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Kidzania: reescribiendo el mundo que no queremos leer

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La única forma de entrar a Kidzania, si se es adulto, es acompañando a un niño. Comienzo diciendo esto para dejar en claro que, por supuesto, yo nunca llevaría a un niño a Kidzania y que, por tanto, nunca he entrado. Así que escribo esto informado por la página web y por los relatos de mi sobrino político. Este pequeño niño de cinco años sí fue a Kidzania, y lo pasó maravillosamente bien. De sus entusiasmadas crónicas hago el presente resumen.

Kidzania es un centro de juegos de rol para niños, presente en varios países del mundo, entre ellos Chile. Hay más de cien profesiones y oficios disponibles, tales como periodista, piloto, panadero, médico o mecánico.

Al ingresar, los niños cambian en el Banco su dinero por un cierto monto de billetes de Kidzania, llamados KidZos. Para ejercer cada profesión, los niños deben pagar más o menos KidZos, los cuales serán recuperados una vez que se desempeñen laboralmente y reciban su sueldo. Si el niño o la niña logran ahorrar un poco, pueden dejar su dinero en el Banco. De este modo, cuando regresen a Kidzania, tendrán intereses que les permitirán tener un mayor poder adquisitivo. Es lo que le pasó a mi sobrino. Tiene sus KidZos ahorrados y se soba las manos pensando en los próximos intereses. Además, podrá sacar el dinero directamente desde un cajero automático. Recuerdo, por última vez, que mi sobrino tiene cinco años.

Por otra parte, los niños-piloto, por ejemplo, no son pilotos de la Aerolínea Kidzania, sino de LAN. El Banco es el Banco de Chile. La pizzería es Pizza Hut. El supermercado es Jumbo, la escuela de Minería es AngloAmerican, el taller mecánico es Goodyear, la farmacia es SalcoBrand: Kidzania, la “República de los niños”, tiene más de cuarenta socios comerciales.

Insisto en que a este lugar no pueden entrar adultos solos. Es, efectivamente, un lugar para los niños. Diseñado para ellos.

¿Por qué Goodyear, por ejemplo, invierte dinero para estar en Kidzania? ¿Acaso el niño tomará la decisión de comprar los neumáticos del auto de su padre en esa empresa y no en otra? ¿Acaso el niño elegirá, en el mundo real, el banco donde su madre pedirá un crédito? No. Hoy no. Pero mañana sí. Y el recuerdo de ese día feliz volando en LAN pesará. Sin ninguna duda, pesará. Y las empresas lo saben.

Durante 2012 y 2013, realicé un ciclo de charlas para alumnos de Educación Media en diversos colegios. La charla se titulaba, El poder de la ficción: escribamos el mundo que queremos leer, y versaba sobre la importancia de la imaginación y la ficción en nuestros días, y también sobre mi trabajo en este ámbito como escritor y cuentacuentos de la Compañía La Matrioska. La charla comenzaba, justamente, con una discusión sobre Kidzania. Después de informar, objetivamente, sobre este lugar, se abría el debate…

Pero el debate no existía porque todos levantaban la mano para decir cosas como “es que nos quieren hacer creer en su sistema”, “no nos permiten imaginar”, “quieren replicar la injusticia y la segregación social”.

Les estamos negando la posibilidad a los niños de pensar en un mundo distinto. Deberían tener el derecho, al menos, a imaginar un mundo peor. Pero no igual. Mi sobrino ya no quiere hacer pan con barro: sólo lo quiere hacer en la panadería Castaño, de Kidzania, con harina de verdad. El barro se convirtió para siempre en barro y en nada más.

En Kidzania, si alguien quiere ser médico, por ejemplo, debe ir a la universidad. Y por supuesto, la universidad debe pagarse. Un alumno una vez me preguntó: “¿cómo entonces vamos a convencernos de que la educación debería ser gratuita, si desde niños nos hacen creer lo contrario?”. Impecable razonamiento, y lamentablemente, irrefutable.

En la charla mencionada, yo preguntaba a los alumnos si a alguien le gustaba el mundo tal y como estaba. Más de mil jóvenes han escuchado la charla y nunca nadie me ha podido responder que sí. ¿Por qué, entonces, insistimos en replicar lo que no nos gusta? En lo personal, entre todas las muchas atrocidades de Kidzania, lo que me resulta más doloroso es que les estamos negando la posibilidad a los niños de pensar en un mundo distinto. Deberían tener el derecho, al menos, a imaginar un mundo peor. Pero no igual. Mi sobrino ya no quiere hacer pan con barro: sólo lo quiere hacer en la panadería Castaño, de Kidzania, con harina de verdad. El barro se convirtió para siempre en barro y en nada más. La imaginación comenzó a perder la batalla.

Una alumna muy perspicaz me dijo, terminado el “debate” sobre Kidzania, que ya que todos sabían que el mundo era una mierda, pero quería saber si yo proponía algo o sólo criticaba. La pregunta me vino como anillo al dedo para continuar con la charla, que estaba enfocada justamente a eso: a demostrar cómo los cuentos, las historias, y la ficción en general, permiten pensar en otro mundo y “escribirlo como lo queremos leer”. Los cuentacuentos, por ejemplo, trabajan solamente con la imaginación de los niños y nada más. No hay dibujos, no hay disfraces, no hay títeres: solo la voz y las palabras que penetran en los niños y los obligan a imaginar dentro de sí mismos el cuento narrado. Es algo increíble fijar la atención en las caras de los niños (y también de los adultos) cuando escuchan cuentos: es una absorción total del mundo, casi una catarsis, como si durante esos quince o veinte minutos de narraciones pasaran a otra dimensión. En mi Compañía de Cuentacuentos la hemos llamado, a falta de mejores definiciones, la “cara de cuento”. Es una cara, una expresión facial, que no otorga ni la televisión, ni el juego, ni nada que yo haya visto. Sólo la imaginación.

No ahondaré aquí en detalles sobre la respuesta a la pregunta de la alumna, pero sí me referiré a la anécdota con la que he cerrado esta charla. Cuenta una narradora oral que, en cierta ocasión, antes de empezar una función en una sala de clases de un jardín infantil, decidió jugar con una pelota roja e imaginaria. La pelota invisible iba pasando de niño en niño, rebotaba, chocaba con un vidrio, regresaba a la cuentacuentos. Luego la narradora les dijo a los niños que iba a dejar la pelota imaginaria abajo del pizarrón, para poder empezar a contar los cuentos. Cuando terminó, se despidió de los niños y se dirigió a la puerta para ir a otro curso a repetir la función. Estaba por salir cuando sintió que una manito le tiraba de la falda. Era un niño de cuatro años, que le pasaba algo invisible diciéndole “Tía, se le quedó la pelota roja”.

La pelota existe porque en esa sala todos quisieron que existiera. Esa pelota será, el día de mañana, justicia social, igualdad, en fin, todas las utopías de nuestro siglo. Pero para eso, debemos evitar que la aguja de Kidzania la pinche. Si no lo logramos, la narradora se irá de la sala sin su pelota roja, porque ya no tendremos niños que quieran leer el mundo con los ojos de la imaginación.

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109 Comentarios

Ricardo López

Que ocurre con los zoológicos, es que a caso no le entregamos también una visión del mundo errado a nuestros hijos?, en el zoo conviven animales en cautiverio por lo que su modo de comportarse dicta mucho de la realidad, por tal afirmación es que debemos entonces llevar a nuestros hijos a la selva para que no se empapen de una realidad errónea y fantaseada por los zoo?.
Sin defender ni atacar en este caso a kidzania creo que el valor de las cosas es y será siempre responsabilidad de los padres darlos a sus hijos, esta en los padres el indicar que esto es solo un mundo de fantasía al igual que tantos otros…..

Pamela Zúñiga Henríquez

Estimado Andrés: Muchas gracias por esta columna. La verdad es que soy una mamá joven, y fui criada siguiendo todos estos esquemas de vida. No niego que me ha servido, ya que soy profesional y eso me da la posibilidad de ser independiente, pero quiero cambiar esa formación en mi hija. Bueno, primero tengo que convencerme a mi misma, ya que cuando supe lo de kidzania no se me pasó por la cabeza lo negativo que puede ser para ella. Y ella por supuesto tiene muchas ganas de ir. Somos de Chillán, así que en realidad las posibilidades son escasas, pero con esto, prefiero mil veces gastar ese dineral en otros paseos. Por otro lado, trato de incentivar la lectura en ella y por lo mismo te quería pedir alguna recomendación de tus libros que sean para su edad (9 años).
Desde ya, muchas gracias!!

atte
Pamela Zúñiga Henríquez.

    Andrés Montero

    Hola Pamela! Muchas gracias por tu comentario y me alegro de que te haya gustado el artículo. La verdad es que yo no escribo cuentos infantiles sino para adultos … lo que hacemos es contar cuentos para todo tipo de público,a eso nos dedicamos, pero cuando contamos cuentos para niños tomamos historias de otros autores. Si quieres me puedes escribir a mi correo y te puedo recomendar literatura infantil que consideró de calidad y que aporta a la imaginación. Mi correo es andresmontero90@gmail.com

jocelyn

Yo opino con conocimiento de causa, trabaje en kidazania durante un tiempo no menor, conociendo todos los pros y contras. De partida decir que ahi trabajan solo jovemes estudiantez del area de la educacion yque cada uno sabemos como fomentar en los niños la imaginacion en cada dinamica, en mi caso y de varias ex compañeras, les haciamos juegos, preguntas, que utilizaran la imaginacion y el recuerdo de lo que hacen en sus casas, todo antes de.comenzar la dinamica y, aunque no estaba permitido dentro del parque, yo por lo menos jamas mencione el nombre del lugar donde estaba, sino que trataba de transformarlo a lo que el niño conocía…

Por otro lado me acuerdo perfecto cuando fui a la entrevista y al entrenamiento de 2 dias antes de entrara a la empresa, donde lo primero que te dicen es las marcas comerciales que hay en kidzania son por que queremos que los niños conozcan las marcas oor que influiran en sus padres al momento de comprar y lo recordaran pr el resto de sus vidas, por lo que yo me hubiese dado la vuelta y adios, pero lamentablemente TODOS lo jovenes que trabajamos ahí, lo haciamos para pagarnos las carreras por que ademas el horario es tan flexible que no queda de otra opcion mas que aceptar.

Lo aberrante de todo esto, no es el hecho de el comercialismo en si, sino que todo lo que se hacía de comida estaba vencido, el pan de castaño vencia y despues de un mes se utilizaba igual, aveces con aspecto realmente asqueroso debiamos molerlo para poder votarlo, la masa de la pizzeria, uno al dia… etc… y para que decir que las condiciones en que trabajabamos… los olores a putrefaccion que habia cuando llegabamos, las muchas veces que tuvimos que limpiar nosotros mismos las asquerosidades; era una situacion horrible, por lo que lo mejor era salir de ahi.

Hace mucho tiempo no piso la mini ciudad, pero lo que si puedo decir es que JAmAs llevaria a mi hija para alla, no la llevaria a intoxicarse ni pegarse infeccinnes y a mucho menos llenarle su cabecita con la fabrica de comercio que es kidzania…

    Andrés Montero

    Hola Jocelyn. Soy el autor del artículo, me gustaría contactarme contigo. me podrías escribir a mi correo? andresmontero90@gmail.com te lo agradecería mucho

jluisa.abarca

Estoy muy deacuerdo. Y me siento aliviada de no haber llevado a mi hija de seis años aún a ese lugar. No conocía los detalles del sistema Kidzania, pero desde la poca información que tenía me lo hacia poco atractivo. Me parece que hay tantos otros lugares que aportan más a la creatividad de un niño en nuestro país! Mucho mas baratos, claro que con menos marqueting!

Gerardinsky www nunclux com

fue usted a kidzania?
bueno yo fui de invitado, no pagaría por ir esta claro
mi hija lo paso increíble y el principio no es el consumismo, es el valor de las cosas. si quieres pan, hay que pagarlo, si quieres diversión hay que pagarlo ¿Como? trabajando, ¿en que? Correo, medico, arquitecto, mensajero, y otros.
mi hija tiene re buena imaginación y no la perdió por ir a kidzania.
pero aprendió una lección las cosas tienen valor y no por que el papa saque plata de una tarjeta para comprar, la plata aparece mágicamente en el dispensador de plata (cajero automático).
aprendio que hay diferentes oficios y diferentes profesiones y que todas son respetables y todas tienen valor.
solo quiero resumir que en todo en la vida puedes sacar una enseñanza
1.- Esta sociedad imperialista se esta pudriendo al enseñarle a pobres mentes inocentes la importancia del consumismo….
2.- Es bueno que los niños entiendan que en una sociedad conviven diferentes oficios y profesiones para que todo funcione.
Los niños aprenden por juegos, pero lo que aprenden va directamente relacionado con quien los guia.
si te portas bien te compro un libro, si te portas muy bien tu lo elijes
-el niño aprende que el libro es un premio-

Javier Saavedra

¿Cuentacuentos? no gracias, si tengo hijos les enseñaré a leer, no a que un desconocido lea por ellos.

Gabriela

A cualquier edad, se les puede contar cuentos para fomentar el gusto por la lectura, y desarrollar la imaginación.
Tiene razón el autor que el espíritu de kidzania es meterles marcas a los niños, y un sistema maldito de esclavitud, porque les da todo hecho y pensado por otros.
Jugar con barro, con un trompo o un caballito de palo es lo mejor! Echar un bote de papel a un charco, lleva a un niño de viaje hacia donde él quiera!

    Gerardinsky

    desde la guatita de la madre… hasta los quince… ygual comprale sus propios libros…

maca

Todo parte por casa, la enseñanza la realizan los papas, lo demás solo un paseo de finde semana.

Maria Angelica Espinoza

Me pareció sencillamente creíble y simple, solo realidad!
Felicitaciones Andrés!
Como te contacto?

Jaime Muñoz

llevamos a nuestra hija a Kidzania, lo que mas le gusto fue ser Bombero, para ella solo fue un paseo de fin de semana nada mas……
me pregunto cuantos de los que opinaron dejan que sus hijos jueguen con barro, al trompo o en un caballo de palo….apuesto a que ni los conocen.
increíble como opinan sobre imperialismo, comunismo, socialismo…..uds., si dan miedo no me gustaría ver a ninguno de Uds., cerca de mis hijos. (Uds., son los típicas personas que decían que los capitalistas te esclavizan y los comunistas se comen a los niños……jajajajajajaj…solo que mas modernos).

Raúl

Una catedral infantil para alabar al dios Dinero… Los alienados fundamentalistas agradecen la existencia de estas escuelas de catequismo, les facilita el traspaso de su fe a sus vástagos inocentes… La libertad de ser ovejas es más fuerte q la necesidad de ser realmente libres de espíritu… Si no le gusta, no vaya, no interrumpa el catequismo de esos pequeños potenciales consumidores.

emilia

Yo tengo una hija de 6 años y no la he llevado a kidzania porque me da lata que de cierta manera se involucre tan pequeña al sistema, es probable que si yo no la llevo vaya por el colegio, y decidi no prohibirle ir, sino conversar despues con ella y guiarla. A veces subestimamos a los niños, y terminan sorprendiendonos con sus capacidades analiticas independiente de lo que el sistema quiera inculcarles.

Pia

A veces los padres piensan que no llevando a los niños a un lugar, o no contandoles toda la historia el niño está «protegido», pero la verdad es que los hacen más vulnerables al mundo de hoy. Lamentablemente nuestra vida «hoy» es la que tenemos.. y es indiscutible… no por haber vivido en la guerra significa que te va a gustar eso.. La educación es la que damos los padres.. no un lugar, somos nosotros los que debemos criar a nuestros hijos… no dejar esa tarea a otros.

Entiendo que a muchos no les guste y están en todo su derecho, tanto así como los que llevan a sus hijos. Ni una ni otra es la opción buena, son sólo opciones diferentes, y maneras de criar distintas… el resultado es lo que tendremos en 20 años más…

Daniel Carpentier

Yo siempre jugué con la imaginación porque fui Scout toda mi vida, y fui Mowgly en el libro de la selva junto a Akela, Baloo y Kaa .. Y fui un caballero de la mesa redonda con rey arturo y luego de varias etapas en mi vida, seguí creyendo, porque fui yo el que tenia que contarle los cuentos y leyendas a los que entonces eran los niños ..

Ahora y luego de dejar de ser Scout activo hace 5 anos, estoy empezando un proyecto de una idea gringa, luego de vivir 4 anos alla, donde los niños eligen que quieren hacer según sus aptitudes y talentos. Según lo que se imaginen y crean, sin barreras de un NO eso no se hace, ni reglas del colegio. Yo no quiero mandarlos a todos los psicólogos o psicopegagodos que tuve que ir yo cuando niño .. Quiero mandarlos a crear sus pequeños mundos, los de la imaginación.

Esto sera en Santiago, durante el Verano .. Niños de 5-6 a 12 años .. y me muero de ganas de que empiece este camp. Si quieren meter a sus hijos, me contactan, feliz de darles espacio para imaginar con cartones de que están en una nave espacial o en un castillo!

Saludos
Dani Carpentier

Nicolas Avsolomovich

Interesante perspectiva, he llevado a mis hijos a Kidzania, pq ellos me lo pidieron, lo habian escuchado y en verdad que lo pasan bien. Es lúdico, y aprenden jugando, es lejos mejor q una tarde de cine o de fantasilandia, happiland, etc….

Pero claro, puede tener este lado «oscuro», este neuromarketing, como decia un post anterior.

Creo que mientras sea un de vez en cdo está bien, eso combinado con caminatas, bicicletas, playa, piscina, dunas, dará realidad.

Mónica Pinto

Buhh.. todo mal… Mal análisis. cuando dice: «Es lo que le pasó a mi sobrino. Tiene sus KidZos ahorrados y se soba las manos pensando en los próximos intereses». Eso no es culpa de Kidzania. El niño aún no había estado ni 5 minutos. Es culpa de sus padres y entorno familiar. Además es una conducta no propia de un niño, sino una copia del actuar de los adultos. Dicho de otro modo, eso es lo que ese niño observa… y copia. Yo llevo a mis hijas a Kidzania. Lo pasamos súper. Todo depende del enfoque. Si demonizamos a nuestra sociedad sólo tendremos niños agresivos y desagradados. Un ejemplo: Primero: Cuando van a kidzania mis hijas y sus amigas hacen una sociedad, una especie de cooperativa. La premisa es una para todas y todas para una. Es decir todos los kidzos van a un fondo común y luego colectivamente deciden por qué los cambian (destaco que no es fácil ponerse de acuerdo, es un gran ejercicio) . Segundo… la premisa es que deben trabajar y disfrutar.. es decir alternar entre las actividades de trabajo y de ocio.. (algo muy importante en la vida real). Tercero… Hay un límite… primero de horario… (no pueden estar más de 3 horas en kidzania, por lo tanto deben organizar su quehacer), y segundo, de cosas que pueden comprar. (Ambas tb enseñanzas fundamentales para la vida). Cuarto: Mis hijas y sus amigan han aprendido conceptos como «publicidad engañosa», y precio justo. ASí en la «vida real» , ya comienzan a diferenciar entre las fantasías de la propaganda versus el producto «real», y comprenden lo que es un precio abusivo. Bueno.. así mis hijas y sus amigas… aprenden en kidzania y también en otras instancias de la vida (guiadas por sus padres y cercanos) estrategias para vivir más equilibradamente en esta sociedad, y no acumular odio y frustración respecto de lo «que les tocó vivir». . . Para terminar comento que yo sí habría podido responder de buen modo la pregunta de la estudiante respecto de qué propongo al respecto. No la habría eludido ni contestado con una moraleja que se expone al estudiante a modo de bofetada moralista. Basta con eso. Si uno es profesor, hay que enseñar a convivir en sana medida. Sólo eso solicitan los estudiantes.

    Andres Montero

    Andres Montero

    Está muy bien lo que hace usted con su hija y sus amigas, ojalá todos los padres tuvieran un espíritu tan Dumas como el que propone usted, pero lo dudo. No podemos esperar que todo el mundo llegue a KidZania con la intención de hacer una cooperativa, con límite de tiempo, etc (además, harto cara la actividad de aprendizaje, para ser profesora me parece que le equivoca a la utilización de recursos).
    Mala capacidad de lectura, señora profesora, si lee bien, en ningún momento en la columna he dicho que no respondí la pregunta de la alumna, si no que no la he escrito aquí para no alargar innecesariamente la columna. La «moraleja» (?) a la que hace mención es el final de la charla, y no la respuesta a la pregunta de la alumna.

    Lisandro Burgos

    Me agrada su opinión, es equilibrada.

victor manuel duran castro

Yo creo que una educación enfocada a como ser padres en secundaria seria mas efectiva , siempre lo digo ser padres es un privilegio y debemos estar preparados para ello y saber como educador a un nino desde el comienzo, darle toda la atención que necesita ( 100 % ) hablarles mucho ,como alimentarlos sanamente y iremos necesitando menos kidzania . Digo Yo ! No es una critica es una idea que creo es muy positiva y alcanzable ,se de esto un poco !

Nina

¿La señora Mónica Pinto lleva a sus hijas a Kidzania para que aprendan los conceptos de «publicidad engañosa» y «precio justo»? ¿! ¿No le habría salido más barato llevarlas a la feria?

Javiera 20

Creo que hoy en día los niños no son los que juegan con barro siempre, o los que »toman agua de la manguera», antes de ellos había otra generación, como la mía… Yo jugaba en mi casa a lo mismo que se hace hoy en día en KidZania, a tener plata (los sobres de té simulaban los billetes), jugaba al doctor, a ir a la Universidad, a ir al supermercado, a las tacita, a viajar en LAN (porque era la aerolinea que cuando chica mas use), etc… Al final te das cuenta que ir a KidZania hoy en día es lo mismo que hacias cuando chico pero más real. Yo encuentro por un lado genial KidZania, si pudiera volverme niña iría sin pensarlo. Enseñarle a los niños de pequeños que para ser profesional hay que ir a la Universidad es algo positivo, incluso si ellos saben que tienen que ser »los mejores» para poder estudiar, que sepan lo que es ir a un banco o como se valoriza la plata, no es darle plata a las empresas, es ser realistas. Mi hermana tiene 12 años y ha ido varias veces, créanme que es más madura de lo que puedan imaginarse y para ella no fue nada del otro mundo ir, porque tiene valores y educación desde casa, ella solo fue a divertirse, pero eso no le quito »dejar de jugar con barro». Quizás este no es un mundo perfecto, y lo siento amigo, nunca lo será, pero nosotros si podemos ser alguien para este mundo y creo que KidZania no va a cambiar nada a los niños si nosotros le partimos dando una educación distinta por casa.

Mi hermana de 12 años aun sigue teniendo una imaginación genial, sus amigas también, y todas han ido a KidZania más de 2 veces. Creo que depende de cada niño lo que pase ahí, en ese mundo tan irreal, pero tan entretenido para ellos.

Saludos.

Nina

Suena bonita tu historia Javiera 20, pero mientras tu hermana puede ir a Kidzania todas las veces que se le dé su regalada gana, hay otros niñitos en Chile, en el otro Chile, porque tenemos 2 Chiles ¿no?, que no pueden ir a Kidzania y que tampoco juegan con barro porque a ellos les gustaría jugar como los otros niñitos, los que van a Kidzania. En el fondo, a lo que voy, es que lugares como Kidzania fomentan un tipo de entretenimiento excluyente y NADIE SE LO CUESTIONA. En palabras del autor de este artículo: «Les estamos negando la posibilidad a los niños de pensar en un mundo distinto.»

    Pedro

    Pero que parte de que los niños vayan a kidzania está fomentando la exclusión?

    Por favor, siempre van a haber cosas que la gente o familias con plata van a poder hacer, y la gente más pobre simplemente no. Así es la vida, aquí y en cualquier otro país.

    Ir a Disney no es excluyente? vamos a empezar a criticarlo porque hay gente que no puede pagarlo?

    Ya se está llegando al extremo.

    Nina

    Pedro, mi crítica va a que lugares como Kidzania salen como si nada bajo las piedras, los hay y muchos PERO NO PARA TODOS y repito, dije y tú me lo confirmas con tu comentario: NADIE SE LO CUESTIONA. En cambio, iniciativas INCLUYENTES, lugares de calidad que puedan disfrutar todas las familias, incluidas las familias de menores recursos y sus hijos NO LOS HAY. La sección de libros infantiles de las bibliotecas chilenas, por ejemplo, son un BODRIO. Allá no van ni los niños ricos ni los pobres con ganas. No me vengas con que en todos los países los niños de menores recursos no tienen opciones más económicas y hasta gratis de entretenimiento y cultura. ESO NO ES ASÍ. Por tu comentario que dice: «siempre van a haber cosas que la gente o familias con plata van a poder hacer, y la gente más pobre simplemente no. Así es la vida, aquí y en cualquier otro país.» se nota que te DA LO MISMO esos otros niños, los más desposeídos, mientras TÚ tengas plata para tu Kidzania ¡Lindo el mundo! ¿no? Ya veo, por tu comentario, que Kidzania nos ayuda a tener un mundo mejor JA,JA.