Pareciera que muchos defensores de la libertad todavía ven a los pinochetistas y a las víctimas de delitos de lesa humanidad como dos grupos con legítimas diferencias de opinión, cuyo derecho a expresarse la sociedad debe respetar, aún cuando exista cierto consenso social en contra de uno de los dos grupos (los pinochetistas). Un conocido columnista de El Mercurio el domingo pasado llamaba a “comprender hasta que duela” como modo de escribir “una historia inclusiva”. Sin embargo, no es éste el enfoque adecuado para juzgar el homenaje a Pinochet que, bajo la consigna “nos están robando la historia”, se pretende realizar el próximo domingo.
No estamos en presencia de dos grupos con legítimas diferencias de opinión. Lo que tenemos aquí son víctimas y victimarios de delitos de lesa humanidad, y un nuevo intento de los victimarios y de sus más férreos defensores, por legitimar estos graves delitos como acciones justificables e incluso necesarias en determinado contexto. Es decir, si la sociedad chilena está dispuesta a permitir esto, es que no tiene aún la capacidad para decir “nunca más” a las graves violaciones a los derechos humanos, pues considera lícito que algunos las justifiquen. Es evidente que el espíritu del homenaje que se organiza es el de minimizar y justificar estos delitos.
Para avanzar en el “nunca más” se ha presentado al Congreso un proyecto de ley para sancionar a quienes nieguen, justifiquen o minimicen los crímenes de lesa humanidad cometidos en Chile, en la línea que ha evolucionado el derecho internacional. La iniciativa plantea que “la legislación chilena no puede desatender el sentimiento que provoca a quienes sufrieron en carne viva los delitos cometidos y a sus descendientes, oír el cuestionamiento, la minimización o justificación de los crímenes cometidos en dictadura”. Esto es un imperativo moral, pues el respeto a las víctimas y el mínimo sentido de empatía con el sufrimiento debe estar a la base de nuestra legislación. Así como es penalizado el delito de injuria o de ofensa pública y daño moral, puede ser penalizado como delito justificar o minimizar la magnitud y el efecto del sufrimiento por crímenes de lesa humanidad. En Chile tal situación se aplicaría tanto para opiniones habituales de columnistas sobre la dictadura de Pinochet como para la enseñanza histórica de la mal llamada «Pacificación de la Araucanía», o las matanzas de obreros a principios del Siglo XX. La sociedad tiene el deber de poner límite a quienes, hiriendo la dignidad humana, hacen gala de la impunidad frente a este tipo de delitos.
* Nota elquintopoder.cl: Si estás de acuerdo con lo expresado en esta columna, te invitamos a adherir en esta acción liderada por Felipe Henríquez, «Impidamos esta aberración: #NoAlHomenajeAPinochet».
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Foto: Patio 29 – Marcos S. González Valdés / Licencia CC
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K
Pues en ese sentido tampoco se debería homenajear a Allende. Yo creo que los homenajes deberían ser sin bulla. De hecho ni siquiera deberían hacerse homenajes a ninguno de ellos. No al menos hasta que toda la generación que vivió estos períodos haya fallecido. La historia siempre se ve mas objetivamente cuando han pasado muchos años y no hay tantos roces.
Javier Retamal
Es que no tiene nada que ver. Allende puede ser muy criticable para algunos pero no dirigió bandas criminales como la DINA y CNI. Tampoco se involucró en actos de tortura ni desapariciones. Como no incurrió en esos crímenes menos participó en acciones para ocultarlos y eludir su responsabilidad, como el desentierro de cadáveres para hecharlos al mar, la operación «retiro de televisores» que ordenó Pinochet.
Todos cometemos faltas y errores pero eso no nos hace ni torturadores ni asesinos.
Los delincuentes se van a la carcel y el resto debemos escuchar las críticas para ser mejores.
Los que crean que Allende fué un político valioso que lo homenajeen los que no, que lo critiquen. Al final puede haber cometido faltas pero ni crímenes ni delitos.
Pero, homenajear a los autores de crímenes gravísmos y abominables es aceptarlos y promoverlos. Eso es convertirse en criminal por complicidad.
jorge1812
Estimado Javier, efectivamente, “en la vida social el ejercicio de la libertad tiene límites que se activan cuando se vulneran los derechos de los demás”. Pero una opinión por detestable y aborrecible que sea, no vulnera derechos en términos estrictos.
Creer eso por ejemplo, y pretender “prevenir el horror”, llevó a la ley maldita en Chile o las purgas comunistas en la URSS, o a la estúpida guerra de Bush, o a que Pinochet persiguiera a cualquiera que tuviera una copia de El capital en su casa. No es legítimo ejercer coacción por temores remotos o por tener cierta opinión o creencia.
Ahora bien, mi duda surge cuando hablas de “promover conductas criminales con consecuencias prácticas dañinas”, y entonces me pregunto ¿Cuál ideología no ha promovido una conducta criminal con consecuencias nefastas?
Me atrevería a decir que casi ninguna, incluso la idea de Estado misma lo hace, al glorificar la guerra, los héroes armados, ya sean militares o revolucionarios, etc.
Si realmente queremos que brutalidades como las ocurridas en nuestro país no se repitan y vivir en sociedad, lo primero que tenemos que hacer es dejar de glorificar la violencia como forma de acción política o de cualquier otra índole, sobre todo, otorgándole derechos que nadie tiene a los gobernantes y al Estado, para llevar a cabo determinados fines.
Por otro lado, efectivamente quienes pretender hacer este homenaje, validan actos y procedimientos que no se condicen con la ética más básica. Peor aún, validan la prepotencia estatal y la coacción para cumplir ciertos fines pasando a llevar derechos básicos de las personas. El problema es que al querer censurar opiniones, terminas haciendo lo mismo.
Finalmente, contrario a lo que dices, defender la libertad de pensamiento –aunque el pensamiento de algunos sea lamentable- no es relativizar las atrocidades, al contrario, es anteponer un aspecto clave de los derechos humanos.
Javier Retamal
Una distincion clara es que las ideas y los discursos se concreten en crimenes gravisimos y que la continuidad de estas expresiones tiendan a la repeticion de los delitos. Es lo que paso con el Nazismo, el discurso que instigo el genocidio es claro y especifico. Por eso esta prohibida su difusion.
La responsabilidad criminal viene de continuar con expresiones que probadamente (no hipotetica ni especullativamente) han ocasionado costos humanos enormes.
Es lo mismo que pasa con el Pinochetismo. Su discurso que no distingue entre terrorismo, comunismo, izquierdismo, enemigo interno, etc. y que desprecia la dignidad de la persona humana, probadamente ocasiono una tragedia con las consecuencias espantosas que todos conocemos. Continuar con este discurso es no solo irresponsable sino criminal. En el caso de Chile existe tambien el agravante de que el discurso Pinochetista tiende a falsear los hechos y a obstaculizar el ejercicio de la justicia. Sobre esto, recordemos el argumento de «hubo muertos de ambos bandos en el contexto de una guerra irregular», mentira deliberada para intentar distraer a la sociedad de hechos claros: se secuestro sistematicamente a civiles desarmados, se les torturo en forma atroz, despues se les asesino y finalemte se hizo desaparecer los cadaveres. No estamos en una tertulia sobre politica y sociedad, sino que frente a la disyuntiva de si poder hacer justicia o no y si es posible evitar que se repita el horror.
Jaime
Marcela y otros: no, no merecen la vida pública. Ellia mismos no lo han querido. No han sido capaces de decir abiertamente «si, yo interrogué a tal o cual»… Cuando se les entrevista niegan todo, «yo no estuve, yo era analista»… Dando el peor ejemplo de poca hombría, una vergüenza para un «ejército invencible». Jamás he escuchado de una persona torturada negar que lo fue, aunque muchas veces atenta contra su propia dignidad. Pero los torturadores se ocultan, no son valientes para dar la cara por lo que creyeron justo. Pinochet se escondió en sucias licencias médicas para no ir a declarar en un juicio ¿Cómo voy a homenajearlo? Mintió diciendo que no sabía nada, mintió diciendo que estaba demente, le mintió a Allende ¿Cómo podría homenajear a un mentiroso? Mandó matar a sus propios compañeros de armas como Prat ¿Cómo puedo homenejear a un traidor? Durante su dictadura se torturó, desapareció, exilió a miles de chilenos, se mandó matar incluso en el extranjero ¿Cómo podría homenajearlo? Es el único presidente que se enriqueció en su cargo, en muchos millones de dólares ¿De dónde lo obtuvo? Ladrón cínico¿Cómo podría homenajearlo?
Tengo el orgullo de admirar y homenajear a un hombre digno, orgulloso, franco y valiente. Sólo puedo admirar a Allende
vasilia
Jaime: yo no apoyo este homenaje. He dicho, y me he cansado de decir, que esta gentecita lo que pretenden es poner a Pinochet como un heroe, cuando es un genocida demente, ladron y corrupto. Todos sabemos que van a volver a injuriar a los que asesino, a sus familias, y a todos los chilenos. Van a hablar de lo «bien» que lo hizo destruyendo la cultura, la educacion, la salud y a los trabajadores de ese pais. ¿Crees que quiero algo asi?
Lo que digo es que ok, habra homenaje… pues bienvenida la funa. ¿No quieren hacer el show en un lugar publico? Pues que se jodan, publicamente la gente los va a repudiar. Que digan lo que les venga en gana, pero que se aguanten la funa. Porque por desgracia no podemos impedir que haya pinochetistas en este pais (se eligio a un presidente que lo es («es» subrayado)) , y no podemos impedir legalmente este acto, aunque sabemos que es la glorificacion a un criminal y que en realidad es ilegal. Pero ¿por que no sacamos el lado provechoso? hagamosle muy desagradable el homenaje, para que no se les vuelva a ocurrir hacer un show de estos nuevamente, como ocurrio en la Universidad Catolica. No se les impide, pero nada en la libertad de expresion dice que no se les pueda arruinar el show.
Jaime
Vasilia
En TODO lo que dices no puedo estar más de acuerdo contigo. Lo qye es lamentable es que la sociedad aún no hace la síntesis de lo que significó la dictadura de Pinochet. Si lo supiera, no se permitiría un homenaje. Pasará el tiempo y se verá su real significado. También creo que los veinte años de la Concerta fueron poco ilustradores, porque no se podía. De hecho soy de los pocos que creen que el gran mérito de este conglomerado y sus gobiernos fue el que a partir de 1990 se terminaron las torturas en dictadura, los degollados y las desapariciones. Ya eso es un tremendo logro.
Cariños
jorge1812
Estimado Javier Retamal, dices: “Una distincion clara es que las ideas y los discursos se concreten en crimenes gravisimos y que la continuidad de estas expresiones tiendan a la repeticion de los delitos. Es lo que paso con el Nazismo, el discurso que instigo el genocidio es claro y especifico. Por eso esta prohibida su difusión”.
Y agregas: “La responsabilidad criminal viene de continuar con expresiones que probadamente (no hipotetica ni especullativamente) han ocasionado costos humanos enormes”.
En base a ese argumento, entonces debería ser prohibida la difusión del comunismo y el marxismo tambien. Técnicamente, el marxismo operó igual que el nazismo y dio origen a una a algunas de las dictaduras más brutales del siglo XX.
Construir una sociedad nueva, sin clases, eliminar la mentalidad burguesa, etc, costó varios millones de víctimas, hambrunas, deportaciones a Siberia, asesinatos en México, la banda de los cuatro en China, etc. Todo muy bien acompañado de falseamiento histórico por lo demás. Hay mucho material histórico que demuestra los efectos nefastos de esas ideas en la vida de personas comunes.
Como defiendo la libertad de pensamiento, y por ética, me parece irrisorio intentar forzar a otros a pensar de una forma dada, me parece que eso sería incorrecto y dictatorial.
Te dejo planteado el dilema
Javier Retamal
Cada uno puede pensar como quiera pero la difusión de las ideas esta limitada por el efecto que pueden producir sobre los demás. Si algunos promueven la idea que los judíos son una raza vil y especuladora, que por eso hay que exterminarlos y si esa propaganda resulta en crímenes de odio hacia la población judía, obviamente el ejercicio de la libertad de expresión de los propagandistas esta estimulando el crimen y transformándose en crímen en si mismo.
Algo similar ocurre con la propaganda Pinochetista que estigmatiza a los izquierdistas como terroristas a quienes hay que combatir con todos los métodos posibles inclusive la tortura (“apretarlos” en el lenguaje de Pinochet). Ese discurso es clara y probadamente un antecedente al crimen con motivación política.
No estamos hablando de sancionar ideas que ha adoptado la derecha, como el pensamiento económico neo liberal o neo clásico. No solo es respetable la promocion de estas ideas sino que probablemente enriquecen el pensamiento sobre la organizacion economica de la sociedad.
No conozco bien la teoría Marxista ni la historia de la ex Union Sovietica pero me imagino que se puede distinguir muy bien entre utilizar el método marxista para interpretar el conflicto social o para inspirar programas de gobierno de tipo socialista, de las nociones estalinistas sobre el tratamiento de la disidencia y su caracterización como enemigos rotundos y exterminables. Lo primero es legítimo, lo segundo es propaganda instigadora de crímenes políticos, que entiendo ocurrieron generalizadamente durante el régimen de Stalin. Es claro que la instigación estalinista de los crímenes debiera sancionarse de manera similar a las sanciones que merece el Pinochetismo.
Jaiver Sola
¿Saben que pienso? Deberíamos hacer todo lo posible por ignorar a los idiotas que hacen homenajillos a matones, porque al final son tan pocos los que fueron, que no vale la pena que los consideremos. Estos vejestorios lo que querían era precisamente figurar, y figurando lograron traer de vuelta el mal recuerdo de la dictadura. Dejemos que se mueran de ancianos en vez de darles la posibilidad de entrar a la opinión pública. Así sus opiniones no llegan a ninguna parte, aunque se gasten todas sus fortunillas en homenajillos. Que el matón pase a ser parte de la historia y no más de la memoria, sería un buen paso para evitar que siga volviendo su fantasma a amedrentar al país que ya lo tuvo suficiente tiempo. Claro….para eso también sería necesario hacer una serie de otras cosas, partiendo por cambiar esa Constitución….
polo
tu informacion es una basura blu y yo estamos buscando y nos encontramos con esta basofia
John
Ley pareja no es dura: asi como no quieren homenajes a Pinochet, yo tampoco quiero homenajes a Stalin ni a Fidel Castro. Digo, también son violadores de DDHH ¿o me equivoco?
Alejandro Alvarado Quiroga
No puedo sino concordar con este manifiesto. Ya un alcalde car’e raja tentó justificar un homenaje a un torturador y asesino por ser su «compañero de armas». Aprendamos de los alemanes y penalicemos homenajes, apologías y manifestaciones que tanto dañan el camino, nada fácil, hacia el reencuentro y hieren el alma de las víctimas de ese largo periodo de terrorismo de estado que asoló nuestra patria.