La primera vez que escuché hablar de KidZania me imaginé algo así como «Mundo Mágico 2.0». Después de varias explicaciones, entendí que parecía asemejarse más a un juego de roles con escenografía premium, a un Metropoly de carne y hueso, o a un Reality Show sub 15. Las descripciones que escuché hacían que cada vez me gustara menos la idea de que mis hijas fueran a ese lugar. Hasta que, hace pocos días, se produjo una discusión entre quienes defendían a la singular «ciudad», argumentando que era una entretención inocente, y quienes criticábamos que a través del juego se promoviera sin contrapeso alguno el consumo –marcas reales incluidas-, y la réplica sin cuestionamientos de un modelo económico y social del mundo real que evidentemente está en crisis.
Pero cierto es que todas estas críticas eran apartir de los relatos de otros. Entonces, y luego de múltiples ruegos de mi hija mayor, acepté romper el Tabú y llevarla junto a su íntima amiga a la ciudad innombrable, con la condición de luego hacer una»tarea», y conversar sobre lo que vieran, escucharan e hicieran. La misión era ir a jugar y recorrer, pero con los sentidos despiertos. Aceptaron, evidentemente, más que encantadas. La idea era no prohibirles ir, sino, como lo hacemos con la TV, acompañarlas para que, sin dejar de pasarlo bien y jugar, tuvieran una mirada crítica sobre este verdadero reality show. En otra columna les cuento cómo nos fue con la tarea de las niñas, pero les adelanto que se entretuvieron menos de lo que ellas mismas esperaban. Por ahora va mi experiencia.
Al llegar, nos encontramos una breve pero decidora declaración que explica que niños y niñas, “cansados” del mundo adulto decidieron formar una nación donde, cito: «ser, saber, cuidar y jugar se convirtieron en sus derechos». Fuertes afirmaciones para quienes pensamos que somos los adultos quienes debemos garantizar dichos derechos. Que para que se respeten los derechos de niños y niñas, estos deban deshacerse de los adultos, me parece un desafortunado mensaje para un lugar que pretende ser, de alguna manera, un espacio educativo.
Ya entrando, me encuentro con que KidZania es una nación subterránea, sin luz ni ventilación natural. Ahí el tiempo pasa lento, no oscurece ni amanece, el techo está pintado de azul, con nubes muy blancas y todo está iluminado con luz artificial. No vi tierra, no vi verde. Ni almácigos, cultivos de ningún tipo, ni menos agua que corriera por ninguna parte.
En KidZania niñas y niños circulan «libres”, son autónomos y tienen la posibilidad de probar diferentes profesiones y oficios, de elaborar varios productos que después se pueden llevar o comer. Es lo que más disfrutan: actividades tipo talleres en las que pueden hacer pan (marca Castaño), elaborar Coca-Cola, Manjarate (Soprole), Trencito (Nestlé), y otros. Pueden también desempeñarse como periodistas en La Tercera, como médicos en la Clínica Alemana o como técnicos en Entel. Todo tiene marcas reales, lo cual resulta tremendamente atractivo para pequeños y pequeñas que, a esa edad, aspiran a hacer y ser como adultos, y que así sienten que están a cargo en el mundo “de verdad”. Aquí es donde otros adultos me dicen que cuál es el problema con esto, que es una simple entretención, que es ridículo pensar que después, en el día a día niños y niñas, por ejemplo, vayan a preferir las marcas de los sponsors. Pero eso está lejos de ser lo que considero más complejo de este proyecto.
¿Qué es, entonces? No es inocuo que una ciudad que busca ser una fiel réplica de la realidad funcione exclusivamente sobre la base de la producción y el mercado. En KidZania todo se compra y se vende, pero no hay gobierno, ni aparato público, salvo la policía y el juzgado, que persigue y castiga delincuentes. No hay hospital ni consultorio, sino Clínica Alemana, donde solo nacen guaguas –muñecas- rubias y de ojos azules. La “Universidad Nacional de KidZania” no es la excepción y obviamente tampoco es gratuita. En su interior, el afiche que presenta los “valores” que la inspiran dice textualmente:
«Estos estudios te permitirán tener una mejor retribución por tu trabajo, ganando más KidZos (la moneda local), en los establecimientos que tienen relación con el campo de estudio de tu elección. Entre más alto sea el grado obtenido, mayor será el beneficio. ¿Qué estás esperando? ¡Estudia una carrera y obtén tu título hoy!»
Lo que importa no es fomentar el aprendizaje grupal, menos el intercambio de realidades diversas, fundamental para la formación de cualquier profesional que quiera tener una mirada amplia y aterrizada en sus temas. La Universidad simplemente consiste en varios computadores frente a los cuales niños y niñas se sientan para absorber quien sabe qué contenidos, dar un par de exámenes y obtener la tarjeta que acredita su título, y que presentarán luego para cobrar un porcentaje adicional en su remuneración.
En KidZania hay automotoras (Hyundai), pero no transporte público. Menos ciclovías. La basura no se recoge, ni recicla. Sí hay un letrero de planta de reciclaje, pero no conduce a lugar alguno. Y por cierto no hay parlamento, ni presidencia, alcaldía, esbozo de junta de vecinos ni nada que se asemeje a una institución de representantes. El mundo en KidZania viene dado: se aprende, aprehende y explora, pero no se cambia. En los muros no se ven afiches de campañas de interés público: ni salud, desarrollo sostenible u otra. Sí se pueden ver en cambio anuncios de inmobiliarias o de búsqueda de mascotas perdidas. En definitiva, se ha replicado del «mundo real», solo lo que el mercado necesita para subsistir. ¿Quién puede decir que es inocente o coincidencia que en la sala de redacción de La Tercera de la ciudad, esté enmarcada y a la vista una portada del diario cuyo titular dice “Pronósticos Económicos para Chile mejoran por crecimiento record”?
No es inocuo que una ciudad que busca ser una fiel réplica de la realidad funcione exclusivamente sobre la base de la producción y el mercado. En KidZania todo se compra y se vende, pero no hay gobierno, ni aparato público, salvo la policía y el juzgado, que persigue y castiga delincuentes. No hay hospital ni consultorio, sino Clínica Alemana, donde solo nacen guaguas –muñecas- rubias y de ojos azules. El mundo en KidZania viene dado: se aprende, aprehende y explora, pero no se cambia.
Niños y niñas se divierten muchísimo, y era que no: luego de pagar la entrada que cuesta $8.900, tod@s quienes acceden son»libres e iguales» para emprender, gastar, ganar, ahorrar, invertir. Los «no iguales» ya quedaron fuera y los iguales van y vienen entre diversas ocupaciones sin considerar ningún desafío ni tarea colectiva. No hay pobreza, no hay contaminación, no falta el agua, no sobra el CO2.
Supe que en la semana KidZania recibe escolares. Y pensé que eso valdría la pena si quizás esta misma metodología e infraestructura (que funcionan muy bien para los fines propuestos), se usara para formar no solo consumidores, sino ciudadanos y ciudadanas. Me gustaría ver a niños y niñas canalizando su creatividad y expresando sus anhelos en campañas con propuestas para llegar al parlamento o Consejo Municipal. Si junto con la actividad comercial se replicara también la vida de barrio, la convocatoria a actividades deportivas, u otras iniciativas colectivas. Algunos me dicen que eso es aburrido. Yo no creo, no lo era para mí siendo niña, al menos. Otros más crudos me dicen que para qué, si finalmente es cierto que el mercado gobierna al mundo.
Pero si esto último es cierto, con mayor razón me parece que KidZania es una forma burda de lo que pensadores como Theodor Adorno definieron como Industria Cultural, donde, bajo la excusa del entretenimiento se naturalizan realidades que son construcciones culturales que favorecen a quienes detentan el poder político o económico.
Para terminar, una breve pregunta a quienes, después de todo lo dicho, todavía defienden a KidZania como un pasatiempo neutral o inocuo: Si en Cuba se levantara una infraestructura similar, y la ciudad replicara el funcionamiento e instituciones de la isla para que niños y niñas jueguen y conozcan el mundo adulto, ¿les parecería igualmente un pasatiempo inofensivo? Les dejo la inquietud.
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Fuente de fotografía
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nanedef
Yo tampoco creo que un niño vaya a cambiar radicalmente por ir una vez al lugar, pero no es un lugar educativo como se presenta, ni tampoco inocuo, justamente por la falta de cuestionamiento con que se aceptan cosas que sí que me parecen aberrantes, como por ejemplo el afiche con que se presenta la Universidad. ¡Saludos!
esteban vitagliano
Yo he ido dos veces con mi hija y lo encontramos salvajemente entretenido sin necesidad de hacer caldo de cabeza , ni hilar fino.
La actividad es esporádica y asemeja al mundo en que vivimos. No estoy ni a favor ni en contra del mundo que habitamos, ni de Kidzania. Pero me alegro que esté en Chile y tan bien hecho.
esteban vitagliano
Quiero complementar mi opinion, recordándole a los padres a favor o en contra, que es muy importante que dediquemos un tiempo de amor y calidad con la mayor frecuencia posible a nuestros niños y adolescentes. Ese espacio es mas trascendente para ellos y quedará marcado en su memoria y autoestima.
Las plazas públicas son mas entretenidad cuando participamos en sus juegos, además de debatir las conveniencias e inconveniencias de determinados lugares supuestamente simbólicos y que sin dudas los niños disfrutarían.
vasilia
Este proyecto apunta al concepto de la “Eduentretención” que consiste en que los niños jueguen ejerciendo distintas profesiones u oficios y durante esta actividad entiendan mejor cómo funciona el mundo que los rodea. Adicionalmente, durante este proceso sociabilizan, aprenden sobre trabajo en equipo, a tomar decisiones, adquieren conocimientos sobre los principios básicos de economía y educación cívica, así como a desarrollar la imaginación, fortalecer su autonomía y socializar con otros compañeros. http://www.kidzania.cl/descripcion.html
Asi dice la pagina web que es Kidzania.
¿Que ocurre en realidad? Hay un objetivo detras de una mentira.
La mentira es mostrarlo como un parque temático basado en la «eduentretención» : «La Ciudad de los Niños, un lugar donde los niños aprenden a jugar como gente grande». El objetivo: mostrar que ser un consumista esta bien.
Entiendase, una cosa es comprar, y enseñar a comprar, y otra convertir a los niños en consumistas. Todos necesitamos zapatos, asi que tenemos que comprar zapatos. El consumista no va a comprar zapatos, sino Nikes, Adidas, Manolos… Y lo que hace Kidzania es promover el consumismo.
¿Donde esta la educacion que es parte del slogan del parque? No les enseñan profesiones, les enseñan cuales profesiones son las que dan mas dinero, que es el que hay que gastar. No les enseñan cómo usar el dinero de manera eficiente, sino solo a gastar. No les enseñan «como es el mundo que los rodea», sino una fantasia del mundo en que la gente solo es feliz cuando esta en el mall, cuando tiene un celular, cuando va a un restaurante…
Los niños no se hacen caldo de cabeza, un niño se entretiene… pero Kidzania no es inocente, esta diseñado para que subconcientemente los niños vean eso como normal, como lo bueno, como lo positivo. Eso no es una paranoia, los niños tienen el cerebro en blanco, asi que los estimulos como los de Kidzania los impactan directamente, y no tienen barreras como los adultos para discernir el mensaje. ¿Que solo se lleva una vez a los niños? Asi es, pero luego ve la television, donde ve comerciales y dice «ah, mira, ese zapato Nike es el que use en Kidzania, compramelo». ¿Y por que haría eso? Porque detras de Kidzania hay una tecnica llamada GRP’s o Gross Rating Points, que es base de la planificación publicitaria. La idea es generar dependencia no de un producto, sino de una marca asociada a un producto. Eso es consumismo.
¿Que se quiere llevar a un niño a un lugar entretenido? Aun esta Fantasilandia. Kidzania no esta diseñado para ser un entretenimiento sano, educativo ni positivo.
Facundo Agurto
otra visión sobre el mismo tema:
Vicente Fernández
Francisco Jara
Interesante el artículo, pero está claro que solo a un adulto se le ocurriría pensar de ese modo. Creo que solo un adulto podría ver lo peor de las cosas, y hacer comentarios tan agrios y con tanto resentimiento. Me imagino que los niños piensan solo en divertirse y no tratan de hacer un análisis de antropología social cada vez que participan de un juego. Además esa réplica de una ciudad que se describe aquí (no conozco el lugar, y solo cuento con este comentario para hacerme la idea) es exactamente eso una réplica y que por lo que se muestra copia fielmente una parte de la realidad. Probablemente los motivos últimos de este negocio sean precisamente los que se mencionan aquí, al fin y al cabo los motivos últimos de cualquier negocio son lograr mayores utilidades a costa de lo que sea, pero es así, si este modelo económico-social está en crisis, es el modelo en el que estamos inserto, el modelo universal en este momento, por eso es nuestra realidad y la de los niños. Ahora esta claro que en este caso hay un sesgo, pero sinceramente que juego de este estilo sería tan honrado como para incluir la pobreza y miseria en que viven el resto de quienes no están representados en el juego? Por favor, es un negocio, nada más…y perdonen niños por el análisis anterior, pero este comentario va dirigido a los adultos aburridos, amargados y resentidos que olvidaron que una vez jugaron al papá y la mamá, al doctor, a la micro, etc siempre representando roles de esta mísera realidad.
vasilia
Kidzania es un negocio hecho por adultos, enfocado para que otros adultos gasten en el lugar. No tiene nada de amargado, ni resentido ni nada parecido criticar a un lugar que se presenta como «entretencion educativa». Porque así se presenta Kidzania, no como un lugar entretenido, sino ademas educativo.
Asi que hagase una pregunta: ¿Que «educacion» pretende entregar Kidzania? Eso es lo que queremos saber, y eso es lo que estamos discutiendo. ¿Que tiene de educativo Kidzania, que motivara a sus dueños a patentar el juego de jugar al papa y a la mama, que se puede hacer gratis en cualquier lugar?
Paula Ross
Interesante reflexión, María Inés. Te felicito por no dejar que, lo aparentemente del todo positivo, pase por tu lado sin reflexionar críticamente sobre nuestra cultura, su impacto y mensaje en nuestros niños.
Christian Zere
Kidzania, es una franquicia de un parque de entretenciones para niños, claramente tiene un sesgo pro empresa, así se financia, no tener todas las instituciones de una sociedad lo hace quizas cuestionable, menos equilibrado, pero no perverso. Lo bueno es que no existe obligación de exponer a los niños, es una opción libre de cada apoderado.
Referente a que pensarían? en Cuba dificil saberlo si no hay libertad de expresion y esta governada por la monarquia de los Castro, sin parlamento, sin elecciones, con presos politicos, y seguramente con muchos martires de la libertad, En cambio en Chile estarían felices de poder abrir otra sucursal de la franquicia, lamentable que sea pro comunista, pero no importa el sesgo ideológico, mas importante son los ingresos
marcelo felipe
Estimado si no le gusta, no vaya. O bien, intente emprender su propia ciudad. Viva y deje vivir!!!
Juan Pablo Melo
http://www.plataformaurbana.cl/archive/2012/07/25/kidzania-o-la-alienacion-en-miniatura/ otro artículo más elaborado por un sociólogo acerca de kidzania, échele un vistazo
alejandra alvarado
lanzando la primera piedra:
mis hijos, de 4 y 5 años NO CONOCEN ninguna de estas marcas y doy gracias a Dios por ello ya que no tienen ningún trauma por no tomar coca cola, ni comer hamburguesas del Mc Donald’s. Tampoco conocen los iphone pues son NIÑOS. Mi pregunta es: ¿cuántos tipos de templos religiosos aparecen representados en Kidzania? ¿ya nadie se casa en el mundo de los adultos para conformar una familia de fe tal que no es digno de representación en un recinto «educativo»?
Joaquín Müller
Esto es fácil de abordar… Existen mucha religiones. A cuál de toda la variedad de iglesias que existen en nuestro país se debería representar en el parque??
Alberto
Que amargada, te apuesto que eres de los que cree en conspiraciones de todo el mundo, tipo Salfate, disfruta la vida, ve el lado alegre de las cosas, no le busques 10 patas al gato, chasconeate y disfruta un poco mas la vida, culturizate y deja de ver realityes en la tele, ayuda a romper el esquema chileno de ser negativo y encontrarle el lado satanico a todo, los niños disfrutan de manera inocente, somos los adultos los que nos amargamos, si eres de los que se preocupan de hacer felices a tus hijos, no los contamines con tus miedos y teorias absurdas, dejalos vivir y elegir, saludos.
Fernando Wienner Gotthe
Me hace recordar cuando prohibieron la visita de AC-DC a chile, queda demostrado que Chile es un pais de tarados sin cultura, que no tienen mundo, amargados y le buscan siempre el lado negativo a todo, gracias a Dios ya me fui de ahi, y desde afuera veo con pena el motivo por el cual a los chilenos no los quieren en ningun lado, son unos amargados, criticones y hablan puras leseras sin saber, yo tuve que empaparme de otra cultura para quitarme el karma de ser chileno y empezar a disfrutar la vida, abran los ojos y aprendan a ser felices sin criticar todo!!!!!!
nanedef
jajaj curioso comentario…
Ruben Nanjari
Mi hija fue este lugar por el colegio, y pago 1.500 o 2.000 pesos, por lo que no hay que ser un potentado para que su hijo visite este lugar.
Cuando le pregunte si le había gustado me dijo que si, pero que se había asustado en el cine por que había algo de terror.
Probablemente si le pregunto a mi hija las marcas que habían en Kidzania probablemente ya no se acuerde de ninguna, y por su respuesta anteriormente indicada tampoco le intereso eso.
Creo que tus comentarios, donde este lugar parece algo demoníaco, es porque esperabas algo muy «real» y no un espacio de entretención para los niños, me imagino que para los ideadores de esta iniciativa jamás se les cruzo por la cabeza que los niños aprendieran que es un «Concejo Municipal», con C y no con S, si no más bien como una forma más evolucionada de jugar al doctor, al profesor, al papá y la mamá y de que se sintieran y jugaran a ser «grandes».
Meditando sobre tu pregunta, creo que educar a nuestros hijos es darle valores y herramientas para que se desenvuelvan de buena forma en el mundo cuando sean adultos, muchos pensarán en que desarrollen una visión crítica del mundo y como cambiarla, otros pensarán en que ganen dinero, probablemente en Cuba muchos padres enseñaran a sus hijos a no opinar para que puedan sobrevivir.
Joaquín Müller
Estimada,
Yo no soy un defensor del parque, pero al parecer manejo cierta información que tu desconoces. KidZania sí tiene un gobierno, al ser un parque a nivel internacional cada parque tiene un alcalde o alcaldesa. KidZania Santiago al ser un parque nuevo no tiene un parlamento [el que en los otros parques está compuesto por los mismos visitantes], pero eso está pronto a modificarse. El parque no está construido con nuestros impuestos, fue financiado con el dinero de privados y por lo tanto es bastante comprensivo que el fin no sea el de educar propiamente tal. Estoy de acuerdo cuando se habla de que no hay transporte público ni áreas verdes, pero lo de la planta de reciclaje, esta sí lleva a un lugar de reciclaje.
vasilia
El parque no está construido con nuestros impuestos, fue financiado con el dinero de privados EN UN TERRENO MUNICIPAL, cometiendose una serie de irregularidades en el proceso.
http://ciperchile.cl/2012/04/20/la-encubierta-privatizacion-del-parque-araucano/
se quita un terreno de areas verdes, necesario para Santiago, para construir un parque PRIVADO.
Ignacia
Exacto, a la autora del texto, debería haber consultado bien. Ya que como dice Joaquín, Kz sí tiene un gobierno, una alcaldesa y otras cosas pronto a implementarse, recuerden que el parque es relativamente nuevo. Si ud. se hubiese informado, el área de reciclaje si conducirá a un lugar, ya que pertenece a un nuevo «socio comercial» al igual que ACHS, que si uds. observó bien, está al lado de la farmacia, cerrado, con publicidad por fuera pero aún en construcción. Y también en ese mismo pasillo, habrá una Óptica.
Estoy de acuerdo con muchas cosas del texto y otras, un poco exageradas. Mucha gente reclama por cosas que ellos mismos no se informan antes de comprar su entrada al Parque.
Se ha dicho que es exclusivo… quizá en un rango $ un poco (hay gente a la que le cuesta ganar sus pesitos como para gastarlos llevando a sus niños a Kz y otra que tiene, pero igual llora porque es caro), porque la mayoría de los visitantes son de recursos y/o escuelas pudientes. Pero si se ven realidades distintas y también se intenta incluir a quien visite, por ejemplo, niños en situación de discapacidad o con algún problema cognitivo de igual forma pueden participar en las actividades y pueden prescindir del papá, mamá o adulto responsable fomentando su autonomía. Cosa que no en todas partes se ve.
DF
Leí el artículo porque un amigo me mandó el enlace. Me parecen buenos los análisis. Si el problema está en que esta empresa pone en su proyecto como educador, están mal. Pero es lo mismo que hacen muchas empresas y otros organismos o agrupaciones poner en proyectos la característica de educativa, artítico-cultural u otros apellidos que suavicen el verdadero fin para tapar sus verdaderas intenciones de lucro o simplemente para que visen el proyecto de manera más expedita. Si puso Kidzania educativo nadie se la cree, o ¿alguien se la creyó?. O sea ni los kidzania, ni de los de la municipalidad, ni los auspiciadores, ni los que han ido allí. Para todos es básicamente de entretención. Pero si empezamos a analizar cada oficio o profesión propuesta a realizar por los niños/as, podríamos enumerar aprestos asociados.
¿Si lo recomiendo?, sí.Considero que cumple su fin por el cual todos los niños van o quieren ir que es el de entretenerse. No esperaba nada más que eso. ¿Si la pasó bien mi hijo?, diría lo que me dijo: bkn. Si lo llevaré de nuevo, si me lo pide y mis arcas lo permite, claro que sí.
Ayer le pregunté nuevamente si le había gustado, me dijo que sí; qué fue lo que más le gustó: ser minero, bombero; y si él creía que era un mundo de verdad, me dijo que no.
Cuando lo esperaba de su turno de minero, le pregunté a una niñita que cuantas veces había ido, me dijo que dos, que todavía no alcanzaba hacer todo lo que quería. Ví niños y niñas bien pailones, eso me llamó la atención, porque mi hijo de 1.06mt junto a una niña de 1.70mt haciendo helados…o un niñito preadolecente de bigotitos super comprometido con su empresa de courier, todos creyéndose el cuento de su profesión u oficio. Si me hubiera gustado que mi mamá me llevara ahí, digo un definitivo sí. Si uno lo ve como un mundo de consumo, lo ve todo negro, todo malo. Observé mucho, y también leí los carteles o declaración cuando esperaba a mi hijo en su labor social como bombero; cuando vi el sitio de reciclaje que no conducía a nada, tal como se menciona, se nos ocurrieron hartas ideas de mejora, pero no las diré a menos que los kidzania me den euros. Al recomendar este lugar me decía el mismo amigo que echaba de menos oficios de artesanos, basureros, macheteros y… las prostitutas, y que seguramente no las consideraron por la corta edad de los clientes.
Creo que los niños saben que esto es un lugar de entretención, no le dan más valor que ese, y siento que siempre se les subestima pensar que los niños se la creen todas. También creo que uno como mamá, o según sea el caso, tiene que ser participe activo en la educación del hijo/a. Si no quieres que el colegio realice una visita a este lugar, bueno hay que hacerlo saber y discutirlo o desvincularlo de la actividad. Creo que muchos padres se sienten seguros de que porque su hijo/a va a la escuela o colegio o universidad ya está todo listo. Colegios, escuelas, institutos, universidades están sobrestimadas. No todo los aprestos o conocimientos se dan en esas instancias: el hogar es el mejor lugar de aprendizaje.
En definitiva es una muy buena alternativa de entretención cuando está lloviendo o cuando hace mucho frío y una ida a la piscina o cualquier actividad al aire libre no lo permite por tiempo. Lo malo, el precio es muy elevado.
Saludos,
DF.
raquel poblete ku
«Quiero ser socio comercial
Marcas líderes en el mercado ya se han sumado a este innovador concepto de Eduentretención, confiando en su enorme potencial como herramienta de marketing»
Nos lo dicen en la cara!!
vasilia
y luego resulta que somos mal pensados.
Julio
Mi crítica es un poco distinta. Si bien no creo que Kidzania sea terrible, tampoco me entusiasma. Pero esto es más bien gusto personal. Pero encuentro absurdo utilizar espacio municipal en una área verde que no es de gran tamaño en un sector urbano de una ciudad con gran déficit de áreas verdes y con problemas de contaminación. Absurdo construir más estacionamientos y restaurantes en una zona plagada de comercios y estacionamientos. A parte, Kidzania a mi parecer no puede ser prioridad en un país donde faltan museos, teatros, bibliotecas, mercados tradicionales, lugares para hacer deporte e incluso parques temáticos tradicionales.
Creo que el único criterio que utilizo la municipalidad en este proyecto fue el lucro y darle números azules a la municipalidad que entiendo que esta aproblemada desde la construcción de estación de metro los dominicos. (No se si esto último será cierto)
flira
Encuentro un poquito amargada la columna. No es una granja ni el sur de chile. Es una ciudad en la que trabajan y viven como los santiaguinos. Si hay clinica Alemana es porque la posta central no hizo ningun aporte para que esto se llevara a cabo.
nanedef
Ojo, que no es aporte, es un negocio.
Escribe tu nombre
Es un negocio!!!!…..DEJEMOS QUE LOS NIÑOS SEAN NIÑOS!!!!!
David Albrecht
Me acuerdo que cuando chico, cuando jugaba a los autitos o algo asi, andaba con los brazos estirados, haciendo como que manejaba un auto y haciendo brrrrrrrrr. Soñaba con tener un auto a escala para juegar a deveras que tenia auto. Tambien jugaba a quejarme con las alzas de bencina y el impuesto especifico. Despues llegaba a mi casa y jugaba a que iba a la Junta de Vecinos y le exigia a mi Alcaldesa (mama) que cocinara de acuerdo a una votacion lograda mediante una asamblea constituyente…pero de juego si pos, no de verdad!!! Te imaginai los niños armando asamblea constituyente?!??! Seria como el Clan Infantil de S.G!!! Y votando puras tonteras!!! Terminaria almorzando puro chocapic con manjar!!! Y jugo en polvo de postre. En fin… despues seguia jugando a que no queria comer manzana de Quintero porque habia una plantacion de Miel transgenica al lado. En fin…Tienes toda la razon. Kidzania deberia ser mas como uno jugaba antes, mas real, no armado de acuerdo al consumismo que nos arrebata la niñez que merecemos!!!
cata
Estimados
La semana pasada como parte de una actividad «educativa» del colegio de mi hija de 6 años fuimos alumnos, profesora y apoderados al KIDZANIA. Salí malgenio y terminé alegando con los administradores del local. Definitivamente y está clarisimo (basta con un mínimo de intelecto y cultura) para darse cuenta que es un adiestramiento para que nuestros hijos sean futuros consumidores ovejas obedientes del futuro sistema neoliberal perfecto que ciertos grupos esperan tener de aquí a 20 años.
Pero hay una solución: propongo que nos organicemos entre muchos y construyamos otra ciudad igual, para que jueguen nuestros niños, pero que sea una réplica de la ciudad amable que nos gustaria que habitarna nuestros hijos cuando sean adultos. Con jardines y plantas de verdad, con almacenes de barrio, con universidad pública y consultorio gratuito, con cielo de verdad, donde se practique la solidaridad y las decisiones en conjunto.
No permitamos que adiestren la mente de nuestros niños y los conviertan en consumidores autómatas y acríticos.
Camila
Y usted como parte de una comunidad educativa como lo es el colegio, no se informó antes de llevar a su hija o permitir que asistiera a Kidzania? También el error está en no informarse antes sobre qué se tratan las cosas que le llaman la atención a nuestros hijos por estar «de moda»…
Sergio Castillo
En mi opinión un niño/a no va a cambiar su pensamiento o le hará mal en su vida por ir a Kidzania. De hecho, creo que ni siquiera se preguntan el trasfondo. Somos nosotros los adultos que vemos algo malo en esto. A mi lo único que no me gusta de esto es que usen marcas específicas cuando todo debería ser genérico.