Existen muchas acciones o actividades que aparentemente se realizan sin esfuerzo y no requieren mucha energía. Así ocurre con Internet, pero, cada vez que encendemos nuestro computador o smartphone y vemos los correos o entramos a Google, Facebook, Instagram, YouTube, Netflix, enviamos/recibimos mensajes por WhatsApp o participamos en algún juego en línea, etc., nos conectamos a un Centro de Datos o Data Center. Allí residen todos nuestros correos, fotos, videos, etc. Información siempre disponible apenas uno se conecta. En otras palabras, nuestros dispositivos son puertas de entrada a un gran cerebro digital que es el espacio físico donde habita la famosa “nube”.
Un Centro de Datos está integrado por:
En las caricaturas, es normal dibujar al personaje que tiene alguna idea con una ampolleta encendida sobre su cabeza, dando a entender que cuando lo hace está consumiendo más energía. Pero, no es tan así, los estudios demuestran que el consumo energético del cerebro, gracias a su eficiencia, se mantiene prácticamente constante sea durmiendo o despierto o ejecutando alguna actividad intelectual intensa. El trabajo constante del cerebro y a pesar de representar solo el 2% del peso del cuerpo, consume alrededor del 20% de las calorías diarias. En conclusión, solo aparenta realizar sus funciones sin esfuerzo, pero, es un consumidor insaciable de energía y esa ampolleta de las caricaturas debiera estar encendida las 24 horas del día. Hecho que desmiente el falso mito de que utilizamos solo el 10% del cerebro.
Con los Cerebros Digitales o Centros de Datos pasa algo parecido, no somos conscientes e ignoramos lo que hay detrás de nuestras acciones en Internet y que estas significan gasto energético y un gran impacto medioambiental. Producto de una infraestructura que ocupa millones de metros cúbicos de espacio físico por todo el planeta
Es innegable el importante aporte que realizan las tecnologías digitales para disminuir el uso de papel, mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en: transporte, construcción y agricultura. Pero, también es necesario estar informado de su parte negativa para minimizar la contaminación digital.
Otros datos por conocer:
Hace poco la compañía estadounidense Google decidió no continuar con la solicitud de instalar un Centro de Datos en la comuna de Cerrillos. Proyecto presentado y aprobado en 2020. Pero, el Servicio de Evaluación Ambiental entregó informes negativos al determinar que necesitaría al menos 7,6 millones de litros de agua al día para refrigerar los servidores, lo que no sería sostenible en el marco de la sequía que ha afectado a Santiago en los últimos 15 años. El proyecto original utilizaba enfriamiento por agua y requería extraer 169 litros por segundo del Acuífero Santiago Central para enfriar los servidores. Un acuífero declarado muy vulnerable y sujeto a zona de escasez y de prohibición, es decir, no hay otorgamiento de derechos de agua nuevos.
Google no desistirá del proyecto, lo reformulará y comenzará desde “cero”. El nuevo proyecto de Data Center usará tecnología de enfriamiento con aire para disminuir drásticamente las necesidades de agua potable.
El desarrollo de la inteligencia artificial y su masificación más el uso de criptomonedas han incrementado significativamente el consumo de energía y extracción de materias primas. El uso de Bitcoin se multiplicó por 34 entre 2015 y 2020, llegando a los 121 teravatios/hora, a modo de comparación es un consumo anual mayor a países como Bélgica y Finlandia.
Ignoramos y creemos erróneamente que el gasto energético se limita únicamente al de nuestro dispositivo, pero, debemos saber que cada aparato es un grano de arena aportando para construir una gran montaña de consumo energético
Sobre el consumo de agua, recurso necesario en todas las etapas, desde la extracción de materias primas, fabricación de dispositivos y funcionamiento de los grandes Centros de Datos. Se calcula que de aquí al 2030, por ejemplo, los europeos consumirán 3 litros de agua al día por el uso de Internet, que son más de los 2 litros requeridos para hidratarnos.
Otro efecto negativo es la basura, el peor invento del ser humano. La industria tecnológica aún no funciona en base a la Economía Circular, por lo tanto, no se preocupa por lo qué pasará con los dispositivos una vez sean desechados. Situación responsable de la generación de basura electrónica denominada “Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE)”. Los países desarrollados producen al año 3,25 kg de basura digital o RAEE, en cambio los en vías de desarrollo 1 kg de RAEE y los países más pobres solo 0,21 kg de RAEE, esta es otra forma de apreciar la desigualdad global. Lamentablemente del RAEE se recicla menos del 20%. Por ejemplo, el 2021 se generaron más de 57 millones de toneladas de RAEE.
Al funcionar las 24 horas del día los 365 días del año, el consumo energético de los Centro de Datos a nivel planetario es gigantesco, más si hoy son alrededor de 5.400.000 personas las que utilizan internet. Quienes envían/reciben millones de mensajes por WhatsApp, viendo millones de videos en YouTube o películas en alguna plataforma de streaming, ejecutando millones de búsquedas o consultas en Google, etc. Estos hechos los ignoramos y creemos erróneamente que el gasto energético se limita únicamente al de nuestro dispositivo, pero, debemos saber que cada aparato es un grano de arena aportando para construir una gran montaña de consumo energético.
Por eso, es tan importante pasar de usuarios ignorantes a usuarios informados de lo que ocurre cada vez que encendemos nuestro dispositivo y nos conectamos a Internet y hay algunos consejos a seguir para disminuir nuestra huella digital:
El desarrollo de Internet y la IA es imparable con el potencial de revolucionar la industria, el comercio, la medicina, mejorar los aparatos ortopédicos, automatizar el hogar, el transporte, etc. La IA es una herramienta que permitirá desarrollar políticas a implementar globalmente y así combatir eficientemente el cambio climático.
Sin ninguna duda es importante crecer y aprovechar los beneficios tecnológicos, pero, debemos minimizar su impacto medioambiental. Es imprescindible impulsar la eficiencia energética y de recursos para convertir los actuales Centros de Datos en “Green Data Center”.
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