Este jueves comenzaron las obras del primer Centro Comunitario de Cuidados de nuestra comuna, un hito profundamente simbólico para Renca. No solo por lo que implica en términos de infraestructura, sino porque representa un reconocimiento a algo históricamente invisibilizado: el trabajo de cuidar. Una labor muchas veces asumida en silencio, sin apoyo, sin retribución, y que por fin el Estado empieza a reconocer como una responsabilidad pública.
Como concejala de Renca y trabajadora social, sé que esas palabras no solo eran necesarias: eran urgentes. Pero también entiendo que el verdadero desafío está en el territorio, donde cuidar muchas veces ha significado postergar proyectos personales, asumir gastos que exceden las capacidades familiares y, con frecuencia, hacerlo en soledad. Es ahí donde los discursos deben traducirse en apoyos reales: políticas integrales, articuladas desde el Estado, que protejan y promuevan la dignidad de cuidar y ser cuidado.
Por eso, el inicio de las obras no es solo una inversión en infraestructura: es también un paso concreto hacia una política que debe ser transversal y permanente. Porque cuidar no es solo asistir: también es prevenir, acompañar, proteger y, cuando corresponde, sancionar. Es comprender que frente a vivencias de inseguridad o vulnerabilidad, el rol del Estado no puede agotarse en el castigo, sino que debe estar guiado por el principio de cuidado: un Estado que cuide y nos cuide, que sea una presencia activa en todas las dimensiones de la vida.
En su reciente Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric mencionó en varios momentos el tema de los cuidados: habló del Sistema Nacional de Cuidados, de la credencial para personas cuidadoras, de los 100 Centros Comunitarios de Cuidados que se construirán y de la Red Local de Apoyos y Cuidados. También hizo referencia a una forma de pobreza que rara vez aparece en los informes económicos: la pobreza de tiempo, que afecta especialmente a mujeres que cuidan solas a sus hijos, personas mayores o familiares con dependencia. En ese sentido, la política nacional busca dar un giro estructural: transformar el cuidado en un derecho social, no en una carga individual asociada al género.
La Política Nacional de Cuidados que impulsa el gobierno ha propuesto un cambio de paradigma: promover la corresponsabilidad entre el Estado, la sociedad, las familias y todas las personas, hombres y mujeres, con una perspectiva de género que no solo libere a las mujeres del cuidado, sino que lo redistribuya equitativamente. Este enfoque, lejos de reforzar estereotipos, busca superarlos. Cuidar es un acto profundamente humano que debe ser asumido colectivamente, sin distinción de género, y con el compromiso activo de todas las instituciones.
Cuidar no es solo asistir: también es prevenir, acompañar, proteger y, cuando corresponde, sancionar. Un Estado que cuide y nos cuide, que sea una presencia activa en todas las dimensiones de la vida
Y aunque durante mucho tiempo esta tarea ha sido asumida casi exclusivamente por mujeres, avanzar hacia una sociedad más justa también implica cambiar eso. La corresponsabilidad no es solo un ideal: es una exigencia concreta a los hombres, al Estado y a la comunidad para que el cuidado deje de ser invisible y se transforme en un pilar del bienestar social.
Los datos son claros: según el Estudio Nacional de Valoración Económica del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado (ComunidadMujer, 2019), esta labor representaba el 21,8% del PIB ampliado. En 2020, esa cifra subió al 25,6%. Es decir, estamos hablando de una función esencial para la sostenibilidad de la vida, que requiere financiamiento, institucionalidad y voluntad política sostenida para dejar de estar al margen.
Desde Renca, seguiremos trabajando para que eso cambie. Para que el cuidado sea reconocido no solo como una tarea privada, sino como un asunto público que atraviesa todas las políticas sociales. Para que quienes cuidan no estén solos ni solas. Y para que cada paso que demos sea hacia una sociedad que reconoce y apoya el cuidado como parte central de su proyecto de justicia.
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Nancy
Hola muy interesante
El tema porque yo apoyo el cuidado del cuidadora para ser protegida
Todo mi apoyo vamos que se puede.
Edda Perez
Muy buena gestión
Y ojala este proyecto se siga a cabalidad por el bienestar de todos
Cuidar y ser cuidados
Cristina Lucero Meneses
Muy interesante y verdadero, que bien que sea visivilizado, compartido a las organizaciones de nuestra población gracias
                        
Marta Silva Allende
Hola yo soy cuidadora de mi hijo no pensé nunca que podría hacerlo ya uno termina su tarea cuando ellos ya son Adulto pero en realidad la vida te vueltas y ocurren cosas que pasan en el camino pensé que no iba poder tomar este rol ya que tengo 75 años a cumplir 76 mi hijo ya pisando los 50 años querer es poder con amor y tomarse el tiempo se puede