La barbarie y brutalidad indescriptible que miles de millones de personas vemos (y nos espantamos) diariamente con las imágenes y videos del genocidio en progreso que comete el Estado sionista de Israel en contra del pueblo palestino es, quizás, una evidencia adicional del lamentable devenir de nuestra especie a lo largo de cientos de miles de años de proceso evolutivo.
La singularidad del exterminio en marcha que comete el sionismo israelí contra palestinos de cualquier credo religioso, es que este proceso de limpieza étnica ocurre en la era de la información instantánea, donde los registros audiovisuales acumulados alcanzan miles de terabites de evidencia irrefutable del actual estado del proceso evolutivo del comportamiento barbárico y distorsionado del Homo sapiens sionista, por un lado; y la desidia colectiva de gran parte de los actuales líderes del autodenominado “mundo libre occidental”, cuyo comportamiento avala y respalda de manera hipócrita la limpieza étnica de los indígenas contemporáneos que habitan entre el río Jordán y el Mediterráneo.
El fraile agustino Gregorio Mendel iluminaba a la humanidad, desde su Austria hace más de 170 años, cuando a partir de un puñado de arvejas proponía las primeras pistas de las leyes evolutivas de nuestra especie.
El actual horror que padecen hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, creyentes y ateos, intelectuales eruditos y necios ignorantes, honestos y estafadores, en fin, seres humanos sobrevivientes, o sus descendientes, de la primera catástrofe acaecida hace más de 70 años en la Palestina de la post-guerra; a veces pone en duda la fe del filántropo más militante, elevándose la interrogante si, con nuestra especie, ¿la naturaleza estará tomando un desvío pendiente abajo en la escala evolutiva y la versión actual del Homo sapiens no es más que el eslabón perdido de una variedad de homínido empático, amoroso, colaborativo y compasivo, que aún no asoma en la biósfera?
Desde que al primer homínido se le ocurrió golpear en la cabeza a su congénere con la piedra que ambos usaban para fracturar las cáscaras de algunos frutos o las conchas de algunos moluscos, con el vil propósito de apoderarse de algunos frutos o caracoles adicionales, ha pasado mucha agua bajo el puente evolutivo de nuestra especie, pero las razones de esa agresión han permanecido más o menos inalterables. ¿Esa pulsión primigenia que manifestaron nuestros primeros antepasados de emplear la violencia para someter a sus pares, con el objeto de apoderarse de mejores territorios, alimentos y mano de obra esclava para satisfacer las necesidades de los vencedores y grupos dominantes es una característica intrínseca de algunos grupos de animales con estructura social compleja que es imposible eludir? Confío que en alguna de las circunvoluciones cerebrales del órgano fabuloso que nos confiere el atributo de “sapiens”, exista la esperanza de superar el infierno que vive agazapado en el alma de nuestra especie y que hoy está desatado en medio oriente. Espero que madre Natura y su itinerario evolutivo tenga reservado para nuestra especie un futuro más promisorio que la brutalidad pura y dura que domina nuestra especie en lo que va del S. XXI, y que no nos extingamos en el intento.
¿Está la humanidad condenada a repetir sus peores atrocidades con más nitidez y rapidez en la era digital?
El genocidio y martirio del pueblo palestino a manos del Estado sionista de Israel es la lección vívida y modernizada de lo que vivieron nuestros nativos americanos a manos de los conquistadores, españoles, portugueses y puritanos anglosajones. Es la versión remasterizada que padecieron los pueblos originarios africanos a manos de las huestes coloniales inglesas, belgas, holandesas, francesas, italianas y alemanas. Es la infame actualización del sufrimiento de los pueblos originarios del lejano oriente a manos de los imperios británico, portugués, neerlandés, español, nipón o norteamericano.
Esta vez el holocausto palestino se ve en una calidad de 4K y a una velocidad de conexión de al menos 5G. Las guerras, en general, y el genocidio palestino, en particular, son manifestaciones hipócritas que no tienen la honestidad de confesar que se mata para robar. Tal como planteaba Eduardo Galeano hace muchos años: “Las guerras dicen que ocurren por nobles razones: la seguridad internacional, la dignidad nacional, la democracia, la libertad, el orden, el mandato de la civilización o la voluntad de Dios”. Pero al final de cuentas se mata para robar, el Estado sionista de Israel lo ha hecho desde 1948 y tomando en cuenta el comportamiento de casi la totalidad de los Estados Naciones de este planeta es probable que lo siga haciendo hasta asegurar y anexar los nuevos territorios de Gaza y Cisjordania, hasta asegurar los ingentes recursos de hidrocarburos presentes en el mar territorial de Palestina, hasta asegurar una ruta de comercio de combustibles y mercancías hacia Europa occidental que haga frente a la Ruta de la seda que promueve China y hasta construir la “Riviera del Medio Oriente” para que magnates distorsionados como Donald se bronceen sobre los cadáveres de cientos de miles de palestinos.
A pesar de la hipocresía y complicidad alevosa de la mayoría de los líderes del “mundo libre y democrático” de occidente con el Estado colonialista y sionista israelí, miles de seres humanos no están dispuestos a avalar la barbarie y salvajismo colonial posmoderno. Así como los preclaros de Carlitos Darwin y Alfredo Russel Wallace describieron las leyes de la selección natural; en las manos de los individuos conscientes de su humanidad está, quizás, el poder de ayudar a la madre naturaleza para acelerar la regresión de las expresiones más nocivas de nuestra especie, eligiendo en cuanto proceso de elección popular se participe, desde la Unidad vecinal y club deportivo hasta la Nación o parlamento, aquellas candidaturas orientadas a la colaboración, la inclusión, la tolerancia, la honestidad y probidad. Si los pueblos del Orbe no emulan a ese fraile austriaco agustino, quién a punta de su riguroso proceso de selección logró que un puñado de arvejas expresaran las cualidades que él deseaba, holocaustos como los del pueblo judío a manos nazis, o los del pueblo palestino a manos de judíos sionistas, se repetirán y avergonzarán a los seres humanos del futuro.
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La columna podría ser reescrita usando la visión de Miqueas 5.8 y cada una de las 22 citas bíblicas directas a Gaza…
Ali Aban Alseri
Fuente de toda la alucinaciones de este señor: Hamas y la propaganda terroristas de la izquierda ignorante donde esta la Jara-Jadue del PC . Falso es ese genocidio pues la onu es un nido de gente de izquierda. Este tipo de análisis llorones solo víctimizan a los terroristas yihadista, y tiene el descaro este señor de escribirlo el día del atentado de los angelitos de Hamas con complicidad de ese pueblo mártir que no existe pues no hay ninguna ruina antigua que los conecte a ese territorio. Camarada ,esto se lo traga la extrema izquierda, los ignorantes y los nazis antisemitas. Cualquier persona que sabe diferenciar entre el mal y el bien tiene claro que los terroristas musulmanes son lo peor y que China es también una dictadura. Regrese a baúl de Stalin,,Arafat y el Che y otros delincuentes de la izquierda extrema y criminal