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Los privilegios del Instituto Nacional

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Eran las 7:45. Había prueba, y el profesor decía “cabritos, son 5 hojas, así que me deben 100 pesos”. Luego pasaba retirando la plata, y entregando la prueba. Él la había fotocopiado con su sueldo, y había que devolverlo, no íbamos a cagarnos al profe. ¿La razón? No había recursos, a mitad de año ya no quedaba ni tinta ni hojas en el colegio, de las guías mejor ni hablar.

Cuando tocaba artes o tecnología y teníamos que hacer dibujos, llevábamos nuestra tablita de cholguán. Era muy ridículo andar con eso en el Metro, pero las mesas estaban viejas, llenas de hoyos, nunca se podría haber hecho una línea derecha sobre eso. En realidad, cuando digo mesas, me refiero a un pupitre clavado al piso, con un asiento de fierro, y donde tu respaldo es el asiento del compañero de atrás. Estábamos muy juntos, el olor en verano no era muy agradable.

A los que nos gustaba la filosofía, la profe nos enseñaba filosofía mapuche en las tardes, en el currículo eso no estaba y con 3 horas a la semana tampoco podría haber estado. Los profes de música daban clases especiales a los que quisieran ir, incluso uno dirigía una orquesta en el subterráneo abandonado. Y así con todo lo demás, que se sustentaba, básicamente, con buena voluntad y colectas en los «jeans days». Ni la subvención ni los tres mil pesos anuales que pagábamos financiaban nuestros inmensos privilegios.

El Instituto Nacional es un colegio cuestionable en muchos sentidos, nunca lo dejé de criticar. Siempre nos quejamos de los vicios que tenía, de la falta de mujeres, de la suciedad de los baños, de los malos tratos, del exitismo, de la falta de extensión, y un largo etcétera. Las movilizaciones internas y los discursos furibundos eran pan de cada día.

Eso sí, había que reconocer que uno se volvía petulante. Mucha historia y muchos discursos motivacionales chovinistas pueden nublarte a veces. Me cargaban, aunque con el tiempo hasta perdoné, a los viejos por hablar tanta lesera. En el fondo tenían que hacerle creer a un cabro chico pobre que no estaba necesariamente condenado a vivir como sus papás, y en ese afán no siempre los métodos eran del todo pedagógicos. (Digamos que el método Montessori no era viable, 45 alumnos por sala, clavados al piso, ni hablar de hacer un círculo con los bancos…)

Algunos rectores, senadores y ministros atacan la supuesta “segregación” del Instituto Nacional, pero jamás han estado dispuestos a cuestionar a los privados de los que son dueños ni a las “misses” de “the school” de sus hijos.

Todos repudiábamos la selección, precisamente porque habíamos pasado por ella. Pero diez postulantes para un solo cupo. ¿Qué otra alternativa había? Era mejor una prueba que el azar, y por supuesto, mucho mejor que la selección racial y religiosa de los “colegios del cerro”. Realmente es una suerte de elitismo, pero no se equivoquen, es el elitismo que más le ha molestado a la elite. Y por cierto, una reacción exitosa contra la adversidad de un sistema educacional diseñado para reproducir la desigualdad.

Esos son los privilegios del Instituto Nacional de los que hoy hablan algunos rectores, senadores y ministros. Ellos atacan nuestra supuesta “segregación”, pero jamás han estado dispuestos a cuestionar a los privados de los que son dueños ni a las “misses” de “the school” de sus hijos. Se llenan la boca con nosotros, como si eliminar un síntoma (porque eso es lo que es el Nacional) fuera a curar la enfermedad que la ha provocado. Como si nuestros “privilegios” fueran una panacea. Si les sirve de algo, nosotros tampoco queríamos que existieran, nunca deseamos que fuera necesario un colegio así, y lo gritábamos todos los meses por las calles. Pero no se preocupen, sabemos que es difícil que lo hayan notado, después de todo, sus calles quedan muy lejos de las nuestras.

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211 Comentarios

jc

El mejor preuniversitario de Chile

    alguienx

    Dijo el picado…

    PD: por lo general los comentarios arenosos contra el nacional provienen o 1) de weones que postularon y no quedaron, 2) o de hijos de papá que pese a las lucas que gastan en sus colegios caros no obtienen los mismos resultados

    Carla

    No entiendo por qué les duele que a un colegio le vaya bien…. si el demre mide conocimientos desde 1ero a 4to medio y el in lo hace bien, ¿Por qué seria un preu?. Además, no valoran el esfuerzo delos cabros estudiando para sacarse un cuatro…. harto desubicado el comentario… si no estuviste adentro de un emblematico, no hable desde lo picao

Mario

Viví aquello del cholguan, jaja notable. Creo que es lejos lo más cuerdo que he leído del nacional en todo el día…

sylvia

soy apoderada hace algunas semanas fui a una reunion con la directora de educacion rm la sra rivera dijo cin rodo su descaro que se habian gastado alrededor de 5000000000 millones en infractuctura y todos sabemos que eso no es verdad los dias de reunion de apoderados es muy incomodo sentarse en los pupitres digan lo que quieran pero los puntajes nacionales los tienen siempre los institutanos

Fellini

En los albores de la república Andres Bello hablaba sobre lo que debiese ser el objetivo de la educación pública en Chile. Para él, la educación debía formar ciudadanos con conocimientos suficientes para ejercer su rol de ciudadanos, informados de su historia y el acontecer de su país, de sus leyes; capaces de tener visión crítica sobre el devenir de la republica. Esta también fue la visión de José Miguel Carrera al crear el Instituto Nacional, y eso es lo que ha sido hasta hoy. Decir que es un preuniversitario de cuatro años, es no comprender nada de su historia y de lo que representa para el país «El primero foco de luz de la Nacion», no porque sea el mejor, o tenga a los mejores, sino porque fue el primero que encarnó el espiritu de formar ciudadanos libres y conscientes, lo que hoy carece nuestra educación. A los que critican al IN, por favor informense y enfoquen sus energías en que todos los colegios logren formar personas capaces de ejercer su ciudadanía, y no encarnar el idiota (refiriendomé al término grigo») el que no es parte de los asuntos de su país o los desconoce.

glasgow

por alguna razón siempre me identifico y apoyo a los que son menos, los más débiles, los que la sufren, debe ser por que yo tampoco la he tenido fácil, aveces son las puras ganas de tirar para arriba lo que importa.

juan carlos

La vida está llena de diversidad, lo importante es aceptarla. Como hay niños que están para la exigencia tipo IN, otros no, pero no por eso dejan de ser peores o mejores. Que se critique la estructura del IN es no aceptar la diversidad, si hay pocas vacantes o muchos postulantes, el responsable no es el instituto,es el sistema. Faltan cientos de IN, como también muchos otros no tan estructurados pero de buena calidad. Siendo del Aplicación me hubiese encantado que mis hijos ingresarán al IN, sin desmerecer a mi querido Aplicación. Están, están por cercanía, en un colegio particular subvencionado, que junto a varios otros pierden la posibilidad de ser tan buenos como el Nacional, pero el balance económico anual lo frena. Por último, que el Rector de laUsach los critique lo encuentro último, con eso 40o/o de rtanking del colegio que exigen, echa por tierra su análisis

Cristian Borie

El problema no son los privilegios o los «no privilegios», el problema es que, cuando les conviene son revolucionarios e incitan al paro, y cuando les aprieta el zapato se quedan callados… chantas al fin, espejo de la sociedad del carerajismo y el sálvate solo… el papel aguanta todo, demostrar con hechos es de verdaderos hombres…

Haganle caso a sus apoderados y vayan a clases en vez de estar en paro, ellos si saben lo que es consecuencia…

leo_zetape

leo_zetape

El instituto te da herramientas para muchas cosas en la vida, aparte del conocimiento adquirido (fuera de los programas estatales del ministerio). Te muestra que a pesar de haber dado todo para una prueba, te toca el fracaso. A partir de eso es cuando sacas más fuerzas y tratas de superar ese mal evento. Después eso es algo constante que ya no temes al fracaso, lo ves como parte de la vida.

Eso en la universidad lo aplicas, no sólo el conocimiento, sino tu actitud frente al rigor, la exigencia, los triunfos o fracasos. Eso hace que algunos ex alumnos se destaquen, no hay temores frente a los nuevos desafíos, de alguna u otra manera nos forjaron fuertes para eso.

De acostumbrarnos que no dormir era una opción para el poco tiempo que teníamos para terminar un trabajo de investigación. Que sacrificar el descanso era normal para conseguir quizás una miserable nota pero te diste un triunfo moral.

Son muchas cosas que vives y te sirven por eso no puedes olvidar a quienes te orientaron o te dieron una lección que hoy en día entiendes.

Los institutanos saben de lo que escribo. Si nos prepararan solo para la PSU, PAA, etc. nadie defendería esta institución.

Karina Rivera

Estoy de acuerdo contigo en gran parte de lo que dices pero discrepo en el hecho de que si se puede cambiar las prioridades en educación, no estoy de acuerdo con el que obtener la mayor cantidad de puntajes nacionales sea la mayor prioridad de un colegio. Yo estudie en un colegio particular subvencionado de Maipú, era bueno y pagable para una familia de clase media..habían buenos puntajes de vez en cuando, pero lo que mas me gustaba es que no era precisamente eso lo mas importante! Se logrababan desarrollar otras habilidades en los alumnos, se privilegiaban las artes y el deporte, todo en un colegio que como nosotros deciámos era una caja de fósforos, y con un laboratorio de química que era sala de ensayos de musica, sala de ayundatías ( que preparábamos los mismos alumnos) En definitiva yo creo q el enfoque de la educación debe cambiar

maria angelica

Soy una madre orgullosa,de tener 2 hijos alli,pero,pucha que ha costado,eso de los baños sucios es verdad,hoy mismo,me cole a uno de ellos :)..debo reconocer que el,día que tuvimos que reconocer sala con los niños,me asombre de tanta basura,vidrios quebrados,tapados con,bolsa de basura,(quería arrepentirme de enviarlos allí).Seguimos ,en,lo que nos habíamos embarcado.Se acaba un,año,de lucha,de perseverancia,temores y dudas.Ambos hijos han cursado a 8vo año.
Solo espero que los niños del IN,sean valorizados,como,tal,y alguien se preocupe,para que tengan una sala de clase,digna,de ellos.y no que solo sea un,gran,nombre»INSTITUTO,NACIONAL»invito,a autoridades máximas, a visitar cada pasillo,cada sala de clases.y juntos Autoridades,Padres y Apoderados hagamos un gran colegio,limpio,reestructurado,para el,próximo año 2015.

Charles Garcia

Fui uno de los privilegiados de pertenecer al IN. a principios de la década de las 90. Una década completamente distinta a la de ahora.
Donde la insignia pegada a tu chaqueta era lo mas valioso, aun conservo la insignia desde que entre a 7° y aun es una de las cosas mas valiosas en mi vida, por que la experiencia de estudiar ahí aun llena mi vida.
Aparte de enseñar materias que por cierto eran muy adelantadas comparadas con otros colegios, también enseñaban valores , sacrificio, desarrollo de la personalidad para enfrentar nuevos desafios y jugar a la pelota con cientos de compañeros que cuando estabas a punto de hacer un gol te la chuteaban otros de otro curso para otro lado jajaja son cosas inolvidables y claro un privilegio haber sido institutano y un honor hasta hoy.

Aguante El primer foco de luz de la nación.

jocelyn solis

Que ganas wue esto palabras tuyas todos pudieran leer.
Y que todos los colegios municipales sean de esta elite con alumnos pensantes!

David Pineda

Excelente articulo.

Sin embargo, no dejo de pensar en que tienen que ver los colegios del cerro?

Si la funcion es poner un contraste. Si, siempre habra gente con acceso a mejores servicios que uno. Pero cual es el remedio? Hacer que todos los colegios sean como el nacional? O de alguna manera hacer que todos los colegios apunten a ser como los privados?

El mercado dicta las necesidades. Si mi pais da una educacion mala. Estoy contento que un privado si me la de.

No quiero un gobierno que prohiba un proveedor privado. Quiero un gobierno que aspire a ser mejor que los privados y elimine la competencia entregando una mejor educacion.

    Pao

    Y no sería el ideal que los colegios funcionaran como el nacional?

    Pero hay un detalle: Empezarían las quejas, que los estudiantes estresados, padres que son compadres de sus hijos, y todo lo demás que ha llevado a toda la educación al borde del abismo.

    Alguna vez el Valentín Letelier, el Dario Salas o el Aplicación fueron también colegios de alto rendimiento, pero un montón de situaciones los ha llevado a decaer cada vez más bajo…

    Lamentable

Carlos Jamet

Te pasaste, buen comentario… eche de menos los el nombrar a los amigos que se generan durante nuestro paso por el Nacional… no importaba condicion social o si tenias que cruzar todo santiago para ir a terminar un trabajo… esos aun quesan.
y las colectas para las pelotas de plastico…

    Charles Garcia

    jajajaja se compraban dos, una cortada para envolver la otra asi quedaba mas pesadita. notable!!

Daniel

Nunca juzgué a los amigos del Instituto por tan puesta y ajustada que tienen la camiseta. Siempre entendí que se trataba de un reforzamiento que recibieron a muy temprana edad. Por lo mismo, no puedo tampoco defender la selección a tan temprana edad. ¿Qué tanto contraste hay entre el mérito de un niño de 12 años con su entorno? ¿Es bueno someter a pruebas a esa inocente edad, la misma que permite que enarbolen una bandera de institución? Comparto muchas de tus apreciaciones, pero no que una prueba a un niño es la mejor opción.
Ojo, que tienen su derecho a sentirse atacados, pero si miran un poco al lado, sabrán que los miles y miles de muchachos de la educación municipal reciben día tras día los más tristes adjetivos y condenas a su presente y futuro. Y ahí están. Quieren cambiar. Y para eso, tenemos que reconocer nuestros errores, nuestras heridas abiertas y, sobre todo, que somos parte del problema. Si no entendemos que estamos tan cagados como el vecino en vez de defendernos o apuntarlo, no avanzaremos nunca.

    Pao

    Y cual sería el mecanismo de ingreso??
    La tómbola es más equitativa?
    Orden de llegada??

    es complejo el tema, pero que una prueba sea «tan estresante» pasa más por los padres. Por lo demás a los 12 años ya tienes bastante madurez y ya no se es tan inocente.

    Entiendo punto y hacia dónde va, pero la selección debe durar hasta que otros establecimientos sean igual de competentes que el IN. O al menos ir gradualmente eliminándose.

Felipe Reyes

La mayoría de los niños de Santiago con mayor facilidad de aprendizaje, clase media, ingresan al Instituto Nacional en séptimo básico. Los “mejorcitos” de colegios municipales o subvencionados terminan por dar la prueba de ingreso en este colegio, ya sea porque sus padres pretendieron que su hijo estuviese en el mejor colegio municipal de Santiago, u otros como yo, pidieron que los llevaran, del cual conocí y me maravillé en una tarea de Ciencias Sociales, llamado así en ese entonces. Este colegio llama a jóvenes sobresalientes, estoy muy convencido de que más de un 80% de estos puntajes es causa exclusiva de las capacidades genéticas con las cuales se viene predispuesto, el restante 20% lo agrega la competitividad académica y la exigencia educacional. Aquí es fácil establecer un rango de exigencia cuando los estudiantes están en una misma brecha de habilidades cognitivas. Pero por sobre todo LA CONSTANCIA, y pucha que es importante esta palabra. Una constancia en el estudio y en la metodología de la vida en general. No se es inteligente por sacar un buen puntaje, si no, por haber sido constante en aprender y aplicar el conocimiento y por ende, lograr un buen resultado, y esto se aplica como mencione anteriormente en la vida misma, los frutos de las personas esforzadas, en un 98% serán bien recompensadas, y hablamos de forma general, ya que como al chileno le gusta buscar excusas, donde siempre habrán factores que no dependan de nosotros, pero ya eso es otro tema. Volviendo al asunto, al que me llevo escribir este artículo, es que en Chile hay muy poco conocimiento cultural, los jóvenes están muy desmotivados y en un gran porcentaje de los colegios municipales la desmotivación se arrastra de casa y del entorno. Si tan sólo resolviéramos la problemática de crear hábitos y constancia en los jóvenes, casi ni se notaría el resultado entre nuestras capacidades de aprendizaje, porque si de algo estoy seguro, es que con esfuerzo y constancia, por muy “tonto” que seas, vas a lograr resultados inimaginables. No sé si será muy costoso para el gobierno enfocarse de forma efectiva en resolver estas desigualdades, o quizás no les sea conveniente, o en realidad son ineficientes, pero nosotros somos el pueblo, y si mis palabras pueden crear conciencia en al menos una persona, me sentiré satisfecho. Ayudémonos, pareciera como si esperáramos que siempre nos entregaran las soluciones en bandeja, pero si no son ellos, quién.

Fernanda Figueroa Orellana

Muy buena columna. Egresé del Liceo N°1, un emblemático y como llaman ellos «otro pre universitario, pero de 4 años». Y la realidad era similar: el tema de las fotocopias, la auto gestión del ensamble musical, la precaria infraestructura, problemas graves que quizás en otro tipo de colegios serían inadmisibles, pero acá era de lo más normal, ¿por qué? la misma excusa de siempre que escuché desde mi ingreso en séptimo básico a cuarto medio: «no hay recursos, somos un municipal no más».
También existe convergencia en el punto de que los métodos de enseñanza no eran del todo pedagógicos: aún recuerdo mi primera clase de Lenguaje en séptimo básico, el profesor hace ingreso a la clase tira el libro del curso sobre la mesa y saca a la pizarra a una compañera que le causó risa el gesto que este acababa de realizar. Después de un par de preguntas, le «chantó» un 1.5. Ese mismo día, nos hizo el rallado de cancha: con 12 años, cuando la mayoría está dejando de jugar a las Barbies, nos dijo: «Yo no educo a lloronas, yo educo a mujercitas, acá van a ser hijas de la frustración y yo me voy a encargar de que así sea mientras sea su docente». Llegué llorando todos los días que hubo clases con él. No quería ir a ese colegio al que más encima mi madre me había obligado (sí, yo no quería) a postular. Bueno, pasó el tiempo, el mismo profesor que nos había atormentado al final terminó siendo el cómplice del curso: hubo muchas instancias en las cuales no hizo clases de contenido propiamente tal, sino clases para la vida. Recuerdo cuando dejó a todo el curso llorando cuando nos contó acerca de su separación de su esposa y su hija. Se dio el tiempo de preguntarle a cada una cómo era su vida familiar, afloró y nos mostró a flor de piel a cada una todas las realidades existentes y diferencias que cada una tenía como carga, carga que se vería aliviada si lográbamos la misión de llegar a ser «mujeres íntegras capaces de egresar a la educación superior, enfrentando una sociedad en constante cambio». Entonces que venga alguien a emitir declaraciones de que somos «un preu más», obviamente molesta. Si bien en su momento me sentí un apellido más, hasta un número más… creo que valió la pena, y se compensa con todas esas clases que no fueron clases propiamente tal, con esa precariedad que fue mi albergue durante 6 años la cual me vio llorar por mi primer rojo en matemáticas, me vio llegar a ser una mujercita . Más que con la cifra de mis puntajes que hoy me permiten estar estudiando en la misma universidad de la cual es rector Juan Manuel Zolezzi, me quedo con esos momentos que me hicieron más humana y consciente.

    Nicole

    Me siento muy identidicada con tus palabras. También salí del Liceo 1 y al igual que tu y yo creo que como muchas compañeras, ingresé al colegio porque mis papas veían potencial en mi. Era la mejor del curso desde segundo básico de un colegio subencionado en Puente Alto. Primeramente nunca había escuchado de ese liceo hasta que mi papá me comentó que realizaría la inscripción para dar la pruba. Estudié 2 meses para poder ingresar ( y más encima en primero medio que hacen 2 cursos, el J y el K) y quedé. Viajaba todos los días 1 hora y media de ida y 1 hora y media de vuelta para llegar al colegio. Casi todos los días llegaba llorando a mi casa, producto del cansancio, de la baja en mis notas ( de un 6.7 a promedio 5.4 en primero medio), el constante reproche de el deber y la responsabilidad de ir en este colegio y que yo le había quitado la posibilidad a otra niña, igual que yo, de una población que venía de un horrible colegio por lo que me debía sacar la cresta para mantener mi puesto casi privilegiado. Si bien sufría, crecía cada día a fuerza de rigor y estudio. Ahí conocí a mejores amigos que tengo, los del IN, cabros esforzados, que venías de todas las poblaciones de Santiago y que muchas veces era la esperanza familiar de salir adelante y ser el primer hijo que va a la Universidad. Asi que todos los días, todos juntos, nos íbamos en el metro hablando de la vida, de política, sociedad, amor, problemas de la casa, como cualquier niño de esa edad, pero que posee una conciencia de la vida muy distinta. Y es ese principalmente el porqué les va bien en la PSU, es por el orgullo de ir tantos años en una institución que te ha brindado lo mejor de ella, no sólo contenidos para la PSU, ( como lo destaca Zolezzi) de sino que si te va mal, es como fallarle a la familia, es dejarle una herida, es bajarle el pelo. Y si es una gran responsabilidad que tomamos , pero es lo menos que se merece nuestro colegio. Y al igual que tu ingresé a una Universidad estatal, la UTEM de la cual viví cosas peores que en este colegio, en cuanto a infraestructura, baños sin confort, profes que poden la plata para la fotocopia, malos computadores, pero el gran méritos son los conocimientos y experiencias que te entregan los docentes, los consejos en el aula, que aminoran todas las penurias económicas que puedes pasar en la propia Universidad, te ayuda a ser un verdadero planificador de las lucas, del tiempo, de tener un trabajo mientra estudias, de el hacer mucho con poco y valorar lo que te da a diario. Es por eso que siempre llevamos la camiseta puesta los niños que fuimos en estos colegios y los defendemos con todo el argumento posible el sí a la selección en los emblemáticos, ya que si hubiese existido una tómbola de ingreso o por orden de llegada, no hubiese podido ingresar y no tendría la vida ni los estudios que poseo hoy. Quiero educación gratuita y de calidad para todos, pero eso no se logrará emparejando desde arriba, quitándole oportunidades a cabros esforzados y a familias que tienen esperanzas que su hijo tenga una vida mejor, sino mejorando las políticas públicas, entregando una mejor educación primaria, mejorando los colegios públicos, dando gratis los libros escolares, entregando más becas de alimento, útiles escolares y uniformes, pero no a los mejores alumnos de los peores colegios, esos que calzan com sus fichas de protección social, sino al todo el que postula y lo requiere. A los emblemáticos les va bien, tienen sus métodos y valores. Déjemnlos en paz y no hilemos tan fino, mirando como quitarle a quien está mejor, sino dándole herramientas a quien está peor.

Pablo

fui un alumno promedio del instituto y estudie psicologia en una universidad privada, siendo del monton en el colegio pero dentro de los 5 mejores de mi promocion al egresar de la universidad. Quizas el proceso de seleccion es elitista pero solo en un nivel academico, en nuestro colegio nunca se discrimino por religion o por billetera o apellidos como si se hace en otros lugares, dentro de los 45 alumnos en la sala habia de todo, niños que venian de tomas y otros que sus padres eran dueños de empresas. El colegio nos enseño a ser humanos, a respetar al otro por lo que es y no por lo que tiene, nos enseño a respetar a las mujeres y gente mayor. Mas que seguir el curriculum recuerdo muchos profesores que transmitian valores, enseñanzas de vida, y ese es el privilegio del instituto nacional, un lugar lleno de historia y grandeza, donde la mayoria de los profesores estan comprometidos con la educacion (a pesar de sus bajos sueldos). La falta de recursos pasa a un segundo plano cuando existe la motivacion de aprender y salir adelante.

Carlos

No logro entender el afan por mostrar al IN como el enemigo… si al final como dices el IN es el sintoma, no la enfermedad….

estos gobiernos de la concertacion se empecinaron por años desde la epoca del ministro lagos en matar la educacion publica (lease financiamiento compartido) y es eso lo que la reforma debe rectificar lo mas pronto posible…

los frios numeros dicen que la brecha es grande, pero el dato duro dice que la educacion municipal es mejor que la part. subvencionada, y de eso no se habla…

Lo mas seguro es que yo a mis hijas no las meta al IN o algun emblematico, porque ellas gracias a las herramientas que me entrego el IN y a mi señora el L1 podremos darles mas oportunidades que las que tuvimos y eso deben aprovecharlo…

Ojala hayan mas IN y que todos los cabros tengan la oportunidad de estudiar en colegios de excelencia sin importar las lucas que tienen sus padres…

Y cabros… entiendan q los triunfos del IN son de la educacion publica y no solo del colegio ya que muchos de los egresados venimos de ese sector…

Ana María

Es lo más intenso, real y crudo que he leído acerca del Gran «Instituto Nacional», mi hijo mayor, que hoy es Ingeniero, estudió ahí y estoy convencida que la mejor educación la imparten o debieran hacerlo estos establecimientos públicos, en que se mezclen todas las clases sociales y así crear individuos integrales, más sensibles con la pobreza, menos individualistas. Te felicito y por favor danos más expresión, para compartirla con quienes aún no entienden que educar es un deber del Estado.