La primera vez que escuché hablar de KidZania me imaginé algo así como «Mundo Mágico 2.0». Después de varias explicaciones, entendí que parecía asemejarse más a un juego de roles con escenografía premium, a un Metropoly de carne y hueso, o a un Reality Show sub 15. Las descripciones que escuché hacían que cada vez me gustara menos la idea de que mis hijas fueran a ese lugar. Hasta que, hace pocos días, se produjo una discusión entre quienes defendían a la singular «ciudad», argumentando que era una entretención inocente, y quienes criticábamos que a través del juego se promoviera sin contrapeso alguno el consumo –marcas reales incluidas-, y la réplica sin cuestionamientos de un modelo económico y social del mundo real que evidentemente está en crisis.
Pero cierto es que todas estas críticas eran apartir de los relatos de otros. Entonces, y luego de múltiples ruegos de mi hija mayor, acepté romper el Tabú y llevarla junto a su íntima amiga a la ciudad innombrable, con la condición de luego hacer una»tarea», y conversar sobre lo que vieran, escucharan e hicieran. La misión era ir a jugar y recorrer, pero con los sentidos despiertos. Aceptaron, evidentemente, más que encantadas. La idea era no prohibirles ir, sino, como lo hacemos con la TV, acompañarlas para que, sin dejar de pasarlo bien y jugar, tuvieran una mirada crítica sobre este verdadero reality show. En otra columna les cuento cómo nos fue con la tarea de las niñas, pero les adelanto que se entretuvieron menos de lo que ellas mismas esperaban. Por ahora va mi experiencia.
Al llegar, nos encontramos una breve pero decidora declaración que explica que niños y niñas, “cansados” del mundo adulto decidieron formar una nación donde, cito: «ser, saber, cuidar y jugar se convirtieron en sus derechos». Fuertes afirmaciones para quienes pensamos que somos los adultos quienes debemos garantizar dichos derechos. Que para que se respeten los derechos de niños y niñas, estos deban deshacerse de los adultos, me parece un desafortunado mensaje para un lugar que pretende ser, de alguna manera, un espacio educativo.
Ya entrando, me encuentro con que KidZania es una nación subterránea, sin luz ni ventilación natural. Ahí el tiempo pasa lento, no oscurece ni amanece, el techo está pintado de azul, con nubes muy blancas y todo está iluminado con luz artificial. No vi tierra, no vi verde. Ni almácigos, cultivos de ningún tipo, ni menos agua que corriera por ninguna parte.
En KidZania niñas y niños circulan «libres”, son autónomos y tienen la posibilidad de probar diferentes profesiones y oficios, de elaborar varios productos que después se pueden llevar o comer. Es lo que más disfrutan: actividades tipo talleres en las que pueden hacer pan (marca Castaño), elaborar Coca-Cola, Manjarate (Soprole), Trencito (Nestlé), y otros. Pueden también desempeñarse como periodistas en La Tercera, como médicos en la Clínica Alemana o como técnicos en Entel. Todo tiene marcas reales, lo cual resulta tremendamente atractivo para pequeños y pequeñas que, a esa edad, aspiran a hacer y ser como adultos, y que así sienten que están a cargo en el mundo “de verdad”. Aquí es donde otros adultos me dicen que cuál es el problema con esto, que es una simple entretención, que es ridículo pensar que después, en el día a día niños y niñas, por ejemplo, vayan a preferir las marcas de los sponsors. Pero eso está lejos de ser lo que considero más complejo de este proyecto.
¿Qué es, entonces? No es inocuo que una ciudad que busca ser una fiel réplica de la realidad funcione exclusivamente sobre la base de la producción y el mercado. En KidZania todo se compra y se vende, pero no hay gobierno, ni aparato público, salvo la policía y el juzgado, que persigue y castiga delincuentes. No hay hospital ni consultorio, sino Clínica Alemana, donde solo nacen guaguas –muñecas- rubias y de ojos azules. La “Universidad Nacional de KidZania” no es la excepción y obviamente tampoco es gratuita. En su interior, el afiche que presenta los “valores” que la inspiran dice textualmente:
«Estos estudios te permitirán tener una mejor retribución por tu trabajo, ganando más KidZos (la moneda local), en los establecimientos que tienen relación con el campo de estudio de tu elección. Entre más alto sea el grado obtenido, mayor será el beneficio. ¿Qué estás esperando? ¡Estudia una carrera y obtén tu título hoy!»
Lo que importa no es fomentar el aprendizaje grupal, menos el intercambio de realidades diversas, fundamental para la formación de cualquier profesional que quiera tener una mirada amplia y aterrizada en sus temas. La Universidad simplemente consiste en varios computadores frente a los cuales niños y niñas se sientan para absorber quien sabe qué contenidos, dar un par de exámenes y obtener la tarjeta que acredita su título, y que presentarán luego para cobrar un porcentaje adicional en su remuneración.
En KidZania hay automotoras (Hyundai), pero no transporte público. Menos ciclovías. La basura no se recoge, ni recicla. Sí hay un letrero de planta de reciclaje, pero no conduce a lugar alguno. Y por cierto no hay parlamento, ni presidencia, alcaldía, esbozo de junta de vecinos ni nada que se asemeje a una institución de representantes. El mundo en KidZania viene dado: se aprende, aprehende y explora, pero no se cambia. En los muros no se ven afiches de campañas de interés público: ni salud, desarrollo sostenible u otra. Sí se pueden ver en cambio anuncios de inmobiliarias o de búsqueda de mascotas perdidas. En definitiva, se ha replicado del «mundo real», solo lo que el mercado necesita para subsistir. ¿Quién puede decir que es inocente o coincidencia que en la sala de redacción de La Tercera de la ciudad, esté enmarcada y a la vista una portada del diario cuyo titular dice “Pronósticos Económicos para Chile mejoran por crecimiento record”?
No es inocuo que una ciudad que busca ser una fiel réplica de la realidad funcione exclusivamente sobre la base de la producción y el mercado. En KidZania todo se compra y se vende, pero no hay gobierno, ni aparato público, salvo la policía y el juzgado, que persigue y castiga delincuentes. No hay hospital ni consultorio, sino Clínica Alemana, donde solo nacen guaguas –muñecas- rubias y de ojos azules. El mundo en KidZania viene dado: se aprende, aprehende y explora, pero no se cambia.
Niños y niñas se divierten muchísimo, y era que no: luego de pagar la entrada que cuesta $8.900, tod@s quienes acceden son»libres e iguales» para emprender, gastar, ganar, ahorrar, invertir. Los «no iguales» ya quedaron fuera y los iguales van y vienen entre diversas ocupaciones sin considerar ningún desafío ni tarea colectiva. No hay pobreza, no hay contaminación, no falta el agua, no sobra el CO2.
Supe que en la semana KidZania recibe escolares. Y pensé que eso valdría la pena si quizás esta misma metodología e infraestructura (que funcionan muy bien para los fines propuestos), se usara para formar no solo consumidores, sino ciudadanos y ciudadanas. Me gustaría ver a niños y niñas canalizando su creatividad y expresando sus anhelos en campañas con propuestas para llegar al parlamento o Consejo Municipal. Si junto con la actividad comercial se replicara también la vida de barrio, la convocatoria a actividades deportivas, u otras iniciativas colectivas. Algunos me dicen que eso es aburrido. Yo no creo, no lo era para mí siendo niña, al menos. Otros más crudos me dicen que para qué, si finalmente es cierto que el mercado gobierna al mundo.
Pero si esto último es cierto, con mayor razón me parece que KidZania es una forma burda de lo que pensadores como Theodor Adorno definieron como Industria Cultural, donde, bajo la excusa del entretenimiento se naturalizan realidades que son construcciones culturales que favorecen a quienes detentan el poder político o económico.
Para terminar, una breve pregunta a quienes, después de todo lo dicho, todavía defienden a KidZania como un pasatiempo neutral o inocuo: Si en Cuba se levantara una infraestructura similar, y la ciudad replicara el funcionamiento e instituciones de la isla para que niños y niñas jueguen y conozcan el mundo adulto, ¿les parecería igualmente un pasatiempo inofensivo? Les dejo la inquietud.
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Fuente de fotografía
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Andres Tassara
No conozco, a quien escribe el blog ni tampoco la fundación o corporación en la que trabaja, pero no viene al caso, me parece de una de esos tantos blogs que cuando no encuentran un tema para escribir se dedican a descuerar algo exitoso buscándole la quinta pata al gato.
Kidzania es un parque de diversiones cuyo objetivo es divertir a los niños, obviamente detrás de eso hay un fin económico, también es una empresa con accionistas que invirtieron mucho dinero y quieren recuperar su inversión con utilidades, por eso también hay marcas que auspician.
Esta persona critica para empezar que es un lugar donde la luz es artificial que no hay ventilación….. claramente su intención es dañar, por qué?…..
Ahora bien, si la idea es divertir a los niños tiene que ser divertido. Esta persona que lo critica dice que no es real, obvio que no, si la idea es divertir no vas a poner alo niños a hacer cola de horas para subirse a una micro del transantiago, no los vas a hacer trabajar en un consultorio donde no hay remedios ni herramientas para ejercer la medicina o prefieren que se dediquen a hacer marchas, quemar buses, saquear tiendas y tirarle piedras a los policías…. es un mundo de fantasía que busca asemejarse a la realidad pero divirtiendo, por eso rescata lo bueno, para divertir, no es un parque para mandar a los niños a reflexionar sobre los aspectos duros, injustos y oscuros del mundo en el que vivimos, eso es tarea de los padres y los colegios. Que haya marcas hace que parezca aun mas real, que haya una universidad que te enseña que por estudiar vas a conseguir mejores salarios, perfecto, obvio que no hay contaminación. En fin creo que es un parque de DIVERSIONES, distinto y excelente.
Me imagino que debe odiar a Walt Disney World y todos los otros parques, si no le gusta Kidzania porque es demasiado perfecto e irreal que opinará de volar en barcos piratas, montañas rusas espaciales, estar con animales gigantes que hablan, caminan y bailan, salir a salvar el mundo con Hulk o Spiderman, visitar el mundo de Harry Potter o el castillo de Cenicienta ………
Miguel Peredo
Hacerlos esperar el transantiago media hora jajajaja.
Deberíamos prohibir jugar al pillarse. Eso de encarcelar a otros niños sólo por el hecho de correr mejor que ellos no me parece un buen ejemplo. El pillarse enseña discriminación y segmenta a los niños por sus cualidades atléticas. Eso no puede ser.
Y la pinta? Eso de marcar a otro niño para que corra detrás de los demás en un acto de injusticia y barbarie.
Por lo bajo, me parece que esta columna está muy forzada, exagerada. Entiendo que no le guste a la autora, y que otros piensen igual que ella, pero están apretando demasiado en donde no deberíamos.
Sergio Cerda Donoso
Inventen una mini ciudad en que los niños sepan lo que es vivir en un estado social en el cual no existe la propiedad privada de los medios de producción en donde el humano no explota a otro, ni lo hacen entre si.
No sean tontos graves si es un lugar para que los niños vayan a divertirse no mas.
Pamela Iturbe
Yo llevé a mi hija a un cumpleaños y encontré que era un proyecto entretenido, bien hecho, de buena calidad, limpio, con variedad de situaciones y lo que encontré genial era que ellos podían sentir en carne propia lo que le cuesta a sus papis ganarse la platita todos los meses. Encontré genial que pudieran trabajar de reponedor o cajero en un supermercado y entender de qué se trata ese trabajo y cuánto molesta cuando la gente va y deja todo tirado por cualquier parte. Encontré genial también que existiera una réplica de una venta de gas, de la PDI con área de laboratorio y búsqueda de criminales, que pudieran jugar al doctor con cosas más reales, al veterinario, que hubiera una sala de arte para quien quiera ir y pintar en un atril de verdad pudiera hacerlo, que pudiera jugar a la tarotista, al periodista, al animador radial, que supieran cómo se fabrican los helados que se comen, que aprendieran a cocinar, a hacer pan, cómo es una cabina de un avión… absolutamente genial, etc…. ¿Por qué siempre que leo columnas de gente claramente de izquierda sólo logro ver el resentimiento y la odiosidad? No creo que la persona que escribe y varios de los que opinan aquí se atiendan en un hospital público o envíen a sus hijos a cualquier colegio. Por qué todo tiene que ser visto como un ataque a la sociedad, al mundo… Cada cual ve el mundo con el prisma que quiere. Yo vi un lugar bonito, donde los niños lo pasan bien, donde se entretienen y de paso aprenden más o menos distintos oficios y profesiones. No ví un lugar peligroso y que les vaya a inculcar malos hábitos y educar en torno a eso que ustedes llaman «capitalismo neoliberal»…. del que todos disfrutamos mientras podemos. Es rico darme cuenta que soy una persona de clase media, que me esforcé en mis estudios, trabajo y me saco la mugre y he logrado hasta ahora los objetivos que me he propuesto junto a mi marido: criar 3 hijos felices, tenerlos en el mejor colegio que pueda pagar (en La Florida por cierto). Por si creen que soy la típica loca ABC1 que siempre lo ha tenido todo y que por eso opino así, les cuento que siempre he sido de clase media (y a ratos casi media baja), mi madre era profesora, separada y con 2 hermanas más, así que sé de lo que estoy hablando. La EDUCACION SE DA EN CASA… en ninguna otra parte. Así como dijo Albert Einstein «Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela»… o en Kidzania…
Fernando
Ya!!! como tanto negativismo con esto, en mi caso veo a diario como los niños tratan de emular el mundo de los grandes y jugar los roles de los adultos que ven a diario. Ir a Kidzania es lo mismo pero en una inatalación mas pro…
Yo nunca he visto niños jugando al hospital pobre, al mendigo, el estudiante en paro , etc. les ayudara mucho que en una tarde de juego se los muestren de forma explícita ? …. es un juego solo eso , un juego que dura una tarde y eso es .. despues van a ver las mismas marcas en la calle o al ir a un mall, marcas que en 15 años no se ni si existan ……
Los que ven a esto como un «proceso de adoctrinamiento» que expliquen como «adoctrinar» a un niño siquiera a que ordene los juguetes en tres horas … 🙂
marcela morales
soy psicologa, de universidad tradicional (parece que ese tipo de cosas te interesan mucho)…..tu articulo me parece de un nivel de gravedad y resentimiento sin igual….relaja la vena!
Dani
Creo que tu mirada sobre la situación, es un poco reducida, con todo mi respeto y humildad. Acá no se está hablando que el niño juegue a esta cosa, que además creo que es sí es estupidez. Se trata a como el capitalismo se naturaliza en espacios que no deberían ser. La mayoría de nosotros jugó a la feria, veranos completos en las calles con amigos, a la mamá, etc. Si bien el mundo avanza y cambia, no entiendo porqué se debe llevar a un niño a jugar, lo que a tí y a muchos nos tienen metidos en tarjetas de credito, deudas, consumo etc. No es casualidad que metan marcas, que esté en las Condes, y no en sector mas popular donde están los pobres, porque ellos no consumen, ellos estan como dices tú «en el hospital pobre, son mendigos y están en paro». Yo he visto a niños jugando con pistolas de verdad porque en su realidad su hermano, papá y tío la usan y eso es como kidzania pero en otro sector de la ciudad.
Todos tenemos el derecho a decidir como criar a los hijos. Pero también hay que ser solidario, critico y eso no quiere decir amargado ni comunacho, se trata de que hay gente que está muy muy mal en este país y la gente lleva a sus cabros a estas leseras, aumentando el consumo absurdo, en vez de llevar a sus hijos a jugar con niños que están abandonados en hogares sin papá ni mamá. El consumo es facil, rápido y accesible… ¿pero que es lo que te da a cambio?. Yo también tuve la oportunidad de trabajar con niños, pero niños que no van a Kidzania, niños que no tienen papá, ni mamá, ni amor seguro. Por eso hay que criticar estas pequeñas cosas que se meten silenciosamente en el sistema y nos llevan a gastar y que los niños se acostumbren a que debemos gastar, pensando que los hacemos felices de esta manera.
nanedef
Lo que me interesa y relaja mucho es conversar y compartir diferentes miradas acerca de lo que vemos y pensamos. Lo disfruto enormemente. Saludos!
M Trinidad De Ferrari F.
Estoy totalmente de acuerdo con tu mirada , inquietud y tu pregunta final.
En unas semanas más me veré obligada a ir para acompañar a un curso del colegio. La obligación me la he impuesto yo misma para conocer con mis propios ojos lo que de acuerdo a lo que he escuchado me parece una aberración .
Lo peor es que a la mayoría de las personas creen que ésta es una oportunidad para sus hijos, el poderse «asomar» por algunas horas a este maravilloso mundo de los adultos.
Que pena, desgraciadamente, estos cuestionamientos que tú haces no parecieran entenderse mucho.Caminamos para otro lado.
nanedef
Eso es lo grave, que se presenta como «mundo de los adultos», un mundo de compra y venta e individual. El mundo adulto es por suerte mucho más rico y complejo, y tiene muchas cosas que valen la pena y que son importantes de rescatar, que aquí no se hace.
Mariela Duarte
Como Publicista con bastante experiencia te puedo asegurar que las marcas presentes en dicha instalación no es tan ahí solo por la buena onda de educar y apoyar a los niños, te aseguro que detrás de esto va corriendo harto dinero del que obviamente esas marcas esperan tener una retribución no solo a corto plazo.
Si bien no hay que tomarse esto con tal gravedad, concuerdo contigo y la verdad Kidzania es lo que esperaba e imaginaba. Espero con ansias lo que opinaron tus hijas y espero también que la gente no se tome con tanta liviandad los temas, les meten el dedo en la boca y no se dan cuenta.
Soy publicista y sé de lo que hablo, nada es porque si, nada es gratis.
Francisco
Tienes razón, mejor enseñemos a jugar al trueque. O sobre la guerra fría, Ahhhh no espera ya no existe…… Tremendamente resentido compadrito, usted anda viendo la cola del diablo en todas partes. Solamente le falta decir que Kidzania es parte del imperialismo yankee….
Alejandra
Lo peor de todo es que los niños quedan fascinados… Mi hija fue a un cumpleaños y lo mismo pasó con hijos de amigas, que de una u otra forma han sido educados en otra onda… Es perturbador ver como motiva a los cabros y llegan con cierta cantidad de lucas que «les sobraron» para volver otra vez a «gastar»…. Pero creo que uno como padre es el que tiene que mostrar todas las alternativas… Sin prejuiciar y conocer para contrastar… Un día Kidzania…otro Biblioteca de Santiago…otro una obra de teatro…. otro pasear por Villa Grimaldi… Museo de artes decorativas… etc… Crear juicio crítico.
Renzo Santoro
Yo defiendo a Kidzania, obvio que es como es, miren donde está, al frente del Parque Arauco, apunta a un segmento específico. Al frente también reina el mercado. Creo que lo importante es saber aprovechar la oportunidad de enseñarles a nuestro niños como funcionan las cosas «desde la perspectiva de cada uno». Como todas las cosas, requiere esfuerzo de los padres. Si los sueltan dentro y no se involucran no es lo mismo, si lo hacen se puede lograr mucho. Ahora si ud cree que es mejor llevarlos al mall, al patio de comidas y después ir a la casa a jugar play, allá ud. Seamos realistas, ¿cuantos padres llevan a sus hijos a un parque, un cerro, o simplemente a conocer la «otra realidad de Santiago»? una minoría muy pequeña. Acá los niños quieren ir y los padres los llevan (o llevamos) si ponemos un poco de esfuerzo se le puede sacar un buen provecho.
Manuel Carrillo
Estoy muy de acuerdo con el análisis que realizas de Kidzania. Yo fui en familia con mis dos hijos y mi Sra. y nos percatamos de muchas cosas que mencionas.
Quiero agregar un elemento más al análisis. El espacio que Kidzania destina a las artes y a la ciencia es mínimo, toda vez que «buscándole por el lado amable» se reduce a la posibilidad de ser una «estrella de rock» o de diseñar y construir tu casa. De deporte, ni hablar
Esta ausencia no es más que una expresión de nuestro modelo de sociedad construido sobre los cimientos del Mercado que regula todas nuestras acciones.
Como el arte, la ciencia y el deporte son aún espacios donde el afán transaccional no se ha impuesto (salvo en la industria del futbol, como mal la llamó ayer el presidente de la ANFP), entonces no son atractivos para Kidzania.
Creo que es hasta mejor que no estén…
Respecto a mi experiencia personal en Kidzania, mi hija mayor de 11 se entretuvo, el chico de 7 para nada
Andres
Entonces para la autora y todos los que la siguen y apoyan vamos a crear Kidscuba y Kidsvenezuela, yo por mi parte los seguiré llevando a Kidzania.
Ya no soporto mas el resentimiento de la izquierda y sus aliados, sera que les duele que no estan en el gobierno ahora?
Manuel Carrillo
Si manifestar mi opinión respecto a que Kidzania no considera dentro de su modelo espacio para las artes, las ciencias y el deporte me hace de izquierda, entonces para tus parametros soy de Izquierda.
vivian carreño
No sabia que existia un juego o parque asi para los niños hasta hoy, si la descripcion que se hace en este articulo es tal, es muy lamentable que se quiera inculcar a nuestros hijos un mundo capitalista y consumista. Creo que los niños son niños y hay que dejarlos crecer a su ritmo, por lo que lei este juego incentiva a los niños a crecer rapidamente a ser independientes y eso no esta bien, promueve el desapego familiar. Por lo de los bbs rubios y de ojos azules, es de esperar, solo hay que mirar los comerciales de niños, ¿cuantos de ellos son morenos o indigenas? ni uno, el prototipo esta establecido hace bastante tiempo.
Prefiero mil veces que mis hijas jueguen en el barro que ir a un lugar donde se repliquen las fallas de este sistema..
Javier
Si usted piensa como la UDI puede quedarse tranquilo llevando a su hijo a que aprenda que hay un mundo ideal en el que cada uno se salva solo, no hay nada público, prima el Darwinismo social y lo único que importa es la plata.
Felipe Espic
Según la descripción, este pequeño mundo realmente relfeja el mundo real; una sociedad dominada por el mercado con un estado prácticamente inexistente, por lo que cumple su rol. Es así donde vivimos desgraciadamente.
Además, pienso que para ellos debe ser fascinante cumplir el rol de una dulto, debe ser divertidísimo, y de hecho no deben ni percatarse de las implicancias sociales o políticas de lo que hacen. Por otra parte, no creo que la diversión siempre tenga que ser educativa, existe por sí misma. En mi caso, no le daría más vueltas, y los llevaría a que lo pasen bien. La educación que los padres deben brindar, es un trabajo de cada día y en eso uno debiera preocuparse, no si en un día mis hijos van a un juego que no representa los valores políticos que yo tenga.
De todas maneras, encuentro excelente la nota. Puso a discusión una arista de la cual talvez no me hubiese dado cuenta. Y claro, si llevara mis hijos creo que les daría una charla de relexión al final de la experiencia.
Saludos.
Marcela Tenorio
Te encuentro toda la razón y me alegro no haber alcanzaso a llevar a mis hijos a ese lugar tan subterráneo, frío y carente de valores…
MamaChocha Tenorio
Te encuentro toda la razón y me alegro no haber alcanzado a llevar a mis hijos a ese lugar tan subterráneo, frío y carente de valores…
Dani
Los niños y niñas viven en un proceso de desarrollo físico y emocional, de sentir placer a través del juego y a través de este desarrollan valores, habilidades, amigos, relaciones de amor y cooperación. Esto no es un juego, es un situación para construir desde pequeños a las personas en base al consumo, al individualismo y que el dinero es más importante que la solidaridad (y no hablo de la supuesta solidaridad como de la «teletón»), sino solidarizar en el termino de trabajar en comunidad en pro de los derechos, de eliminar injusticias sociales, de enseñar a los niños/as a hacer niños y no adultizarlos con situaciones tan absurdas como Kidzania.
Gabriel Tolosa
Hace un tiempo ví una película llamada «Toy story». En ella se explota la idea de que la imaginación de l@s niñ@s es la que les permite crear diversas realidades, ya que cada juego implica una realidad particular.
Ahora me pregunto: ¿qué tan libres son l@s niñ@s para ejercer -y más aún desarrollar- su capacidad de creadores en un juego que ya está configurado con roles fijos y limitadas alternativas de elección?
¿Será que estimular el «querer ser grandes» induce una negación de la condición de niñ@, castrando la capacidad creativa?
Más aún me pregunto: ¿cómo es que este juego superproducido es capaz de estimular la curiosidad?
¿Aprendizaje o entrenamiento?
Tarea para la casa.
Gracias por el artículo.
nanedef
¡Gracias a ti!
Roberto Berríos Zegarra
Hola, el otro día conversábamos sobre KS en una reunión familiar, todo porque mi hija me pidió que la llevara. Mi postura es, sin haber ido al lugar, que no la llevaría porque me parece que fomenta exactamente todo lo contrario de lo que yo trato de enseñarle y porque considero que es una apología al neoliberalismo. Esto es un ejercicio aleccionador, que me imagino, debe ser como ir de vacaciones con las juventudes nazis en la Alemania de 1939.
Bueno a raíz de esa conversación, mi hermana me envió el link para que leyera este artículo y concuerdo plenamente con la autora, felicitaciones y me pareció brillante tu idea de llevar a tu hija y luego pedirle una tarea sobre su experiencia, te la voy a copiar!!
No conocía este sitio, y como a mi me interesa conocer otras opiniones y aprender, lo voy a guardar en mis favoritos. Me gustó mucho, además, que en los comentarios no he visto insultos ni ironías ridículas, como pasa en otros foros y me parece muy bien, felicitaciones a todos.
Saludos!!
Roberto Berríos
juan
son bien graves. si encuentran a kidzania tan demoniaco, no lleven a sus hijos y punto. pero no critiquen lo q a otros les parece interesante o entretenido.
y al q no le gusta la economia de libre mercado q se vaya a cuba y viva feliz