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El mundo, las amenazas, y la ONU

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Recientemente, el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, señaló en Maryland, ante los graduados de la Academia Naval de Estados Unidos, que la época del dominio absoluto del mundo había llegado a su fin.

“Tras la Guerra Fría, Estados Unidos disfrutó de un dominio casi indiscutible de los bienes comunes: el espacio aéreo, el mar, el espacio y el ciberespacio. Pero la era del dominio incontestable de Estados Unidos ha terminado. Hoy nos enfrentamos a graves amenazas en China, Rusia y otras naciones decididas a vencernos en todos y cada uno de los dominios”, dijo Vance; agregando que “tenemos que ser, todos nosotros, no sólo más inteligentes», pero ahora «tenemos que asegurarnos de que, cuando enviamos a nuestras tropas a la guerra, lo hacemos con las herramientas adecuadas», según reporta Yahoo News. Lo anterior augura que continuará aumentando el gasto militar estadounidense.

En Europa, también la clase dirigente ha continuado alimentando la retórica belicista, bajo el argumento de que existen, según la inteligencia de Dinamarca y Alemania, “amenazas” de que Rusia los atacará en los próximos años y que la población debe estar preparada para el “peor escenario posible”, incluido un ataque nuclear.

Cualquier analista serio rechazaría esta afirmación, ya que Rusia no tiene la capacidad de sostener una guerra convencional exitosa con un país europeo, amén también porque el Tratado de la OTAN obliga, de acuerdo al artículo 5, a que se desate una guerra de respuesta de los 42 países de la alianza atlántica contra Rusia.

En cifras reales, mientras Rusia alcanzó un estimado de 149.000 millones de dólares de gasto militar en 2024, Europa (excluida Rusia) gastó casi cuatro veces más, llegando a 544.000 millones de dólares. Si sumamos los 997.309 millones de dólares de Estados Unidos y 29.346 millones de dólares de Canadá, en 2024, estamos hablando de más de diez veces el gasto militar ruso.

La opción nuclear tampoco es recomendable, ya que representaría una muerte conjunta asegurada entre los países de la OTAN y Rusia, con consecuencias inimaginables. La misma Federación Rusa ha dicho que, en caso de un peligro “existencial”, podría usar sus armas nucleares estratégicas. Sin embargo, todas las potencias nucleares podrían hacerlo en esa situación. El único precedente es que sólo Estados Unidos ha utilizado bombas nucleares, contra Hiroshima y Nagasaki en 1945.

Por lo mismo, seguir alimentando la retórica de la guerra y repetir los mismos pasos es completamente irracional. Es urgente que los líderes mundiales retomen el sentido de la responsabilidad política para preservar la paz, resolviendo sus diferencias internas y externas mediante el diálogo y la diplomacia.

Es cierto que Estados Unidos y la Unión Europea ya no pueden “disfrutar”, como señala Vance, de las regalías y ventajas que tenían antes para imponer su voluntad. Hoy tienen competencia en muchos frentes, incluido el comercial y militar.

Y es positivo que ya no gocen del dominio unipolar para imponer por la fuerza sus deseos. Por eso, es urgente establecer nuevas reglas del juego en el mundo actual, donde actores como Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica (los BRICS), entre otros, abogan por un mundo multipolar con justicia e igualdad en las relaciones internacionales.

En ese nuevo mundo que emerge, se necesita un tratado de seguridad común para poner fin a las guerras y alentar una agenda de desarme. Si se respetan las condiciones de igualdad entre todas las naciones, será posible la desmilitarización del planeta y el fin del derroche del gasto militar.

La era del dominio incontestable de Estados Unidos ha terminado, afirmó recientemente el vicepresidente estadounidense J. D. Vance. Esta declaración refleja un escenario internacional cada vez más tenso, donde la paz global se ve amenazada por el incremento del gasto militar y la retórica belicista

La ONU en este nuevo escenario

Son muchos los conflictos en curso y otros que pueden estallar en cualquier momento: Ucrania-Rusia, Yemen, Sudán, Palestina, Líbano, Israel-Irán, Corea del Norte, Taiwán, el mar de China Meridional. Los tiempos que vive la humanidad son muy peligrosos.

La Organización de Naciones Unidas debería jugar un rol fundamental en resolver estas guerras, pero no ha tenido la fuerza necesaria. No ha logrado desactivar los conflictos en curso ni contener el peligro que representan. Peor aún, Israel ha desafiado abiertamente a la ONU, atacando instalaciones y personal de Naciones Unidas, con heridos y muertos confirmados.

Para empeorar la situación, la prensa ha señalado que el 2 de junio será elegida como presidenta de la Asamblea General de la ONU la ex ministra alemana Annalena Baerbock, del Partido Verde. Baerbock, nieta de un ferviente nazi, declaró en 2023: “Estamos librando una guerra contra Rusia”. Alemania ha participado indirectamente en la guerra, enviando armamento a Ucrania.

Por ello, resulta controversial y negativo que Baerbock asuma un cargo tan importante, lo que demuestra que la ONU carece de estándares mínimos al permitir que alguien involucrado en una guerra ocupe un puesto de liderazgo.

En un mundo donde todas y todos estamos en peligro, la ONU debería cumplir un papel destacado. Sus líderes deben ser intachables, para garantizar el respeto de los derechos humanos y asegurar el derecho universal a vivir en paz.

Pablo Ruiz es integrante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org

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1 Comentario

gonzalo

Rusos sin baño dentro de las casas, porque el presupuesto nacional se va en la corrupción de la industria bélica. Tres años de guerra de expansión del perdido » imperio Ruso», no hay Onu que pare a Putin en su escalada bélica. Y lo peor es que los rusos empobrecidos comparten esa idea imperial.