“El Fascismo es de izquierda”, ese es el nuevo “descubrimiento histórico” que difunden algunos referentes de derecha por las redes sociales especialmente en Tik Tok. Muchos seguidores de estos “influencers iluminados” replican estos videos e incluso hacen su propio contenido con este hallazgo que dejaría de ignorante a los propios progresistas que siempre han llamado fascistas a sus adversarios de la extrema derecha.
[texto_destacado]La argumentación para tal afirmación es nada menos que una cita del ideólogo del fascismo Benito Mussolini quien dijo: "Todo dentro del estado, nada fuera del estado, nada contra el estado”, y como todos saben que la derecha quiere minimizar el estado y la izquierda quiere agrandar el estado, entonces la ideología fascista sería más cercana al progresismo. Pero eso no es todo, la mayor prueba reveladora viene del partido del fascista alemán Adolf Hitler cuyo nombre es Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, no podría haber algo más izquierdista que el socialismo, dicen con mucha seguridad.
Esta información no es nueva y no fue creada en Chile, más bien se masificó en Estados Unidos en el contexto de la campaña de Trump. Cuando lo acusaban de fascista, el candidato les daba la misma etiqueta a sus adversarios. Rápidamente recibió una dura lección de historia no solo de historiadores, sino también de la prensa. Lo mismo pasó en Europa, donde esta información fue rápidamente aclarada con fuerza. No obstante, en Sudamérica y especialmente en Chile y Argentina se desplaza sin mayor resistencia, salvo excepciones como la de Nicolás Camino, con estudios de Historia en la University College London, en dos muy concluyentes columnas: Derribando el mito del nazismo de izquierda. Parte I y Derribando el mito del nazismo de izquierda. Parte II. Para aclarar esta mentira, debemos responder a la pregunta: ¿Qué es el Fascismo? El fascismo, en pocas palabras, es una ideología ultranacionalista, que busca preparar al país para la guerra en forma permanente, con intenciones expansionistas. Se declara la democracia participativa como obsoleta y se le da el poder absoluto al líder. Se considera la pureza de la raza esencial para evitar la decadencia. En el ámbito económico aplica el capitalismo de cárteles, se eliminan las prácticas sindicalistas y cualquier movimiento de izquierda.
El fascismo se masifica en Italia luego de la primera Gran Guerra. La población estaba empobrecida y moralmente muy golpeada, en un país con una crisis social al borde de la guerra civil. La revolución obrera rusa era un camino tentador para la clase trabajadora italiana, y eso asustó mucho a la elite capitalista, al rey y al Vaticano que aún no era independiente. Mussolini aprovechó la ocasión, había sido expulsado del Partido Socialista Italiano por difundir ideas contrarias a los principios revolucionarios y funda el movimiento fascista creando milicias nacionalistas antimarxistas. Finalmente asume el poder y cumple su palabra con la oligarquía al desarticular los sindicatos y perseguir a líderes progresistas anulando cualquier amago de revolución socialista.
Hitler se inspiró en el fascismo italiano e igualmente llegó al poder con un discurso en primera instancia más antimarxista que antisemita, ya que en los inicios de su movimiento la hostilidad a los judíos no causaba simpatía en la población alemana. Cuando asume el poder, en un montaje donde culpa al partido comunista de un atentado, sus primeras víctimas fueron los líderes de izquierda y sus adherentes. Luego de una propaganda masiva logra convencer a Alemania de que los judíos también eran peligrosos como los izquierdistas.
Que el partido Nazi contenga la palabra socialista, no quiere decir que actuaba con la ideología socialista. Y como Mussolini era un dictador y era el estado, no es raro que haya dicho que nada puede estar fuera del estado, pero eso no lo hace de izquierda.
En la actualidad no se podría decir que existen gobiernos o partidos fascistas, aunque la extrema derecha tiene similitudes, como por ejemplo el discurso nacionalista, anti inmigrante, o las ideas homofóbicas, y la desregulación y proteccionismo para favorecer a las elites locales, quizás sean algo parecido, pero están lejos de ser antidemocráticos y de ejercer violencia a sus opositores. Quizás en el pasado Mussolini inspiró el anti marxismo y el nacionalismo a dictadores como Franco en España y Pinochet en Chile, sin embargo hoy esa inspiración no influye en la derecha.
La derecha tiene el derecho a desmarcarse del fascismo, pero no tiene derecho a mentir con un desprecio absoluto por la historia, culpando a las mismas víctimas que fueron perseguidas y asesinadas solo por tener ideales de izquierda.
No todo vale en política, la mentira no es una opinión, es un delito ético y estético.