La historia se repite, reza la famosa frase, primero como tragedia y luego como farsa… y la triste realidad es que volvemos a asistir a un espectáculo político con un recuerdo trágico para nuestro país, en que algunos creen que se puede neutralizar la esencia y reprimir la naturaleza de un sector político que ha demostrado una y otra vez que ve a la democracia sólo como un instrumento táctico y a los Derechos Individuales como un límite difuso y supeditado a sus fines ideológicos declarados.
Pero no deberíamos preocuparnos, hay un grupo político, los autodenominados “socialistas democráticos”, que ha hablado de condiciones mínimas para el eventual programa de gobierno común con el Partido Comunista, incluso ha usado la expresión (extrañamente familiar) de garantías. Éstos autoerigidos paladines de la democracia y las libertades individuales supuestamente serán un dique ante eventuales tentaciones totalitarias, garantes de nuestro régimen democrático. Pero, ¿por qué necesitamos garantías y condiciones?
Hay una delgada línea que divide la inverosímil e irresponsable candidez de la mal disimulada complicidad, y el sólo hecho de que se propongan o incluso exijan garantías y condiciones implica reconocer que el riesgo para nuestra democracia no es sólo dialéctico, sino muy real.
¿Por qué quienes se autodefinen (o tal vez sólo se autoperciben) demócratas comparten un pacto electoral con fuerzas políticas a quienes se les debe exigir garantías en la materia?
¿Por qué quienes se autodefinen demócratas pactan con quienes necesitan dar garantías de serlo?
Quienes ingresaron a un gobierno que llegó al poder denostando su obra y legado, para salvarlo de una crisis que parecía terminal luego del resultado del plebiscito de salida del primer proceso constitucional, y que luego firmaron un pacto de primarias y hoy negocian una lista parlamentaria con quienes pretendieron, hace sólo unos pocos años, refundar el país, deben asumir la responsabilidad que de ello se deriva, o reconocer que sus pueriles fantasías revolucionarias que parecían superadas por un largo proceso de renovación y el ejercicio racional del poder por casi treinta años, siguen vivas y despertaron tras el estallido de 2019.
O de verdad se cree en la democracia y, por tanto, no se pacta ni se apoya a quienes no lo hacen, o se reconoce que, en el fondo, hay complicidad y concordancia de métodos y objetivos. La ciudadanía merece saber si un cupo o un cargo son suficientes para transar los principios que se dicen defender o simplemente, nunca se abrazaron de verdad tales principios.
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gonzalo vicuña
Es muy trágicamente gracioso su miedo, yo pensé que era miedo a la derecha que destruyó la democracia y nos instaló avun ladrón de predidente el legendario general daniel López alias valiente soldado.
Usted quiere que todo siga igual, para que » refundar» el país. Vamos viendo: carabineros coimenando en Meiggs y en la frontera, valientes soldados del ejército traficando cocaína por kilos, en Colchane. La Fach con aviones cargados de ketamina y cocaina directo s santiago. El poder judicial soltando a un asesino sicario venezolano , mediante documento legal (esto es ahora) , alegando que los hackearon. Y usted preocupado de que se pacte con los comunistas. Mientras las instrucciones pactan con narcos. Y por supuesto la derecha no quiere levantar el secreto bancario. Por algo será. Tendrán algo que ocultar?