno, si usted quiere dejar a sus hijos al sistema es du derecho, pero al menos agradezca que alguien es capaz de ayudarle o tratar de ayudarle a abrir sus ojos….su mente.
panchotexas
Aca hay un tontito que ya no tiene imaginación jaja
SofiaVallejosSierra
Es usted quien elije si llevar a sus hijos, no ellos. Mientras ellos sean niños, usted decide por ellos para enseñarles que esta bien y que esta mal. Claramente, aquí el autor le esta tratando de abrir los ojos, mostrando le que si los lleva a un mundo como Kidzania, solo le enseña que el mundo está perfecto como esta. Se conforman con lo que les va a tocar en el futuro, pues al ser niño, creen que es entretenido. No se les da la posibilidad de soñar, de crear un mundo mejor, y de luchar por el cambio. Las marcas al asociarse a kidzania, solo buscan lavarle el cerebro a las personas desde pequeños. A mi lo de la universidad me dejo mal…porque es cierto, ¿Como se quiere lograr algo diferente si les enseñamos desde pequeños que eso está bien?…
No sea egoista, piense primero en sus hijos, no en si usted o no quiere ir al lugar. Los niños siempre quieren TODO, es por eso que el rol de padre es decidir que cosas es bueno darle para su crecimiento.
PS; este pobre niño del ejemplo, desde los cinco años ya piensa solo en el dinero…que será de las nuevas generaciones si se les enseña el valor del dinero desde tan pequeños. Puede que sean mas audaces, como también mas avaros y egoístas. En donde no aprecien lo simple de la vida y las cosas que no necesitan dinero, como es la imaginación.
catalina
SIEMPRE leo este comentario, no está permitido opinar.
natalia.morales.3956690
No se trata de ser tan individualista, se trata de querer algo mejor PARA TODOS, no de «dejar la caca en el pasto porque yo camino por otro lado», es sacarla porque el día de mañana alguien la podrá pisar y cuando se embarre la culpa no será de él sino de quien la vio antes y no hizo nada por cambiarlo.
maximunn
Cuando tu hijo esté en un trabajo que no le guste, culeandose a la mina que NO LE GUSTA, aguantando un almuerzo que NO LE GUSTA será tu responsabilidad, por dejarle en la cabeza el mensaje de que él puede ser mucho más de lo que los empresarios quieren que sea».
Viviana Ausensi
Pero se agradece que la orienten a una, así no cometo el terrible error de llevar a mis sobrinos, pensando que era algo novedoso y entretenido, pero con un trasfondo terrorífico.
lorena encina
Mi hija fue con sus compañeritas , lo paso regio , llegó con regalos ,pero sigue jugando con barro , todo depende de la crianza y como dice arriba , no le gusta , no vaya 😉
Luis Monasterio Opazo
Pero en lo mas intimo de su cerebro ya quedo: Banco «Tanto», Panadería «Tanto» , etc. aunque juegue con barro después.
Cuando sea mayor de edad inconscientemente, elegirá Banco»Tanto», preferirá la Panadería «Tanto», etc.
En resumen, el «CONSUMISMO» la va a orientar y hacer «feliz» inconscientemente, aunque se endeude de por vida.
Cuidado con el «NEUROMARKETING»!!
alfredo
lei tu respuesta hacia rodrigo y amigo ud tiene serios problemas…
no confunda socialismo-capitalismo (ojo que lo digo como algún tipo de modelo a tratar) con corrupción, porque lo que tiene Venezuela, hoy en día, es corrupción en su máxima expresión.
mira con respecto a kidzania, no es que este de acuerdo, pero no olviden que es labor de nosotros completar el aprendizaje de futuro, ellos dan un punto de vista (con mucho marketing), pero es un punto de vista.
Arturo
Es otro mas de los artículos contra Kidzania.
Y resulta, normalmente, ser un catalizador de las tendencias políticas de cada persona que contesta: en un altísimo porcentaje, puedo prácticamente asegurar, quienes odien Kidzania tienen pensamiento de izquierda; y los que encuentren que no es tan malo, o simplemente que es un juego o para el rato, por lo general serán personas mas cercanas a la derecha. Por lo tanto, estos artículos sirven para levantar esas sensibilidades a través del ejemplo de Kidzania. Pero se podría hacer también con otros emblemas como son el McDonalds o similares.
Andres
No tiene nada que ver con si eres de derecha o de izquierda. Que retardado..
El punto es que desde niño te enseñan que sin dinero no eres nadie, que tienes que si te enfermas tienes que ir a la clínica mas cara, que si quieres estudiar tienes que pagar.. prácticamente te obligan a participar de un patrón de vida que es una mierda y que en este país lo valoran.
Arturo
Andres, «participar de un patrón de vida que es una mierda y que en este país lo valoran»…
¿no es esa una declaración de izquierda?
Y, declarar a alguien retardado porque opina distinto, ¿te parece ciudadano? ..es como que yo declare que los cuentacuentos son una estupidez que le da pega a los fracasados. ¿no te parece agresivo?..
Eso último lo puse solo por demostrar el punto de vista, pues valoro sinceramente la labor de contar cuentos e impulsar la imaginación. Pero el tipo de declaraciones descalificatorias siempre lleva a otra.
Arturo
El ejemplo de la pelota roja es exactamente lo que hacen las dictaduras en el mundo: obligan al resto a creer en la pelota roja; aunque cuestionen su existencia, el Estado les repite una y otra vez lo linda que es la pelota roja, lo maravilloso que es el mundo con puras pelotas rojas, etc. Porque un mundo imaginario se sostiene solo por un rato, pero no puede construir futuro a menos que se aisle del resto del mundo e impida ser «contaminado» por otras lógicas.
Rodrigo
Bajo esa lógica sería lo mismo decir: «ves lo lindo que es volar en LAN, comprar pan en el Castaño y poner tu platita en el Banco Chile».
Y si realmente crees que un mundo imaginario se sostiene sólo por un rato, estamos re-mal… El mundo entero está construido gracias a que alguien imaginó en algún momento aviones, barcos, submarinos y hasta empresas. El mundo ES imaginación!
Saludos.
Arturo
Rodrigo, es cierto, la imaginación es un motor de vida. Y me parece fantástico que los cuentacuentos lo favorezcan.
Me remití explícitamente al tema de la pelotita roja, no por el hecho mismo que describe el autor, que representa como la imaginación infantil fue capaz de mantener la ilusión durante un rato; sino por la frase final descrita: no debemos dejar que los malevolos Kidzania, realidad del trabajo, o cualquier otra cosa, «pinche» la realidad que queremos que todos se imaginen. Eso mismo tiene a los Venezolanos imaginándose ahora que tienen papel higienico ….
Saludos
Guillermo Fokker
Toda la razón a la columna. Terrible que a nuestros niños le «impriman» el modelo desde pequeños. El individualismo y el consumismo desde chicos, es lo que mencionó longueira y allamand en el debate: hay que fomentar la competencia porque compitiendo se impone el individualismo, ya nadie ayuda a nadie, si el otro tiene problemas que se joda. Lamentablemente nuestros hijos no conocerán la vida en comunidad y con profundo sentido social. Como padres debemos inculcar valores sociales para que no se pierdan nuestros hijos en el consumismo.
Mauricio Velasquez Robles
Hay que ser muy ciego para no ver el mensaje real de la crónica, mas que el color político, esto trata de justamente de mensajes validos o no, en términos de valores como ser humano, sin duda que la crianza en casa es lo importante , pero cuanto tiempo dedicamos todos a esa educación , seria bueno antes de criticar y hacerle un paralelo político, sentarnos a re-pensaren los detalles , por algo tenemos una sociedad como la de hoy.
Ana María gazmuri
No puedo editar más de acuerdo con lo planteado por Andrés Montero. Me parece que este atentado a la imaginación de nuestros niños es una forma de abuso y violencia hacia la infancia que ha sido invisibilizada, aceptada… Y hasta aplaudida !
No hay buena intención detrás de esta iniciativa, sólo manipulación convirtiendo a nuestros niños en futuros adultos alienados y serviles al modelo. Duele el corazón .
Proteger la integridad de nuestros niños con delicadeza y respeto debiera ser nuestro norte al generar los entornos que acogen tanto su formación educativa como sus tiempos de esparcimiento y juego …
Ana María Gazmuri
Ivonne Jiménez Muñoz
Me sumo a tu comentario Ana María Gazmuri, excelente reflexión!
Karin Valencia P.
Me sumo a tus comentarios, solo agregar que la educación en Chile también manipula, convierte e inserta en la mente de nuestros niños, tal como tu lo indicas, en futuros adultos alineados con el modelo. La gran parte de los colegios subvencionados, politécnicos y municipales educan a nuestros niños para ser empleados y no emprendedores, nuestra educación limita y por lo tanto permitimos que estos invasivos programas infantiles, graven en la mente lo que se debe elegir. La mayoría de las familias chilenas siguen este patrón por la base educativa que nos han entregado desde hace mucho tiempo. También creo en la libre elección, en la libertad de ser consumidores, pero lo que me preocupa son las cadenas que esta libertad de elección genere en la vida de las personas y sobretodo en mis hijos. Para esto nuestra labor y misión como padres es mostrarles todas las opciones.
Mauricio Astudillo
El análisis que realizas es de un adulto que reflexiona, el niño solo ve un mundo de juegos y la posibilidad de jugar a ser adulto un rato. Yo llevé a mi hija y lo pasó bomba, no analizó si la educación es o no gratuita, si el trabajador la explota o si la isapre le subió el plan. Se fue contenta porque pudo ser doctora, periodista, actriz y farmecéutica 🙂
No seamos tan graves, podemos llevarlos a Kidzania, que lo pasen bomba y después tener una muy buena charla con ellos y que aprendan lo bueno y lo malo. No le traspasemos la responsabilidad a los demás, de lo que cada uno es responsable como padre.
Alejandro
Tu comentario me interpreta completamente. Yo también llevé a mis hijos y lo pasaron el descueve. Pero además, ellos viven una realidad que no los obliga a trabajar, por lo que no tienen un sentido claro del costo de cada cosa. A su edad (8 años), yo quería un libro, un libro caro que mi padre se negó a comprarme (era caro, estaba en inglés y yo no podía leerlo). Trabajé hasta comprarlo y aún lo tengo en mi biblioteca. El asunto es que los niños deben aprender que si quieres algo, es necesario trabajar por ello. Que si te gastas todos tus Kidzos en jugar, en algún momento tendrás que trabajar en algo para poder seguir jugando. Y esto también se aplica a la educación gratuita y de calidad, porque, ¿que sea gratis significa que será fácil? Al contrario, para que sea de calidad necesitamos que los profesores sean buenos, pero aún más, requerimos alumnos comprometidos con su propio aprendizaje.
Francis Villarroel
No se trata de si no le gusta, no vaya, por que la gente cree que por pensar distinto está mal y no tiene derecho a opinar?, eso si es dictadura, opresión y régimen, «todo bien por que pensamos igual». Un niño que vaya lo pasará bien, por que es el lugar de moda, y por que vvivirá el mundo que ve que viven sus padres y cercanos hoy, y claramente yo a mis hijos quiero enseñarles un mundo distinto,donde estudiar una profesión sea más que dinero, por que esa es mi realidad hoy.
Francis Villarroel
.
ignacio arentsen
No el gusta…no vaya
vasilia
Si se hubiera construido Kidzania en otro lugar seria licito el «no le gusta no vaya». Pero se construyo en terrenos municipales.
De hecho, Contraloria inicio una investigacion por la concesion del terreno. http://www.defendamoslaciudad.cl/index.php/noticias/item/3429-contralor%C3%ADa-detecta-irregularidades-en-concesi%C3%B3n-a-kidzania-por-municipalidad-de-las-condes . ¿Cual es el problema? La Municipalidad de las Condes en un comienzo se llamó en las bases de licitación a las empresas para contruir un parque acuático abierto a la comunidad, no un centro comercial, lo que es realmente Kidzania.
Con lo cual se presenta el problema: llevar a los niños a Kidzania, un lugar bajo acusacion de no haber cumplido la ley, es, de hecho, apoyar la irregularidad.
No, no es opcional llevar o no a los niños. Ningun ciudadano conciente debe apoyar a empresas que cometen irregularidades del calibre de las cometidas por Entretenciones Boetsch S.A. Ningun ciudadano y ningun consumidor responsable.
Luis Monasterio Opazo
Esto, más que una entretención es una «ADOCTRINACION» temprana, para crear futuros «CONSUMISTAS», pero……..en especial de las MARCAS que les dejan marcadas en sus pequeños cerebros, a los Niños.
Esto, en cualquier parte del Mundo sería un «CRIMEN» a la Niñez, lavándoles el cerebro y llenándolos de MARCAS, SABORES y es muy posible, complementado por Música para que quede mejor «marcado» en sus cerebros.
Esto se enmarca en el «NEUROMARKETING» (suena siniestro) pero aplicado a los indefensos Niños $hilenos.
? En que están y estaban las AUTORIDADES, que permiten que esto suceda?
abejako
a fomentar la lectura !!!
Gianfranco Passalacqua
Pensar que si llevo a mi hijo a Kidzania significaría que el va a tener como concepto exclusivo del mundo y la sociedad lo que ahí le muestren, es como pensar que el único responsable de la educación de mi hijo es el colegio. Si como padre no soy capaz de dirigir la educación de mi o mis hijos, si no soy capaz de que él o ella entienda la diferencia entre ficción y realidad, si lo quiero educar como un resentido sin argumentos, bueno, este artículo cumple con eso. Es bastante más fácil, eliminar lo que creemos dañino a educar y hacer entender la diferencia entre ficción o realidad, entre correcto e incorrecto o lo que queramos enseñar. Este artículo es como la historia del sillón de don Otto. Es absolutamente irresponsable y ridículo hacer responsable a un centro de entretención de los conceptos económicos y sociales que vana tener mis hijos. eso, es responsabilidad mía!!!!!
Valentina Pires
Estoy de acuerdo en parte con lo que planteas, pero no sería diferente si la aerolínea fuera «volemos con imaginación» o la panadería fuera «Panadería Don Juan», en lugar de LAN y Castaño? Creo que es a eso lo que se refiere este artículo, el ir imprimiendo un mundo de consumo en los niños, más que un mundo de entretención con imaginación. No es el acto, es el trasfondo de cómo se presenta la entretención.
Annabellita
genial
crodriguez
Uno parte leyendo el artículo y se forma su opinión, revisando los posteos puede decir que está o no de acuerdo con una u otra opinión, es interesante ver la diversidad de puntos de vista y es lo bueno de la libertad de expresión.
Les comparto el siguiente link para que vean que existe también el Partido obrero de Kidzania: https://www.facebook.com/PartidoObreroDeKidzania con sus propias demandas:
Nuestras Demandas son las siguientes:
-Fin del sistema de «pulperias» y de remuneración con fichas solo utilizable dentro de Kidzania, remuneración en moneda real.
– disminución de las jornadas laborales para poder dormir la siesta
– Fin al sistema de privación de libertad, Cada niño puede salir o entrar a kidzania sin la necesidad de ser acompañado por un adulto represor
– ley que permita las huelgas dentro de cualquier empresa de acuerdo a la constitución vigente y el código laboral
– bono de dos helado a los participantes de la huelga
El incumplimiento de nuestras demandas derivara en la toma de medidas mas radicales.
Por una kidzania libre del yugo capitalista
Partido obrero de Kidzania
La resistencia siempre estará en todas partes desde Terminator a Kidzania.
Katharine Meza
jajajajaja…excelente planteamiento…
Akunti de la Noi
Estoy muy de acuerdo con Andres porque es verdad que los niños después se les queda inconscientemente las marcas que usó.
No se trata de que si no le gusta no vaya, porque es algo que afecta a toda la sociedad y en consecuencia a todos nosotros.
Katharine Meza
que estupidez mas grande…lleve a mis hijos ahi…los niños no ven maldad en esto ni quinta pata al gato..( me imagino que con ese pensamiento sus hijos si…todo depende de como los padres planteen todo a los niños…)….buscar idea nuevas se agradece..incentivar a los niños..tambien…pero buscar maldad en un lugar o un proyecto interesantisimo para que los niños aprendan y entiendan un poco como es la vida del adulto..no le encuentro nada malo.. Señor cuentacuentos solo un pensamiento retrogrado y me atreveria a decir carente de sensibilidad…
vasilia
No es una estupidez criticar a Kidzania.
Y no lo es porque no es ni siquiera buscarle la quinta pata al gato.
¿Que hace Gasco en Kidzania? Jaime Norambuena, Gerente de Estrategia Comercial y Marketing Gasco GLP lo dijo con todas sus letras: entraron en el proyecto, como una forma de descomoditizarse y de que los menores “se transformen en nuestros clientes del futuro, en nuestros promotores, que transmitan esa experiencia en el futuro”.
Fidelización, se llama en lenguaje de marketing.
Fensa y Mademsa estan en Kidzania porque para Ignacio Toro, gerente de Marketing de Electrolux, » el segmento de interés para nosotros son los papás de esos niños”, y que el recambio de un producto de línea blanca es de tres a cinco años, por lo que la idea es estar presentes en la mente de los adultos en ese período.
Y no es maldad criticar a Kidzania, se llama ser «consumidor responsable». Si ud gana su dinero, y le cuesta ganar su dinero ¿por que no aprende a usarlo de manera adecuada, y no ser engañada por la publicidad?
De hecho ¿se da cuenta que ha caido en la publicidad al creer que tenia que llevar a sus niños a ese lugar, cuando le habria salido mejor llevarlos directamente al supermercado de su barrio y enseñarles a comprar? ¿Que necesidad hay de llevarlos a un lugar a que paguen cuentas, cuando deberia llevarlos directamente al Servipag y enseñarles lo que implican las cuentas? ¿Por que, en vez de que un niño gaste dinero kidzanio, no darle una mesada y que aprenda a usarla?
No veo lo retrogrado de criticar a Kidzania, mas bien veo que los que defienden este mall no se han dado cuenta que habria sido mas beneficio para sus propios hijos enseñarles realmente lo que implica vivir en este mundo enseñandoles las cuentas reales de su casa, o cuanto cuestan las cosas en el supermercado, o enseñarles a hacer pizza o galletas en su propia cocina y no llevarlos a una seudofantasia de $12.500 para niños de 4 a 14 años.
Montserrat Casanueva
Katharine, los niños no necesitan saber como es la vida de su padre y tener responsabilidades, necesita jugar y divertirse con sus amigos y NO terner responsabilidades más que estudiar, necesitan imaginación, y con respecto lo que dijo Marcela. es verdad, claro los niños no ven la maldad de las marcas, por que no ingenuos, pero cuando crescan y tengas 17 años y le mande a comprar algo al supermercado ira directamente al Jumbo, o a comrar pan a la panaderia «tanto» o comprara sus neumaticos en «tanto» lo que les queda estará en su subconsciente bien guardado hasta que lo necesite, ya re le daran recuerdos de Kidzacia cuando esté en esos lugares
Laila
Creo que lo que menos tiene este artículo es carencia de sensibilidad
Marcela Stranger
Mis hijas han ido dos veces y ni se acuerdan de las marcas, sólo dicen ‘hice pan, volé un avión o hice pizza’. Además es sólo una entretención entre muchas otras. Cómo dicen muchos, es deber de los padres guiarlos en todo momento.
Carla Valenzuela
Estimado…si nos ponemos a pensar así, finalmente no podríamos hacer nada con nuestros niños. Creo que si criticamos y no hacemos nada por mejorar este mundo, es muy difícil lograr algún buen propósito
Joselo Soto
No le gusta, no vaya, es así de simple y es la gracia de la libertad de poder elegir si uno quiere ir o no a un lugar.