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Colombia: de la olla comunitaria a espacios de construcción de tejido social

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En el marco del Paro Naciona colombiano 2021, los jóvenes han sido  los actores protagónicos; de igual manera, han sido las principales víctimas de  los excesos de las fuerzas violentas y represivas del gobierno, ya que han sido perseguidos, hostigados, apaleados, mutilados y asesinados. 

Y, aun así, ahí están nuestros jóvenes, en los espacios que ellos mismos han  denominado puntos de resistencia, esperando ser escuchados, que sus  ideas y sus peticiones sean tenidos en cuenta en los espacios gubernamentales  para que haya una verdadera inclusión. A estos jóvenes los revictimizan mal llamándolos NI-NI (ni estudian, ni trabajan), de igual manera con el pasar de los  días y la manipulación de los medios de comunicación al servicio del gobierno, para muchas personas pasaron de ser los héroes del paro a los vándalos del  paro, como una forma de criminalizarlos y estigmatizarlos aún más. Pero esos  calificativos despectivos de NI-NI o vándalos están por fuera de la realidad, estos  son los jóvenes sin oportunidades, sin espacios reales de participación, los  abandonados por el estado, que por esta coyuntura de paro nacional se han  sentido parte de esta sociedad, han recibido el aplauso, se han sentido  reconocidos y su sentir es que están ayudando a cambiar este país y a cambiar  una clase política corrupta y elitista que no los representa ni a ellos ni a sus  luchas. 

En los puntos de resistencia, los jóvenes han recibido el apoyo popular y con el  esfuerzo de muchas mujeres voluntarias se han conformado las ollas comunitarias como lugares de acogida para la alimentación de jóvenes,  artistas, cantantes, teatreros y músicos entre otros sectores que se han sumado  a este paro nacional para que así, tengan garantizadas sus 3 comidas diarias;  que según cuentan muchos, hacia rato no tenían en sus casas. Estas ollas  comunitarias no solamente han servido para fortalecer la lucha de nuestros  jóvenes en las calles, sino también, con una herramienta organizativa y de  visibilización.

No podemos olvidar que le debemos a nuestros jóvenes los logros que hasta hoy  ha tenido el Paro Nacional 2021. Dichos logros los podemos visibilizar en el  entorno político con el retiro de reformas y renuncias de altos funcionarios. Creemos que el principal logro ha sido el sensibilizar a muchas personas sobre  lo que pasa en el país, han logrado que renazca la solidaridad, la unión y la  empatía. Han logrado lo que desde hace tiempo se ha intentado desde  programas sociológicos y psicológicos: Pactos de Paz autogestionados,  entre las barras de futbol, entre parches o bandas, se han podido superar  barreras invisibles solo para estar unidos en el paro nacional y poder apoyar  esta causa que es del pueblo, han logrado que los jóvenes tengan más  conciencia política, que se interesen por la realidad nacional, han preferido ver  completas las largas plenarias del senado a la celebración de partidos de futbol. 

Pero ahora que empiezan el desmonte de los bloqueos, nos preguntamos  ¿Volveremos a la normalidad? ¿A la normalidad del hambre? ¿Volveremos a la  normalidad del estigma y el rechazo? 

La sociedad debe incidir en el futuro de estos muchachos, no podemos permitir  que la protesta social sea criminalizada, que sigan siendo víctimas de la falta de  acceso a la educación pública de calidad, víctimas del desempleo, debemos  buscar mecanismos para garantizar su seguridad alimentaria y el goce pleno de  sus derechos a una vida en condiciones de dignidad. 

Esta es una invitación para arropar a nuestros jóvenes, no podemos permitir que  salgan de las barricadas como llegaron, frustrados, excluidos y con hambre, que  salgan para ser judicializados, amenazados, ajusticiados o desaparecidos. 

Vemos la  Olla  Comunitaria como una herramienta de movilización, la comida como un elemento de unión, elemento de confluencia y solidaridad,  como Iniciativa popular que incide en la organización y empoderamiento de la  comunidad ¡Todos ponen todos comen! 

Invitamos a implementar las ollas comunitarias barriales, itinerantes o  permanentes como una alternativa popular para continuar en la lucha, en la defensa de nuestros jóvenes. Es un trabajo de colaboración y empatía, es  construcción de tejido social. 

Vemos la Olla Comunitaria como una herramienta de movilización, la comida como un elemento de unión, elemento de confluencia y solidaridad, como Iniciativa popular que incide en la organización y empoderamiento de la comunidad

La financiación de la olla comunitaria se basa en las cadenas de afecto, en redes  sociales, donaciones en especie y efectivo y manos para el trabajo entre otros.  

Con esta iniciativa no solo se busca mitigar el hambre, sino generar espacios  armónicos comunitarios que dispongan al dialogo ameno y distensionado, casi  festivo, y en ese ambiente tocar temas sensibles acerca de la realidad nacional,  generar conciencia política y construir una ciudadanía responsable. 

Esperamos que alrededor de las ollas comunitarias se sigan tejiendo lazos de  unión y solidaridad que han venido creciendo durante el paro nacional. Que no  regresen las barreras invisibles y que por el contrario se visibilicen las soluciones  para los justos reclamos de los jóvenes que se encuentran movilizados en  Colombia. 

¡Al calor del fgón se forja la lucha! 

Por Bernarda Cuesta
Alexandra Corrales

Palmira, Valle del Cauca, Colombia

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