Suele invisibilizarse en los comentarios de análisis electorales aquél porcentaje mínimo de la población que vota nulo o blanco. De hecho se separan del otro grupo que vota por una preferencia sea cual sea y a esos votos se les llama “válidamente emitidos”. Esto es por lo tanto, siguiendo solamente la lógica y no otras consideraciones, que los blancos y nulos son considerados inválidos.
Nadie protesta por eso, pasan sin pena ni gloria, hasta la reciente elección del 7 de mayo 2023 para consejr@s constitucionales en que se produce un fenómeno especial.
¿Por qué en esta pasada hubo un 21,53% de electores que no marcaron candidat@s? Es imposible hacer como que no existió.
El sólo hecho de anular o dejar en blanco se lee al menos como que ninguna de las candidaturas les representa. Pero es tan alto el porcentaje que obtuvieron, en número de gente fueron 2.685.477 personas, que visto en perspectiva del total nacional de votos representan la tercera fuerza electoral con ese 21,53%. El Partido Republicano (Lista C) obtuvo primer lugar con el 35,41% de los votos y la segunda fuerza fue la lista del gobierno, Unidad para Chile (Lista D) con el 28,59% de los votos.
En una primera aproximación, votar blanco y nulo significa que estos dos millones y fracción de votos resultan ser inclasificables o imposibles de imputar a cualquier ideario político. Pero desde lo cuantitativo pido permiso a est@s elector@s para evaluar numéricamente el peso de sus votos si es que los situamos en las mismas condiciones de competencia de las cinco listas.
Definición previa: Listas A, C y E oposición de derecha. Listas B y D, del gobierno de Gabriel Boric.
Condiciones: El cálculo se hace en base a los datos del SERVEL con un 100% de las mesas escrutadas en las dieciséis regiones, aplicando el coeficiente D’Hont y sin considerar la paridad de género, denomino al conjunto de votos blanc@s y nulos como la lista F.
Hipótesis: Si llevamos los votos nulos y blancos de esta elección a un rol de sexta lista, los resultados oficiales obtenidos en términos de escaños cambian.
Si llevamos los votos nulos y blancos de esta elección a un rol de sexta lista, los resultados oficiales obtenidos en términos de escaños cambian
Resultado: Evaluando los números me encuentro con hallazgos significativos que cambian notoriamente el resultado obtenido en la elección excluyendo los nulos y blancos. Hay regiones que perderían consejeros de la oposición y del gobierno.
El impacto en todo el país sería el siguiente:
Las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá quedarían con uno del Partido Republicano y otro de la lista F, perdiendo él o la representante del gobierno.
En resumen, lo sorprendente de incorporar la fuerza de nulos y blancos en esta elección y traducirla a escaños, el cuadro final sería:
19 escaños para los republicanos, 11 para el gobierno, 5 para la derecha de Piñera y 15 escaños la lista F, la segunda mayoría definitivamente para esta contienda.
¿Se ve más claro el poder de los votos blancos y nulos? Los números dicen que sí. La composición cualitativa de los blancos y nulos, es algo más complejo de estudiar.
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Feliptosis
Y ya ha pasado ese proceso, en efecto se votó en contra y ganó con un 55%. ¿Volvemos a fojas cero? ¿Cuál es la experiencia y reflexiones para mejorar? Gracias por comentar
Gonzalo Vicuña
Clarísimo. Nulos y blancos al menos señalan que no están de acuerdo con la forma en wue se ha gestado este proceso de nueva construcción. Si el partido republicano termina proponiendo una construcción mamarracho, el rechazo estará garantizado, o el triunfo será por una mayoría tan ajustada que no tranquilizara a la sociedad chilena.