Corea del Sur atraviesa un momento determinante en su historia política, marcado por las elecciones presidenciales anticipadas que tendrán lugar el 3 de junio. Este cambio inesperado en el calendario electoral se debe a la destitución del expresidente Yoon Suk-Yeol por parte de la Corte Constitucional, luego de un controversial intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre de 2024. La medida fue rápidamente rechazada por la Asamblea Nacional, provocando protestas masivas en el país y derivando en una moción de destitución que fue aprobada apenas unos días después, el 14 de diciembre. El proceso finalmente culminó el 4 de abril con la Corte Constitucional ratificando su salida del poder y permitiendo su enjuiciamiento.
Esta elección extraordinaria, segunda de su clase en la democracia surcoreana y la primera fuera del calendario electoral habitual, resalta las tensiones internas de un sistema electoral robusto, donde el Jefe de Estado tiene un solo mandato de cinco años sin opción a reelección. Esta estructura, diseñada para evitar la concentración excesiva de poder, tiende a aumentar la polarización, ya que el candidato derrotado queda excluido de la política durante ese período, fomentando así una dinámica política del “todo o nada”.
En este proceso se presentan varias candidaturas, entre las que se destacan las de Lee Jae-myung, del Partido Democrático, quien encabeza las encuestas con alrededor del 49% de apoyo, según Gallup Korea. Su campaña se basa en la rendición de cuentas tras la crisis institucional causada por Yoon, proponiendo una reactivación económica mediante estímulos fiscales y abogando por una ambiciosa reforma constitucional: la introducción de un sistema de doble mandato presidencial de cuatro años y la elección parlamentaria del Primer Ministro. Lee se posiciona como el garante de una nueva etapa de gobernabilidad transparente y reformista.
Kim Moon-soo, político experimentado del Partido del Poder Popular (PPP), misma agrupación del destituido Yoon, ocupa el segundo lugar con un respaldo alrededor del 35%. El exgobernador de la provincia de Gyeonggi propone una agenda proempresarial, una política exterior firme frente a Corea del Norte y reformas institucionales similares a las de Lee, aunque desde una óptica más tradicionalista y autoritaria en lo social.
En tanto, Lee Jun-seok, joven figura del recién creado Partido de la Reforma y antiguo presidente del PPP, representa una tercera vía. Con un respaldo estimado entre el 10% y el 11%, apela principalmente al voto joven masculino, con una retórica tecnocrática, antifeminista y liberal en lo económico.
Completan la contienda otros tres aspirantes presidenciales que, aunque con menor impacto en las encuestas, presentan propuestas que amplían el espectro ideológico del debate presidencial, como Hwang Kyo-ahn: ex primer ministro y presidente interino durante el 2016 y 2017, se presenta como independiente; Song Jin-ho: empresario independiente con antecedentes penales, ha generado controversia debido a sus 17 condenas previas; y Kwon Yeong-guk: candidato del Partido Laborista Democrático, representando una opción de izquierda más radical.
Estas elecciones anticipadas no solo definirán el futuro inmediato de Corea del Sur, sino también el rumbo de su sistema democrático. Más allá de los nombres y las propuestas, está en juego la legitimidad institucional tras la crisis desatada por Yoon, así como la posibilidad real de reformar un modelo presidencialista que, si bien ha garantizado alternancia, también ha exacerbado las divisiones. Sea cual sea el resultado, el próximo presidente enfrentará el desafío de reconstruir la confianza ciudadana, estabilizar un país sacudido por el autoritarismo fallido y sentar las bases de una gobernanza más resiliente, representativa y moderna.
Las elecciones presidenciales anticipadas del 3 de junio en Corea del Sur marcarán un punto de inflexión político e institucional, con profundas consecuencias tanto internas como en el ámbito internacional
En el tema internacional, la inestabilidad política ha generado incertidumbre en las relaciones de Corea del Sur con sus principales aliados y socios comerciales. Un ejemplo son las recientes políticas comerciales tomadas por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, que han tensado las relaciones bilaterales entre ambos países. Esto, dado a la imposición de aranceles del 25% a las importaciones surcoreanas, que anteriormente se beneficiaban de un Acuerdo de Libre Comercio. El candidato Lee Jae-myung ha propuesto reconsiderar el plazo para un acuerdo bilateral sobre los aranceles comerciales de Estados Unidos, destacando la necesidad de una resolución mutuamente beneficiosa. También ha criticado la fijación unilateral de plazos de negociación y ha abogado por una diplomacia basada en el respeto mutuo.
En el caso de China, un eventual gobierno progresista, como el que propone Lee Jae-myung, podría buscar estabilizar los lazos mediante una política exterior más equilibrada, mientras que una administración conservadora, como la que representa Kim Moon-soo, probablemente fortalecería la alianza con Estados Unidos, incluso a costa de mayores roces con China. En un contexto de rivalidad entre potencias, Corea del Sur podría verse obligada a redefinir su estrategia exterior, buscando un difícil equilibrio entre seguridad, autonomía diplomática y protección de sus intereses económicos.
Finalmente, las relaciones con Corea del Norte también podrían verse afectadas dependiendo del resultado de las elecciones. Mientras Lee Jae-myung ha expresado su intención de reabrir los canales de comunicación con Pyongyang, incluyendo las líneas directas militares, y ha criticado la postura confrontativa del gobierno anterior, señalando que solo ha intensificado las tensiones y perjudicado la economía. Por otro lado, el candidato conservador Kim Moon-soo propone una política más estricta, incluyendo el fortalecimiento de las defensas nacionales, la posible reintroducción de armas nucleares tácticas estadounidenses y la revisión de las leyes anti espionaje.
José Pablo Angulo Malinarich. BA International Studies, Korea University.
Andrés Angulo Farmer. Académico, Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Escuela de Sociedad, Política y Comunicaciones. Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
            Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Gonzalo
Song Jin-ho: empresario con antecedentes penales y 17 condenas previas, obviamente es el mejor aspectado para ser presidente de Corea del Sur. El triunfo de Trump declarado culpable de 34 delitos lo es la prueba. El caso de Piñera electo dos veces a pesar de haber sido declarado reo por el robo del banco de Talca, es otro indicador. La gente admira al empresario rico aunque sea medio delincuente.