Una reciente investigación periodística de Chilevisión Noticias reveló la existencia de una red coordinada de bots de desinformación vinculada al candidato de ultraderecha José Antonio Kast. El hallazgo más polémico fue la implicación de Patricio Góngora, periodista y miembro del directorio de Canal 13, quien operaba bajo el seudónimo “@Patitoo_Verde”. Tras la exposición, Góngora presentó su renuncia.
Kast desestimó los hechos acusando a la izquierda de orquestar “la mentira de la semana” y alegó un conflicto de interés al insinuar que el reportaje fue obra del hermano de Jeannette Jara, lo cual fue desmentido por la propia cadena televisiva. A raíz de este escándalo —un auténtico botsgate— la fiscalía inició una investigación formal sobre el uso de redes de bots con fines políticos.
Los bots son programas automatizados que simulan ser usuarios reales en redes sociales, utilizados para manipular la opinión pública. En contextos políticos, su función es amplificar mensajes, difundir noticias falsas, atacar adversarios y fomentar la polarización. En el caso de Kast, estos bots han difundido rumores como que Evelyn Matthei padece Alzheimer o que Jeannette Jara posee propiedades en Venezuela.
Este fenómeno no es exclusivo de Chile. Estudios académicos han documentado el uso masivo de bots por parte de líderes de ultraderecha como Donald Trump y Jair Bolsonaro.
En las elecciones estadounidenses de 2016, se estima que el 80% de la actividad favorable a Trump en Twitter (ahora X) fue generada por bots. Casos como el “Pizzagate” mostraron hasta qué punto la desinformación puede derivar en violencia real: un hombre con metralleta fue a la pizzería a asesinar a los pedófilos de la red que supuestamente torturaban niños, dirigidos por el Partido Demócrata y Hillary Clinton, según los bots partidarios de Trump.
En Brasil, en la elección presidencial de 2018, bots ligados a Bolsonaro difundieron noticias falsas contra su contrincante, Fernando Haddad, como que implementaría educación sexual avanzada para niños —que causó alarma social—, y que el Papa Francisco estaba a favor de Bolsonaro.
Los bots son auténticos sicarios contra la democracia
Estas redes digitales buscan erosionar la confianza en los medios de comunicación profesionales y en las instituciones democráticas, como los servicios electorales, abusando de la libertad de expresión para sicariarla desde dentro. La estrategia se basa en generar miedo e ira —en especial, miedo a la delincuencia e ira a los migrantes, calificados por la ultraderecha como delincuentes, y que son su alimento electoral global preferido—. Incitan el miedo y la ira que anula el pensamiento crítico.
Ante esta amenaza, es crucial verificar las fuentes, evitar compartir contenido dudoso y utilizar herramientas de fact-checking como www.maldita.es o www.chequeado.com.
Las redes sociales, hoy bastión de la ultraderecha global, representan una de las más grandes amenazas directas a la democracia. En rigor, los bots son auténticos sicarios contra la democracia.
La responsabilidad no recae solo en las plataformas, sino también en cada usuario. Combatir este fenómeno requiere ciudadanía informada, pensamiento crítico y, principalmente, que tengamos un compromiso firme con la verdad. Que no es para nada el caso de la ultraderecha global, y local, con su líder José Antonio Kast y su ejército de bots desinformadores a su favor.
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Si pudieras, sería bueno que aclarases de qué manera la democracia está amenazada por las derechas, porque no queda claro que así sea, ya que más bien parece una afirmación antojadiza —muy de moda por lo que veo— que se desea imponer para favorecer a la izquierda sin dar realmente los argumentos de por qué la democracia es amenazada por las derechas…
Lo segundo, creo que a alguien se le fue la mano con el título de la columna, cosa que proviene del autor o del editor… Dime, ¿puedes dar una lista con nombres y apellidos de los sicarios de Kast e ir a dejarla a Carabineros o a la fiscalía, en honor a ese compromiso profundamente profundo con la verdad al que haces referencia en tu último párrafo?