A raíz del terrible impacto del terremoto y maremoto de Japón en su población y su territorio, ha quedado claro que en Chile la alternativa nuclear no está ni estará por mucho tiempo en el tapete de la discusión. No sólo por el impacto conocido, sino también porque por el momento no hay soluciones para la gestión de los residuos radiactivos y para el cierre de las centrales radioactivas.
Por otro lado, la solución chilena de pretender solucionar el abastecimiento de energía eléctrica con centrales de carbón, más allá de ciertos límites, no es sostenible en el marco de la lucha contra el cambio climático y de las necesidades de baja emisión de CO2 de un país exportador.
En ambos casos los costos de generar energía son aparentemente bajos porque los generadores y los consumidores no asumen en la tarifa los impactos que generan. En este sentido, cuando las energías renovables no convencionales (ERNC) se presentan como una solución digna de tomarse en serio, bien vale la pena recordar algunos datos.
En un estudio de las universidades Federico Santa María y de Chile de junio del 2008, orientado a evaluar las posibilidades de generación con ERNC y consiguiente disminución de las emisiones de CO2, señala que “los potenciales brutos o la disponibilidad física de las ERNC en el territorio nacional se estiman entre unos 130.000 y 190.000 MW, según información recogida de diversas fuentes” (1). Estos valores representan entre 10 a 15 veces la generación eléctrica del país en la actualidad y, por tanto, la capacidad para abastecer la demanda durante muchas décadas. Los potenciales económicamente competitivos en aquella época sobrepasaban los 10 mil MW de potencia.
En el mismo trabajo, se señala que con el marco regulatorio actual y tomando en cuenta criterios económicos del precio de los combustibles fósiles, se establecen tres escenarios probables para el 2025. El primero, más conservador, mantiene el precio de la energía en US$ 75 el MWh, más un aumento anual del 1%. El segundo, intermedio, aumenta el precio de la energía en 102 MWh, más un incremento anual del 1%. Y el tercero, el escenario que denominan dinámico-plus, supone un precio de la energía eléctrica de US$ 102 el MWh, más un aumento anual del 3,5% anual. Claramente estamos más cerca del tercer escenario que del primero.
En ese contexto, solamente considerando el Sistema Interconectado Central (SIC), pero suponiendo tanto un abastecimiento de las ERNC como un esfuerzo importante en el uso eficiente de la energía eléctrica, se podría abastecer entre el 36% y el 70% del total de la potencia estimada en 22.736 MW para el 2025.
Además, para la primera situación, se obtiene una reducción estimada de CO2 de 16 millones de toneladas y, para la segunda, de 22 millones de toneladas. Esto es sin contar los beneficios de no asumir los costos y los impactos en la salud y el medio ambiente y de hacer de Chile un país no sólo exportador sino también limpio.
(1) PRIEN, Universidad de Chile y CIE Universidad Técnica Federico Santa María, "Aporte potencial de energías renovables no convencionales (ERNC) y eficiencia energética a la matriz eléctrica 2008-2025", Santiago de Chile, junio 2008, p. 84.
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4 Comentarios
marceleau
Gracias por la información. Valiosa para tomar decisiones con fundamentos.